ALIRIO URIBE MUÑOZ, GUERRILLERO DEL M-19 Y PRESIDENTE DEL COLECTIVO ALVEAR RESTREPO
Uno de esos dos terroristas que sobrevivieron, y que secuestraron civiles y dispararon contra ellos, detonando incluso una granada, era Alirio Uribe Muñoz, quien hoy pasa como abogado Defensor de Derechos Humanos
Alirio Uribe Muñoz, guerrillero del M-19 y presidente del Colectivo Alvear Restrepo
Ahora nos enteramos de que Alirio Uribe Muñoz, el presidente del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, es un peligrosísimo criminal, un terrorista miembro de la banda del M-19
Por Ricardo Puentes Melo
Julio 03 de 2012
Colombia es un país salido de lo normal. Aquí suceden cosas sorprendentes, pero lo más descabellado es que quienes más han violado los derechos humanos –los terroristas- sacan pecho hoy como acérrimos guardas de la moral, la vida y la decencia.
En cualquier país del mundo no se habría nombrado a un terrorista como alcalde de Bogotá; ni otro que, además es secuestrador con la ONG “Arco iris”, sería el mayor contratista de este gobierno.
Ni mucho menos habría sido posible en otro lado que un guerrillero (René Guarín) posara como defensor de las víctimas sin escatimar en ultrajes contra los militares que recuperaron el Palacio de Justicia. Y ni hablemos de las conspiraciones de este Guarín en conjura con la entonces fiscal Ángela María Buitrago y la juez María Stella Jara.
Aunque es disparatado esto que sucede, lo que sigue es demencial.
Ahora nos enteramos de que Alirio Uribe Muñoz, el presidente del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, es un peligrosísimo criminal, un terrorista miembro de la banda del M-19.
Todo sucedió así: Como parte del plan de desestabilización de la capital del país, con miras al asalto al Palacio de Justicia que se produciría poco más de un mes después, el M-19 organizó una escalada terrorista sin antecedentes que alcanzó su más alto punto el 30 de septiembre de 1985. En ese día, los terroristas atacaron en diversos puntos de Bogotá. Uno de ellos fue en el suroriente de la ciudad, en la zona de Usme, donde tuvo protagonismo especial el delincuente Alirio Uribe Muñoz.
Ese día, 30 bandidos del M-19, armados con pistolas, metralletas y granadas de fragmentación, asaltaron un camión de leche y secuestraron a su conductor. La policía reaccionó inmediatamente y, junto con el F-2, lograron dar de baja a 11 delincuentes.
Seis de los terroristas huyeron con sus granadas, pistolas y metralletas hacia el barrio Diana Turbay donde secuestraron un bus de pasajeros a quienes utilizaron como escudos humanos para poder abalear a un valiente hombre del F-2 que subió al vehículo sin temor a las consecuencias y dio de baja a cuatro de los seis bandidos. Quedaron dos que, sin respeto alguno por las vidas de los rehenes, hicieron estallar una de las granadas que llevaron para atacar a la fuerza pública, asesinando inocentes.
Uno de esos dos terroristas que sobrevivieron, y que secuestraron civiles y dispararon contra ellos, detonando incluso
una granada, era Alirio Uribe Muñoz, quien hoy pasa como abogado Defensor de Derechos Humanos.
Este bandido quedó herido, al parecer sin gravedad, y gracias al apoyo del gobierno de Belisario Betancur, salió libre al siguiente día junto a los miembros sobrevivientes de la banda, sorprendentemente sin cargo alguno.
La prensa mamerta salió en defensa de estos hampones y los elevó a la categoría de héroes nacionales, mientras que a los miembros de la Fuerza Pública que defendieron a la población inerme, les iniciaron un proceso que ya llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Por otro lado, el gobierno de la época, cómplice de las guerrillas, hizo lo propio y logró fácilmente que uno o dos “testigos” dieran declaraciones acusando a la policía de haber ejecutado extrajudicialmente a los hampones del M-19. Debido a esta jugada inexplicable, hoy Alirio Uribe Muñoz sigue libre y sin cargo alguno, a pesar de haber cometido asesinato y secuestro, un crimen de lesa humanidad.
Ya libre e impune, Alirio Uribe, se une a la venganza de la gavilla de bandoleros y, desde su Colectivo de abogados José Alvear Restrepo, donde hay más guerrilleros del M-19, lidera la guerra jurídica para aniquilar al ejército nacional; algo que jamás pudieron hacer en el campo de batalla.
Estos matones del M-19 son quienes hoy lograron que se condenara al General Jesús Armando Arias Cabrales, al coronel Plazas Vega, al General Uscátegui… Son quienes han perseguido y hecho encarcelar a miles de militares como el General Rito Alejo del Río, el coronel Mejía Gutiérrez, a Noguera, Narváez…
Para nadie es un secreto que este Colectivo de sinvergüenzas se ha dedicado a atacar militares, a inventarse testigos y falsas víctimas, y a desfalcar el presupuesto nacional con el cual se ha enriquecido fabulosamente a punta de engaños y de convertir a las víctimas en un lucrativo negocio que contradice esa ONG que pregona a las cuatro esquinas del planeta que carecen de “ánimo de lucro”.
Entre el alud de atrocidades que ha cometido el Colectivo Alvear contra Colombia, está el ponerse la máscara de defensores de DD.HH. solamente con el propósito aleve de exterminar a nuestro ejército nacional, única institución capaz de ponerle talanquera a su objetivo de convertir al país en una nación castrochavista. Bajo su disfraz han tenido el atrevimiento de amenazar a presidentes de éste y otros Estados, como sucedió con Álvaro Uribe Vélez a quien han tratado de intimidar amenazándolo con llevarlo a la Corte Penal Internacional, gracias a las relaciones que tiene este montón de abogados en Europa; y como sucedió también con el presidente panameño Ricardo Martinelli a quien le mostraron los dientes amenazando con saltarle encima si no retiraba el asilo a María del Pilar Hurtado.
Esta banda del Colectivo ha llegado al colmo de alardear de su impunidad. A pesar de estar acusado de fraude y desfalco contra el Estado Colombiano –por las falsas víctimas que recurrentemente inventa- obtiene el apoyo de Juan Manuel Santos y su ministro Vargas Lleras, quienes mandaron un mensaje a Periodismo Sin Fronteras donde nos exigieron: “El Gobierno Nacional ha solicitado un respeto hacia todas las organizaciones sociales y defensoras de Derechos Humanos que trabajan por el fortalecimiento de la democracia, evitando cualquier tipo de estigmatización o señalamiento en su contra”. Al mismo tiempo, Vargas Lleras les otorga impunidad y dice que le parece “satisfactorio” que el Colectivo de bribones regrese parte del multimillonario botín y que reconozca que “se cometieron equivocaciones”.
Vargas Lleras llama “equivocaciones” a crímenes que pueden ir desde concierto para delinquir, falsedad procesal, estafa, hasta traición a la patria…!
Este Colectivo de facinerosos logró, en contubernio con la Fiscalía, filtrar expedientes –como el que le pasaron al caricaturista Vlado y a Claudia Julieta Duque, jefe de comunicaciones del Alvear Restrepo.
Recordemos que la FIDH, subsidiaria del Colectivo Alvear Restrepo, tiene una obvia complicidad con los cobardes asesinatos cometidos por las FARC; por ejemplo el del gobernador de Caquetá, Luis Francisco Cuéllar. Ni el Colectivo ni la FIDH condenaron los secuestros y asesinatos de los líderes negros de Curvaradó, Chocó: Manuel Moya, Graciano Blandón, y el hijo de éste último. Y tampoco dijeron nada por los asesinatos de más de 10 líderes comunitarios que se atrevieron a acusar al cura Giraldo y a Gloria Cuartas por varias masacres cometidas en el Urabá.
Incluso, la FIDH lamentó la muerte del terrorista Raúl Reyes, a la cual calificó como “un crimen internacional”, al mismo tiempo que montaron su campaña difamatoria contra Álvaro Uribe Vélez, acusándolo en 2002 –antes de su primera elección como presidente- de ser el “candidato de los paramilitares”, y de tener vínculos con los narcotraficantes.
Si observamos su “modus operandi”, notamos que el Colectivo actúa como cualquier mafia terrorista. Crean falsas víctimas, engañan a humildes campesinos para que declaren bajo la gravedad de juramento lo que a ellos les conviene, obtienen los favores de sus cómplices en los gobiernos para que les otorguen impunidad y les archiven los procesos en su contra, logran que sus contactos en organismos internacionales, como la CIDH les otorguen medidas cautelares obligando al pueblo colombiano –víctima de esos asesinos- a que los protejan mientras ellos siguen delinquiendo.
Me produjo náuseas las declaraciones del terrorista Alirio Uribe Muñoz, presidente del Colectivo Alvear Restrepo, cuando dijo en una publientrevista que le hicieron en Caracol, que: “Nosotros (los del Colectivo) no tenemos las manos untadas de sangre… dormimos tranquilos, no hemos matado a nadie…”
¿Qué dirán los gobiernos de Suiza, Canadá y otros que le giran recursos a estos hampones…? ¿Conocerán la verdadera identidad de Alirio y otros de la banda del M-19..?
De pronto, al igual que el gobierno de Juan Manuel Santos, saben todo esto. Pero les importa un pepino.
Y repito, no creo en el verdadero arrepentimiento de los bandidos indultados de las guerrillas. Si estuvieran verdaderamente del lado de la justicia, ya hace tiempo nos habrían contado que René Guarín, Alirio Uribe Muñoz y quién sabe cuánto más, siguen atacando a los colombianos bajo el mandamiento de combinar todas las formas de lucha.
Que Colombia lo sepa de una buena vez: Los guerrilleros del M-19, hampones terroristas que duraron años masacrando colombianos, hoy persiguen a los militares que los combatieron protegidos por su oculta identidad y escondiendo un pasado criminal bajo el halo cómplice de gobiernos interesados en darle un puntillazo final a la institución más amada por nosotros.
Alirio Uribe Muñoz tiene mucho que explicar a Colombia. Y la justicia está en mora de tumbar los procesos donde este Colectivo de criminales ha actuado cobardemente fingiendo ser defensores de Derechos Humanos cuando, en la realidad, no son más que unos forajidos que se treparon a escondidas en las instituciones para, desde allí, vengarse de quienes los combatieron para evitar que sus crímenes se elevaran hasta el cielo.
Alirio Uribe Muñoz es un terrorista, un asesino secuestrador en la impunidad, y debe ser juzgado como el bandido que es.
Los colombianos deben exigir que se investigue a ese Colectivo de hampones; a menos que queramos seguir en sus manos.
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