LOS COLOMBIANOS DE HEZBOLLAH
En Sudamérica, la financiación de Hezbollah es obtenida a través móviles legales, tales como donaciones de caridad, y también a través de medios ilícitos, como drogas y productos falsificados y pirateados
Los colombianos de Hezbollah
Por Sergio Held Otero
Septiembre 01 de 2013
El 13 de noviembre de 2011 a eso de las 10 de la mañana, un radar de la policía de carreteras en La Guajira, detectó la camioneta de placa DBL 462 con vidrios polarizados sin permiso para ello, transitando a 101 kilómetros por hora, excediendo el límite de velocidad permitido en las carreteras del país.
La camioneta fue detenida y a bordo de ella se encontraba el ciudadano colombo-libanés Benny Issa Fause, una persona a quien la DEA le seguía el rastro muy de cerca, por sus conexiones con la organización criminal dirigida por Jorge Fadlallah Cheaitelly y Mohamad Zouheir El Khansa, también conocido como Manuel Torres Zambrano, quienes según investigaciones de las autoridades, tienen fuertes vínculos con actividades de tráfico de drogas y operaciones de lavado de activos para el grupo terrorista Hezbollah.
Issa Fause fue multado y luego continuó su camino, circulando libremente por las carreteras del fronterizo departamento de La Guajira.
Entretanto, las autoridades norteamericanas avanzaban con las investigaciones, y casi un mes después del incidente en La Guajira, Benny Issa Fause junto con 10 personas más y 28 compañías en Colombia, Panamá y Hong Kong fueron incluidas en la lista OFAC del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, una lista mejor conocida en Colombia como la lista Clinton, por su presunto vínculo con una compleja red de operaciones ilícitas cuyos tentáculos se extienden a lo largo del mundo y terminan en conexiones con Irán y Hezbollah y complejas operaciones de lavado a través de negocios de fachada en Asia y África.
Según el reporte presentado por las autoridades norteamericanas “Jorge Fadlallah Cheaitelly lidera una organización de tráfico de drogas y lavado de activos que se extiende a lo largo del mundo que abarca las Américas, Oriente Medio y Hong Kong”. Así es descrita por el Departamento del Tesoro, la organización liderada por Fadlallah, un colombolibanés de 52 años de edad.
La conexión Joumaa. La organización de Cheaitelly fue incluida en la lista Clinton por su conexión con Ayman Saied Joumaa, otro colombolibanés de 49 años de edad, ojos azules y nariz ancha, quien se encuentra fugitivo y se especula que se esconde en el Líbano, mientras una corte federal de los Estados Unidos lo procesa como reo ausente, bajo cargos de lavado de activos y tráfico de estupefacientes.
Según las autoridades norteamericanas, la organización de Joumaa tiene fuertes vínculos con el Banco LibanésCanadiense (LCB por sus siglas en inglés), los Zetas en México, el grupo terrorista Hezbollah en Oriente Medio y la organización de Jorge Fadlallah Cheaitelly y su red de compañías en Colombia, Panamá y Hong Kong, utilizadas para lavar los recursos de Joumaa en América Latina.
Según la acusación presentada por la fiscalía en noviembre de 2011 ante la Corte de Distrito para el Distrito Este de Virgina, Joumaa “coordinaba el envío de miles de kilos de cocaína de Colombia a Guatemala, Honduras y México para ser vendida a los Zetas en México”.
Entretanto, en el proceso civil que también se adelanta contra Joumaa, pero ante una corte en el Distrito Sur de Nueva York, se reveló que Joumaa se beneficia de sus conexiones con Hezbollah y sus actividades criminales en Oriente Medio. “La organización de Joumaa utiliza, entre otras cosas, mensajeros de Hezbollah para transportar y lavar recursos provenientes del narcotráfico. La organización de Joumaa le paga comisiones a Hezbollah para facilitar el transporte y blanqueamiento de recursos del tráfico de estupefacientes”, dice la demanda que busca bloquear y embargar todos los bienes de la red delincuencial de Joumaa.
La información presentada ante las cortes de Nueva York y Virginia coincide con la información que inteligencia militar estadounidense maneja frente a la relación entre los carteles de droga latinoamericanos y Hezbollah.
“En Sudamérica, la financiación de Hezbollah es obtenida a través móviles legales, tales como donaciones de caridad, y también a través de medios ilícitos, como drogas y productos falsificados y pirateados”, según dijo el General Douglas M. Fraser, Comandante del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, en una intervención ante el Congreso de su país en marzo de 2012.
La conexión iraní. Uno de los medios de transporte de drogas, armas y recursos ilícitos utilizados por Hezbollah, de acuerdo con las investigaciones de autoridades de diferentes países, ha sido la Línea de Barcos de la República Islámica de Irán, más conocida como IRISL, por su sigla en inglés. Esto ha prendido las alarmas a nivel mundial, por lo que la IRISL ha tenido que enfrentar una difícil situación comercial que la ha obligado a atracar la mayoría de sus barcos en las costas iraníes y permitir que los barcos sólo naveguen entre países cercanos al régimen de Teherán.
En 2002, 2009 y 2011 las Fuerzas de Defensa de Israel detuvieron barcos de IRISL transportando toneladas de material armamentístico, que estaba siendo presuntamente transportado para abastecer a Hezbollah.
Sin embargo, los problemas que la IRISL ha enfrentado, no han sido únicamente con Israel un tradicional rival del régimen de los ayatolas, sino también con otros países alrededor del mundo, que han detectado las operaciones ilegales de la compañía naviera estatal.
En diciembre de 2008, un cargamento transportado por la IRISL fue detenido por las autoridades turcas valiéndose de la Resolución 1747 de Naciones Unidas que prohíbe a Irán transferir armas o material bélico a otros países y 22 contenedores con material explosivo fueron incautados. La carga estaba siendo transportada desde Irán hacia Venezuela y las declaraciones de los 22 contenedores daban cuenta de que se trataba de repuestos de tractores, cuando en realidad fue material bélico lo que hallaron los turcos, según un informe posterior que fue publicado en febrero de 2011 por el Centro de Fuerzas Conjuntas de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
En ese reporte, denominado “Stability OPS in the Western Hemisphere”, la inteligencia norteamericana afirma que “La participación de Irán en el tráfico de drogas a través de Venezuela a Centroamérica, México, Estados Unidos, el Caribe y Europa a través de África Occidental es extensiva. Los recursos (provenientes del narcotráfico) son utilizados para financiar la penetración de los intereses iraníes en la región, así como para financiar, además de extorsiones y secuestro, organizaciones terroristas”.
La conexión con Los Zetas. El cartel mexicano Los Zetas se ha vuelto reconocido a nivel mundial por sus cruentos ataques contra la
población civil, su gran red de corrupción en México y los millones de dólares que produce a través del tráfico de drogas desde Sudamérica hacia los Estados Unidos, África y otros países alrededor del mundo.
El 11 de octubre de 2011, el FBI mediante la operación Coalición Roja puso al descubierto un complot que se fraguaba para asesinar a Adel A. alJubeir, embajador del Reino de Arabia Saudita ante los Estados Unidos. Según la investigación del FBI, Hezbollah estaba intentando contratar un sicario de Los Zetas para eliminar al diplomático saudí, por lo que agentes federales encubiertos fueron utilizados como carnada, lo que permitió desbaratar el plan de Hezbollah y adelantar una serie de arrestos, entre los que se cuenta el del dueño de un concesionario de carros usados, un negocio que ha servido de fachada para operaciones de lavado de Hezbollah en los Estados Unidos.
Las autoridades norteamericanas creen que detrás de algunos negocios de carros usados en Estados Unidos se esconden empresas dedicadas al blanqueamiento de capitales del narcotráfico y el terrorismo, directamente vinculadas con la organización del colombolibanés Ayman Saied Joumaa.
Según las investigaciones federales, Joumaa coordinó el envío de varias toneladas de cocaína desde Colombia para los Zetas en México, quienes la distribuían al resto del mundo. Luego, el dinero producido era lavado a través de una red multinacional de empresas de fachada que incluían concesionarios de carros usados en los Estados Unidos y casas de cambio en Beirut que enviaban dinero a través del Banco LibanésCanadiense.
La investigación en los Estados Unidos revela que entre 2007 y 2011, al menos 329 millones de dólares fueron lavados a través de la figura de los concesionarios de carros usados, utilizando al Banco LibanésCanadiense como intermediario y una casa de cambios llamada Hassan Ayash Exchange Company, de propiedad de Hassan Ayash y de su hijo.
“Hassan Ayash ha declarado que tiene vínculos con Hezbollah, incluído el secretario general de la organización, Hassan Nasrallah, el líder de Hezbollah”, dice el escrito de acusación presentado por la Fiscalía en un proceso contra el Banco LibanésCanadiense.
Según las autoridades norteamericanas, otro de los socios del colombolibanés Joumaa es Oussama Salhab, quien se encuentra inmerso en operaciones de lavado de activos para la organización de Joumaa desde África.
“Oussama Salhab se encuentra muy involucrado en el negocio de carros usados en Benin y Togo y controla una red de mensajeros que han transportado millones de dólares en efectivo desde África Occidental hasta el Líbano, y que han viajado a los Estados Unidos para transportar dinero en efectivo y comprar carros usados para ser enviados a África Occidental […] Salhab es un miembro operativo de Hezbollah”, dice la demanda civil presentada por la Fiscalía para el Distrito Sur de Nueva York, en contra del Banco LibanésCanadiense.
Al otro lado del mundo, lejos de Oriente Medio y de África, el cartel de Cheaitelly es el vehículo perfecto para lavar el dinero de Joumaa, según manifestaron las autoridades americanas cuando Cheaitelly fue incluido en la lista Clinton.
La acusación presentada contra Joumaa por el Fiscal Neil Macbride ante la Corte de Distrito para el Distrito Este de Virginia, el 3 de noviembre de 2011, deja en claro la conexión entre Los Zetas y Joumaa: “El cartel mexicano los Zetas es una violenta organización de tráfico de drogas que controla los corredores de tráfico desde México hacia Estados Unidos, muchas veces a través de masacres, incluída la de 2011 en el Casino Monterrey en Nuevo León, México […] el acusado [Joumaa] lavaba esas utilidades y pagaba de vuelta a los traficantes en Colombia y Venezuela. La moneda estadounidense blanqueada por el acusado representa las utilidades de la venta de cocaína enviada desde Colombia hacia Guatemala, Honduras y México para la venta de la misma al cartel de Los Zetas en México”.
Hong Kong: La conexión en Asia. Una vez la droga llega a las calles en donde es comercializada al menudeo, toda la red criminal que la produce y la transporta recibe los jugosos dividendos que este negocio ilegal produce. Sin embargo, por tratarse de un negocio de millones de dólares, mover y justificar tales cantidades de dinero resulta muy complicado para las organizaciones criminales, por lo que buscan jurisdicciones y paraísos fiscales con regulaciones que les permitan operar sin ser detectados. Aquí es donde aparece Hong Kong en el panorama.
En el mismo 2011, en el mes de septiembre, más de media tonelada de cocaína fue decomisada en los Nuevos Territorios en Hong Kong, no muy lejos de la frontera con China Continental. En un operativo sin precedentes en la historia de la región administrativa especial china, ocho personas fueron capturadas, entre las que se cuentan seis mexicanos, una colombiana y un ciudadano chino.
Según la información de las autoridades hongkonesas, la droga llegó al país por barco a través de una compañía fachada de la organización criminal que fue desmantelada. Esta información fue confirmada por un funcionario del consulado de México en Hong Kong, quien pidió mantener su nombre bajo reserva.
Las barreras culturales y de idioma han resultado ser una ventaja para los criminales, quienes en los últimos tiempos han tenido esto muy en cuenta al planear sus operaciones de narcotráfico. “Las fuerzas de seguridad latinoamericanas carecen de capacidad lingüística, humana y técnica para seguir el rastro de la criminalidad en las comunidades chinas, o los contactos para rastrearlas en la misma Asia”, escribió Robert Evan Ellis en el paper “Crimen Organizado chino en América Latina”, publicado por la Asociación de Estudios Latinoamericanos.
Además de las ventajas que tienen los criminales para que las autoridades les pierdan el rastro en Asia, la estructura administrativa, económica y financiera de Hong Kong se ha vuelto un refugio de blanqueadores en Asia.
“Hong Kong siempre ha sido un centro de lavado de activos en la región. Es un centro financiero que maneja grandes volúmenes de transacciones cada día y parece haber una política de mantener las regulaciones al mínimo. Esto no es para significar que nuestras leyes contra el lavado de activos sean laxas, pero ciertamente no tenemos los más rigurosos estándares internacionales”, escribió Simon Young, profesor asociado y director del Centro de Derecho Comparado y Derecho Público de la Universidad de Hong Kong, en una entrevista por email realizada para esta investigación.
En medio de esas condiciones que parecen favorables para los delincuentes, aparece en el mapa de Joumaa una compañía constituida en Hong Kong y perteneciente al cartel de Cheaitelly y el Khansa. Se trata de Polyton (Asia) Limited, empresa creada en febrero de 2007 y presentada por la firma de abogados Yip, Tse & Tang para ser incorporada al mes siguiente.
A pesar de intentar en varias oportunidades de establecer contacto con un vocero de esa firma de abogados, ésto no fue posible.
Sin embargo, revisando los certificados públicos de la compañía en Hong Kong, se pueden develar claras conexiones entre esa empresa y los negocios de Aymaan Joumaa.
La compañía se fundó con un capital de 10.000 dólares de Hong Kong dividido en 10.000 acciones, lo que hoy equivale a dos millones trescientos cuarenta mil pesos aproximadamente. Una acción suscrita fue emitida a nombre de otra compañía llamada Cartech Limited.
Algunos meses después de su fundación más precisamente en septiembre de 2007, Giuseppe Cheaitelli Saheli, hermano de Jorge Fadlallah Cheaitelli, fue designado como director de la compañía. Al mismo tiempo fue nombrado Yau Chi Hing como secretario de la compañía, cargo que ocupó hasta el 7 de agosto de 2008.
El 6 de marzo de 2009 el domicilio de Polyton (Asia) Limited fue modificado en el registro público de Hong Kong y se registró una nueva
dirección ubicada en la oficina G del piso 9 del número 16 de la calle Mody, en el barrio Tsim Sha Tsui, en pleno corazón de Kowloon, justo donde comienza el territorio continental de Hong Kong.
A primera vista nada indicaría esa dirección, más sin embargo una minuciosa búsqueda a través de clasificados en internet muestra que esa dirección coincide con la de Cartech Limited, empresa que aparece en esos mismos clasificados relacionada con la página de internet cartechjapan.com y que es dueña de una acción de Polyton (Asia) Limited. El dominio de esa página pertenece a una compañía japonesa con el mismo nombre Cartech Limited , con oficinas en Tokio y Dar Es Salaam, en Tanzania. En el clasificado en el que Cartech Limited aparece con la dirección en Kowloon, se promociona a la compañía como una empresa que exporta carros usados de Japón a China y a África.
Las personas de contacto de Cartech Limited en Japón son Jamil Siraj y Sheik Abdullah, claramente nombres y apellidos con origen en Oriente Medio. Para esta investigación el señor Abdullah fue contactado a través de su número celular en Japón. Con un fuerte acento árabe, Abdullah negó tener cualquier vínculo con Cartech Limited en Hong Kong o con Polyton (Asia) Limited, también negó conocer a Joumaa o a Cheaitelly, a El Khansa o sus redes criminales.
Cuando se intentó contactar a Cartech Limited en Hong Kong, la persona que contestó el teléfono se negó a identificarse y dijo desconocer la dirección en Tsim Sha Tsui, también dijo no conocer a Paulcher Wong o Kenny Shum, las personas que actuaron como director y secretario respectivamente cuando se emitieron las acciones de la compañía.
Mientras se sigue conociendo hasta dónde llegan los tentáculos de las organizaciones de Cheaitelly y Joumaa, nada se sabe del paradero de estos colombolibaneses, pero lo que sí está claro, es que de ser detenidos deberán enfrentar varios procesos en cortes federales de los Estados Unidos, en donde se les acusa de tráfico de drogas, lavado de activos y apoyo a organizaciones terroristas tan peligrosas y perseguidas como el mismo Hezbollah, organización que, como ha quedado demostrado, ha extendido sus redes hasta Colombia, en donde narcotráfico y lavado de activos se han juntado para apoyar la plataforma del grupo terrorista libanés que además de recibir ese financiamiento ilegal, ha sido tradicionalmente apoyado por regímenes como el de Irán.
@sergioheld
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