COVID-19 Y LOS NEGACIONISTAS DE LA INMUNIDAD
4 años hace Redacción Periodismo Sin FronterasEl Dr Beda Martin Stadler (junio 1950) estudió biología en Berna donde recibió su doctorado en biología molecular, y es profesor de inmunología desde 1991.
Se hizo conocido por el público como participante en discusiones y especialmente por sus mordaces columnas, en las que toma una posición sobre temas médicos, de salud y sociopolíticos, como (contra) la medicina alternativa, (pro) la ingeniería genética y (contra-critica) la vacunación. Sus provocadoras tesis, a menudo irónicas en la redacción del título “legalizacion del dopaje”, “los consumidores quieren alimentos genéticamente modificados” o “las mujeres no son divertidas” – que despiertan la aliento y contradicciones de los lectores. Un autor del Beobachter (revista suiza) lo llamó el “profesor más controvertido de Suiza” en 2009.
De 2005 a 2008 fue columnista en el NZZ am Sonntag (uno de los 10 más importantes periódicos de todo el planeta); también escribió para Berner Zeitung (diario de Berna) y es el autor del blog Die Achse des Guten.
Además de sus publicaciones científicas y columnas periodísticas, Stadler ha publicado varios libros.
Es miembro de la junta asesora de la Fundación Giordano Bruno (fundación sin fines de lucro de derecho civil para promover la evolucion humana, crítica para la religión y desde 2020 del Instituto Hans Albert. (Donde participan un grupo de expertos para promover el pensamiento crítico y racional en política, negocios y sociedad).
Beda M. Stadler es profesor emérito y ex director del Instituto de Inmunología de la Universidad de Berna, Suiza.
Por Beda M. Stadler
Este artículo fue publicado en la edición 24/2020 de Die Weltwoche
La traducción y publicación en “Periodismo sin Fronteras” se realizó con el permiso expreso del autor
Traducción: Rolf Schlumpf
Esto no es una acusación, sino un registro inamovible. Podría golpearme a mí mismo porque había estado mirando el virus Sars-CoV-2 con pánico durante demasiado tiempo. También estoy un poco molesto por muchos de mis colegas inmunólogos que hasta ahora han dejado la discusión sobre Covid-19 a virólogos y epidemiólogos. Me parece que es hora de criticar públicamente algunas de las declaraciones principales y completamente erróneas sobre este virus.
Primero, estaba mal decir que el virus era nuevo.
Segundo, era aún más incorrecto afirmar que la población no tenía inmunidad a este virus.
Tercero, fue, por así decirlo, la culminación de la estupidez afirmar que uno podía pasar por la enfermedad de Covid-19 sin síntomas o infectar a otros sin síntomas.
El virus corona desaparece gradualmente. ¿Qué ha sucedido realmente en las últimas semanas? Los expertos han pasado por alto las conexiones fundamentales. La respuesta inmune al virus es mucho más fuerte de lo que se pensaba
Pero ahora uno tras otro:
1. ¿Es un virus nuevo?
A finales de 2019, el virus corona apareció en China, que se consideraba nuevo. Sin embargo, después de que la secuencia del gen, es decir, el modelo para el virus corona, había sido identificado y se le había dado un nombre relacionado a los Sars que apareció en 2002, es decir, Sars-CoV-2, uno ya debería haber preguntado qué tan lejos podría estar esta relación con otros virus corona eso también podría enfermarnos a los humanos. No, en cambio se ha discutido de qué animal, que también existe en la dieta china, podría derivarse del virus. Mientras tanto, sin embargo, muchas más personas incluso creen que los chinos sean tan estúpidos de haber dejado este virus desatarse en su propio país.
Sin embargo, ahora que se trata de hacer vacunas contra el virus, están surgiendo trabajos científicos que muestran que este llamado virus nuevo está estrechamente relacionado con Sars-1 y otros virus beta corona que sufrimos cada año en forma de resfriados. Además de las homologías puras de secuencia entre los diversos coronavirus patogénicos en los humanos, actualmente se definen varias áreas en los virus, como lo reconocen las células inmunes humanas. Ya no se trata solo de las relaciones genéticas, sino de cómo se ve el virus para el sistema inmune, es decir, cuáles partes de Sars-CoV-2, sino también otros coronavirus podrían usarse como vacuna.
Entonces: Sars-Cov-2 no es tan nuevo, sino solo un virus estacional del resfriado que ha mutado y, como todos los demás virus del resfriado, desaparece en verano, lo que ahora se puede observar en casi todo el mundo. Por cierto, los virus de la gripe mutan en mayor medida, y nadie diría que una nueva familia del virus de la gripe es algo completamente nuevo. Muchos veterinarios se han molestado por la afirmación de un virus completamente nuevo, después de todo, han estado usando vacunas contra los coronavirus en gatos, perros, cerdos y ganado durante años.
2. La historia de la falta de inmunidad.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta los virólogos de Facebook, todos han afirmado que el virus sea particularmente peligroso porque no tenga inmunidad contra él porque es un virus nuevo. Incluso Anthony Fauci, el asesor principal de la administración Trump, inicialmente dijo en apariciones públicas que el riesgo del virus era que no había inmunidad contra él. Tony y yo solíamos sentar lado a lado en seminarios de inmunología en el Instituto Nacional de Salud en Bethesda en los Estados Unidos porque estábamos trabajando en campos relacionados en ese momento.
Así no fui crítico con su testimonio por un tiempo, después de todo, vino de un colega respetable.
Solo se me ilumino la bombilla cuando me di cuenta de que la primera prueba de anticuerpos comercial consistía en un anticuerpo antiguo que realmente reconocía a Sars-1. Este tipo de prueba busca ver si hay anticuerpos en la sangre y si fueron creados en una lucha previa contra el virus. También se aislaron anticuerpos de una llama, que reconocen Sars-1, Sars-CoV-2 y el virus Mers. También se sabía que en lugares donde Sars-1 había brotado, Sars-CoV-2 causaba menos estragos. Estos son hallazgos claros que necesariamente sugieren que nuestro sistema inmunitario considera que al menos Sars-1 y Sars-CoV-2 son parcialmente idénticos y que un virus probablemente podría protegernos del otro.
Entonces me di cuenta de que todo el mundo simplemente afirmaba que no había inmunidad, pero en realidad nadie tenía una prueba para probar tal afirmación. No era ciencia, era solo una especulación por presentimiento que fue repetido como por papagayos por todos. Hasta la fecha no hay pruebas de anticuerpos que describan todas las diferentes situaciones inmunológicas posibles, como: si es inmune, desde cuándo, contra qué se dirigen los anticuerpos neutralizantes y cuántas estructuras existen en otros coronavirus que también conducen a la inmunidad
A mediados de abril se publicó un trabajo del grupo de Andreas Thiel de la Charité en Berlín. Fue un trabajo con treinta autores, incluido el virólogo Christian Drosten. Mostró que el 34 por ciento de los berlineses que nunca habían estado en contacto con el virus Sars-CoV-2 todavía podían detectar una inmunidad de las células T (otro tipo de respuesta inmune, ver más abajo) contra el Sars-CoV-2. Esto significa que nuestras células T, es decir, los glóbulos blancos, reconocen estructuras comunes en Sars-CoV-2 y los virus normales de resfriado y, por lo tanto, luchan contra ambos.
Un estudio realizado por John P.A. Ioannidis de la Universidad de Stanford, uno de los diez científicos más citados en el mundo según la Fundación Einstein en Berlín, también mostró que la inmunidad a Sars-CoV-2, medida con anticuerpos, es significativamente más alta que supuso antes. Ioannidis ciertamente no es un teórico conspirado que simplemente nada contra la corriente; sin embargo, ahora es criticado porque no se han utilizado pruebas de anticuerpos realmente precisas. Con esto los críticos admiten que tampoco tienen tales pruebas. Por cierto, John P. A. Ioannidis es en el mundo de la ciencia un peso pesado, comparado a él todos los virólogos alemanes juntos son peso plumas.
3. El fracaso de los creadores de modelos
Los epidemiólogos cayeron en la trampa de la falsa creencia de que no había inmunidad en las personas. Además, no querían admitir que los virus corona son virus estacionales del resfriado y desaparecen en verano. De lo contrario, sus modelos de curvas habrían sido diferentes. Después de que se escenifico el peor de los casos iniciales en ningún lado, algunos ahora se aferran a modelos que predicen la venida de una segunda ola. Dejémosles esta esperanza: nunca he visto una rama de la ciencia que se haya dejado de lado de esta manera. Tampoco entiendo por qué los epidemiólogos están tan interesados en la cantidad de muertes en lugar de cuántas vidas podrían salvarse.
4.La inmunología del sentido común
Como inmunólogo, confío en un modelo natural, a saber, el organismo humano, que ha desarrollado un sistema inmunitario probado y capaz de aprender. A finales de febrero, en el viaje de regreso después de una transmisión de “arena” (comento del traductor: Programa de tv suiza), me expresé en el auto de Daniel Koch (cdt: Covid-19 delegado de la Oficina Federal de Salud Pública) de mi suposición de que había una inmunidad básica contra Sars-CoV-2 entre la gente. Él impugnó esa opinión. Lo defendí más tarde de todos modos cuando dijo que los niños no eran “una fuerza impulsora” de esta pandemia. Sospechaba que los niños no tenían receptor para el virus, lo que por supuesto no tiene sentido. Pero hay que reconocer que su observación fue correcta. Sin embargo, existe una cierta ironía en el hecho de que los científicos lo empujaron y exigieron estudios apropiados. Al final, no se requirieron estudios para demostrar que las personas del grupo de riesgo mueran.
Cuando se observó la misma tendencia en las primeras estadísticas de China y luego también en la situación de los datos mundiales, es decir, que prácticamente nunca un niño menor de diez años se enfermó, todos deberían haber llegado con el argumento de que los niños son obviamente inmunes.
Cualquier otra enfermedad en la que un determinado grupo de personas no se enferma se consideraría inmune. Si, desafortunadamente, las personas mueren en un ancianato, pero otros habitantes de esto lugar con los mismos factores de riesgo permanecen completamente imperturbables, también se debe suponer que eran inmunes.
Algunas personas han perdido este sentido común, así que por chiste los llamamos “negacionistas de inmunidad”. Este nuevo género de negacionistas tuvo que observar que la gran mayoría de las personas que dieron positivo para este virus, es decir, que tenían virus en la garganta, no se enfermaron. El término “silent carriers” apareció como por arte de magia para esto, portadores silenciosos, y se ha pretendido que uno puede estar enfermo sin síntomas. Eso sería riesgoso. Si este principio se volviera común en la medicina a partir de ahora, las compañías de seguros de salud tendrían un problema, pero también los maestros, porque a partir de ahora los alumnos pueden pretender todas las enfermedades para saltear la escuela, después de todo, los síntomas ya no son necesarios para estar enfermo.
El siguiente chiste que difundieron algunos virólogos fue la afirmación de que estos pacientes asintomáticos aún podían infectar a otras personas. Estos pacientes “sanos” albergarían tantos virus en la garganta que, durante una conversación normal entre dos personas, un “sano” infectaba a el otro. Ahora hay que imaginarse todo lo que está pasando allí. Si se forman virus en cualquier parte del cuerpo, incluida la garganta, esto significa que las células humanas perecen. Cuando las células mueren, el sistema inmunitario es alertado inmediatamente y se desarrolla una inflamación. Uno de los cinco síntomas cardinales de una inflamación es el dolor. Es comprensible que los pacientes que padecen Covid 19 ya no puedan recordar la picazón inicial de la garganta y luego afirmen que no tuvieron síntomas hace unos días. Usar esto como médico o virólogo para hacer una historia de personas enfermas “sanas” que causa pánico y que a menudo fue una razón para medidas de bloqueo más estrictas muestra cuán grave fue el chiste en realidad. Al menos la OMS no ha aceptado la afirmación de contagio asintomático e incluso duda de esta afirmación en su sitio web.
Aquí, de manera práctica y especialmente para los negacionistas de la inmunidad, un resumen muy breve de cómo los humanos somos atacados por los gérmenes y reaccionamos ante ellos: si hay virus patógenos en nuestro entorno, todas las personas, independientemente de si son inmunes o no, están infectadas por estos virus. Si eres inmune, la lucha contra los virus ahora comienza. Lo primero que hacemos es tratar de usar anticuerpos para evitar que los virus se unan a nuestras células. Por supuesto, esto es solo parcialmente posible, no siempre serán bloqueados y muchos virus se anidarán en las células apropiadas. Esto no tiene que conducir a síntomas, pero tampoco es una enfermedad. Porque la segunda defensa del sistema inmune ahora viene al rescate. Estas son las llamadas células T mencionadas anteriormente, glóbulos blancos que pueden determinar desde el exterior en qué otras células se esconden los virus para multiplicarse allí. Dichas células, que prácticamente crían virus, son buscadas en todo el cuerpo y asesinadas por las células T hasta que se erradica el último virus.
(Nota del editor: Ud puede ver cómo se vive actualmente en Ginegra la “pandemia” en este video que se ha hecho viral en las redes:)
Entonces, realizando una prueba de corona de PCR en una persona inmune no se reconoce ningún virus, solo una pequeña parte del genoma viral. La prueba será positiva hasta que no queden restos del virus. Correcto, incluso si ya no hay virus infecciosos, una prueba de corona puede resultar positiva porque incluso una pequeña parte del material genético viral se reproduce suficientemente en la prueba utilizando el método de PCR (cdt: “creando” las famosos reinfecciones). Esto sucedió cuando el informe de Corea dio la vuelta al mundo y la OMS se hizo cargo de que más de 200 coreanos que se habían sometido a Covid-19 habían sido infectados nuevamente, por lo que es probable que no haya inmunidad contra este virus. La aclaración de la verdad y las disculpas llegaron un poco más tarde cuando se descubrió que los coreanos inmunes estaban todos sanos y solo habían tenido una breve lucha con el virus. El problema fue que los restos del virus todavía se detectaron en las pruebas que eran demasiado sensible y dispararon la señal “positiva”. En nuestro caso, una gran cantidad de contagios reportados diariamente se deben simplemente a tales restos del virus (cdt: falsos positivos).
La prueba de PCR, con su enorme sensibilidad, fue justa al principio para descubrir dónde podría estar el virus. Sin embargo, la prueba no puede determinar si el virus aún está intacto, es decir, si sigue siendo contagioso.
Desafortunadamente, esto también ha llevado a algunos virólogos a equiparar la fuerza de la señal de prueba con la carga viral, es decir, la cantidad de virus que se puede exhalar. Afortunadamente, nuestras guarderías (cdt: en Suiza) permanecieron abiertas.
Dado que los virólogos alemanes probablemente no miran a otros países por principio, en los cuales el número de casos disminuye más rápido que en casa, esto no los afectó.
5. La inmunidad corona como problema
¿Qué significa eso en la práctica? El período de incubación extremadamente largo de dos a catorce días, y los informes de 22 a 27 días, deberían sorprender a cualquier inmunólogo. Al igual que la afirmación de que la mayoría de los pacientes ya no excretarían un virus después de cinco días. Ambos a su vez sugieren que debe existir una inmunidad básica, por así decirlo, en el fondo, lo que conduce a una distorsión de los procesos como uno esperaría normalmente: largos tiempos de incubación e inmunidad rápida.
Es precisamente esta inmunidad la que parece ser el problema en pacientes con un curso grave de la enfermedad. Nuestros títulos de anticuerpos, es decir, la precisión del sistema de defensa, disminuyen con la edad. Pero incluso las personas que se alimentan mal o son desnutridas sufren de una inmunodeficiencia, por lo que el virus no solo muestra los problemas médicos de un país, sino también parte de sus problemas sociales.
Si una persona infectada tiene muy pocos anticuerpos, es decir, una defensa inmune que es demasiado débil, el virus se propagará lenta pero constantemente por todo el cuerpo. Ahora que no quedan suficientes anticuerpos, solo queda la segunda parte de la respuesta inmune: las células T comienzan a luchar contra las células infectadas por el virus en todo el cuerpo. Esto puede conducir a una respuesta inmune excesiva, casi una matanza masiva; Esto se llama la tormenta de citoquinas. Muy raramente, esto también puede ocurrir en niños pequeños y luego se llama síndrome de Kawasaki. Con este caso especial en niños, también se trató de provocar pánico aquí. Sin embargo, es interesante que este síndrome sea simple y fácil de tratar. Los niños reciben anticuerpos de donantes de sangre sanos, es decir, personas que han tenido resfriados de coronavirus. Por lo tanto, la inmunidad silenciosa todavía se usa terapéuticamente en la población.
Incluso las personas que se alimentan mal o son desnutridas sufren de una inmunodeficiencia, por lo que el virus no solo muestra los problemas médicos de un país, sino también parte de sus problemas sociales
¿Ahora qué?
El virus se ha ido por ahora. Probablemente volverá en invierno, pero no será una segunda ola, solo un resfriado. Por lo tanto, cualquier persona que actualmente esté caminando con una máscara como una persona joven y saludable debería usar un casco de manera inteligente, ya que el riesgo de que algo se caiga en la cabeza es mayor que una enfermedad grave con Covid-19.
Si todavía hubiera un aumento significativo de contagios en una quincena, al menos sabríamos que una de las medidas relajadas de antes era una restricción sensata. De lo contrario, recomiendo a todos que lean el último trabajo de John PA Ioannidi, en el que describe la situación con base en los datos globales del 1 de mayo de 2020: menores de 65 años sin enfermedad previa, solo del 0.7 al 2.6 por ciento de todos Muertes por COVID-19. Para hacer frente a la pandemia, una estrategia que se limita a la protección de las personas mayores de 65 años es suficiente. Si un experto superior está de acuerdo, un nuevo cierre se convertirá en una prohibición.
De vuelta en el camino a la normalidad, sería bueno para nosotros ciudadanos ahora si algunos creadores de pánico se disculparan. Por ejemplo, los médicos que exigieron la selección de pacientes Covid-19 de más de 80 años para que ya no recibieran ventilación. También medios que han mostrado videos de pánico de hospitales italianos varias veces para ilustrar algo que nunca existió. Todos los políticos que exigieron “prueba, prueba, prueba” sin siquiera saber lo que mide la prueba. O el Bund (La Confederación Suiza), para una aplicación que nunca funcionará y me advertirá incluso si alguien cerca de mí es positivo, pero no contagioso.
En invierno, cuando la gripe y otros resfriados vuelven a aparecer, podemos besarnos con menos frecuencia, pero uno debería lavarse las manos también sin virus. Y las personas que han contagiado algo de todos modos deben quitarse las máscaras y mostrar a todos cuánto han aprendido de esta pandemia. Y si aún no hemos aprendido a proteger a nuestros grupos de riesgo, tenemos que esperar una vacuna que, con suerte, funcionará para las personas en riesgo
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