GOLPES A SOBERANÍA COLOMBIANA EN SAN ANDRÉS
Todo conlleva a que dimos en el blanco en cuanto a los proyectos de Nicaragua en las aguas conquistadas: lo único que le interesa es la exploración y explotación de hidrocarburos en la antigua zona de exclusión económica que le fue cercenada a Colombia
Golpes a soberanía colombiana en San Andrés
Por Fabio Roca Vidales – (Fotos : Fabio Serrano y Juango)
Noviembre 25 de 2012
En la página 3 (SUMARIO) de la edición 3.060 del 8 al 14 de septiembre de 1976, (hace 36 años), se afirma: “¡PETRÓLEO EN SAN ANDRÉS!…NADIE LO SABÍA. ERA UN SECRETO DE ESTADO. NOSOTROS SÍ LO SUPIMOS Y VIAJAMOS A SAN ANDRÉS (ISLAS) PARA COMPROBAR O DESMENTIR LO QUE PRIMERO FUE UN SIMPLE CHISME. Página 18”.
Este factor resultó ser la base y el origen real de todo el pleito con Nicaragua, llegado a manos de una dudosa corte internacional de “justicia”, la de la Haya, que dejó al borde de la más cruel recesión a las etnias que luchan y sobreviven a través de la pesca, precisamente donde caprichosamente, le quitaron a Colombia la soberanía de casi 100 mil Km.2, en la zona de exclusión económica en la que se encuentran los principales bancos de diversas especies de peces, langostas y mariscos.
Breve historia . S.M. El Rey Carlos IV De Borbón, dispuso anexar la Mosquitia y el Archipiélago de San Andrés al
Virreinato de la Nueva Granada, en 1803.Nótese el gran parecido con su descendiente, el actual Rey de España, Don Juan Carlos I de Borbón y Borbón. Galeón varado en Bocas del Toro (costa Mosquitia, Departamento de Panamá, COLOMBIA).
Colombia ya ejercía soberanía sobre el archipiélago desde que en 1803 la corona española lo puso bajo la jurisdicción del Virreinato de la Nueva Granada. Desde 1544, habían estado en manos de la Capitanía General de Guatemala la Costa de Mosquitos y todas las Islas y cayos del Archipiélago de San Andrés, desde el cabo de Gracias a Dios hasta el Río Chagres.
Estos territorios continentales e insulares fueron retirados por Decreto Real (1803) de S.M. EL Rey CARLOS IV DE BORBON de esa Capitanía y agregadas al VIRREINATO DE LA NUEVA GRANADA y sucesivamente, a la REPÚBLICA DE LA NUEVA GRANADA, a los ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA y a la REPÚBLICA DE COLOMBIA, conforme a las denominaciones que ha tenido Colombia desde la Colonia hasta su plena Independencia y democracia.
Real decreto de 1803. Enterado el gobierno de EE.UU. del interés de Gran Bretaña por abrir un canal interoceánico desde el Atlántico hasta el Pacifico, Nicaragua proyectó hacer lo propio, pero se les atravesaba allí el principal territorio occidental: la Costa de la Mosquitia colombiana. La solución: Tomarla por la fuerza o por la diplomacia.
Los ingleses ignoraron la propiedad de Colombia sobre la Mosquitia, muy clara desde la expedición de la Real Orden de Carlos IV de Borbón de 1803, confirmada el 26 de marzo de 1805 por el mismo Rey y no adelantaron el proyecto interoceánico al conocer, además, estudios de sus ingenieros que lo consideraron inviable por la alta sismicidad, inestabilidad y peligro eventual por los temibles volcanes de la zona. A ello se sumaba la propiedad colombiana de la Costa Mosquitia, lo cual les obligaba a buscar otras probabilidades de negociación.
En este Real Decreto, el monarca segregó de la Capitanía General de Guatemala la Costa de Mosquitos y todas las Islas y cayos de San Andrés desde el cabo de Gracias a Dios hasta el Río Chagres, agregándoles al Virreinato de la Nueva Granada. Por consiguiente, pasaron a ser –en su orden histórico- de propiedad de los Estados Unidos de Colombia, de la República de la Nueva Granada y de la República de Colombia.
Petrolización, único motivo del fallo de La Haya. Les regalan la Mosquitia y ahora quieren todo el archipiélago.
Luego, en un tratado colombo-nicaragüense ESGUERRA-BÁRCENAS firmado en 1928, el gobierno de Colombia (Presidente Miguel Abadía Méndez) en un acto inexplicable de desprendimiento, cedió toda la costa Mosquitia a Nicaragua, para facilitarle su salida al atlántico.
Esa benevolencia no fue debidamente agradecida ni entendida por Nicaragua, sino simplemente como una entrega de Colombia de un territorio “que no era suyo”.
Levantando conmiseración y olvidando los títulos colombianos, el expansionista y belicoso ex guerrillero señor Ortega dijo groseramente al comentar el inesperado fallo holandés; “”Se dio continuidad a una tarea nacional. Era un paso imprescindible y era un paso que se podía dar porque había un equipo que seguía trabajando, que seguía acumulando pruebas, documentos”, señaló el presidente de Nicaragua, sin mencionar cuales fueron esos presuntos “papeles” como para tener que ceder cerca de 100 mil kilómetros marinos y de zona económica exclusiva.
Los magistrados no son ángeles y como seres humanos, se equivocan y cuando eso sucede y es comprobable, deben modificar las falencias notables de su fallo, sobre todo cuando está afectando a una gran población insular que vive de la pesca, tanto Comercial y para el consumo interno, afectando así el “Mínimum Vítale” de las etnias hispanas y “raizales” del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (a las que la CIJ les recortó absurdamente su plataforma
Y dijo Ortega con tono de emperador romano: “Esta victoria es para celebrarla con el pueblo nicaragüense” y agregó además: “estamos logrando una plataforma continental, un territorio marítimo. Antes, hasta el día de hoy, éramos prisioneros en nuestro propio territorio marítimo”. ¡Qué desproporción y nuevamente, qué desagradecimiento! Si Colombia no les hubiese cedido la costa de Mosquitia, en el tratado Bárcenas Esguerra, Nicaragua no tendría ni un solo centímetro de áreas marinas y submarinas en el atlántico caribeño.
Volvamos a la publicación de la revista, pues todo conlleva a que dimos en el blanco en cuanto a los proyectos de Nicaragua en las aguas conquistadas: lo único que le interesa es la exploración y explotación de hidrocarburos en la antigua zona de exclusión económica que le fue cercenada a Colombia, pues cuando visitamos esas áreas en 1976, ya Nicaragua, sin tener ningún derecho a hacerlo, entró en negociaciones con petroleras norteamericanas , rusas y pásmense ustedes, holandesas, que ya llegarán gracias a sus coterráneos de La Haya a explorar en breve lapso una zona de reserva ecológica, prohibida a partir del desastre que sufrieron los EE.UU. con los derrames ocasionados por la British Petroleum Co.
Colombia ha cuestionado desde el 2011 la concesión otorgada a una empresa petrolera para explorar cerca de la isla San Andrés. La empresa “MKJ EXPLORACIONES INTERNACIONALES” obtuvo la concesión por parte del Gobierno nicaragüense para explorar las cercanías de la isla de San Andrés en busca de petróleo. En 15 de Abril de 2011 la empresa INFINITY ENERGY RESOURCES completó y presentó el estudio de impacto ambiental para actividades de exploración de gas y petróleo “en el Mar Caribe de Nicaragua”.
En comunicado de prensa, la empresa explicó que el proceso de aprobación debiera consumir unos 90 días, al final de los cuales se comenzarán las actividades de mapeo sísmico en las 560.000 hectáreas de concesiones que tiene la compañía “en aguas territoriales de Nicaragua”.
La hostilidad de Ortega es permanente y los movimientos del mismo son muy sospechosos porque se refieren a pasos exploratorios precisamente en los sitios donde tres cayos colombianos fueron encerrados en círculos de 12 millas cada uno, pero dándole la posesión del mar a viernes 23 de julio de 2010.
En el campo San Bartolo, la empresa NORWOOD RESOURCES encontró petróleo crudo ligero de 38.5 API. Dicha empresa reportó el avance de la exploración petrolera en el área, detallando que extrajo un total de 57.3 barriles de petróleo crudo ligero a una profundidad aproximada de 1.9 kilómetros.
En Diciembre de 2009, el área concesionada a INFINITY RESOURCES contendría tres yacimientos con potencial por más de 3.000 millones de barriles.
Los estimados resultan de un estudio desarrollado por la HOLANDESA “FUGRO DATA SERVICES” y la brasileña “CONSULTORÍA EM GEOLOGÍA GEOFÍSICA E INFORMATICA DE PETROLEO”.
En Septiembre de 2009 el concesionario de la exploración petrolífera en “aguas nicaragüenses” completará el análisis de datos “en 90 días”.
La empresa de exploración de petróleo y gas en las costas de Nicaragua, INFINITY ENERGY RESOURCES, anunció un acuerdo CON FUGRO DATA SERVICES AG, mediante el cual tendrá a su disposición información sísmica de sus concesiones en el país, que aproximadamente suman 1,4 millones de hectáreas.
Rusia explorará petróleo en Nicaragua. En 2009 Rusia y Nicaragua formalizaron un acuerdo de cooperación energética para realizar estudios de exploración petrolera en el país.El viceprimer ministro ruso, Igor Sechin, informó que las exploraciones, que se realizarán en zonas marítimas y terrestres del territorio nicaragüense, serán dirigidas por el CONSORCIO NACIONAL PETROLÍFERO DE RUSIA, formado por las más grandes compañías de petróleo rusas.
Todo eso explica el desespero de Ortega por convertirse en una especie de J.R. y a Nicaragua en una Texas marina, ojalá sin la pistola al cinto a lo Cow Boy.
Si este fallo del tribunal ubicado en los Países Bajos, se mantiene, nos preguntamos que va a pasar en el Archipiélago frente a la hostilidad del dictador institucionalizado que generará “trancones” marítimos, bloqueos a los barcos pesqueros, detenciones de faenadores y turistas, multas y cobros de peajes marinos y aéreos y toda clase de trabas que sólo proliferan en la mentalidad ácrata de los tiranos, no podemos ver un mañana despejado para los sanandresanos.
Nuestra visita premonitoria. Los relojes marcaban las cuatro de la tarde, cuando el capitán Sánchez, Comandante del Remolcador N° 75 ARC “BAHÍA DE UTRÍA”, perteneciente a la Fuerza Aeronaval del Atlántico con Base en CARTAGENA, dio la orden de preparar las maniobras de zarpe en el muelle de la capital del Departamento de San Andrés.
Comenzaba en ese momento la primera fase de la “OPERACIÓN ORO NEGRO”, consistente en demarcar zonas del Archipiélago de San Andrés y Providencia –teniendo como base las áreas marinas y submarinas de los Cayos de RONCADIOR, QUITASUEÑO, SERRANA, SERRANILLA, BREAKER, BACON del E.S.E. y de ALB y de los de ALBURURQUERQUE y de los Bajos NUEVO y ALICIA, donde los técnicos señalan estructuras o fallas favorables a la acumulación de petróleo.
A bordo, el Jefe de la División de Fronteras del Ministerio de Relaciones Exteriores, Coronel (Retirado) JULIO LONDOÑO PAREDES, autor nada menos que de un compendio histórico-jurídico sobre el DERECHO TERRITORIAL DE COLOMBIA, en el cual precisa los inútiles pasos dados por la imperialista Corona británica y la desesperada pretensión nica de conseguir costa atlántica para adelantar su proyectado y siempre fracasado intento de Canal Interoceánico.
Nicaragua quería apoderarse de la Mosquitia en 1889. Fracasados tales intentos, se apoderó de las Islas MANGLE y Colombia no pasó de una protesta. Igualmente, Managua comenzó a pagarle a Estados Unidos un arrendamiento por las mencionadas Mangle. Sinembargo, en 1928 Colombia terminó cediéndole a Nicaragua LA COSTA DE MOSQUITOS y ésta no objetó los legítimos títulos Reales que mostraba Colombia sobre el Archipiélago de San Andrés.
Actuando desprevenidamente, con la ingenuidad de quien siempre marcha dentro de la Ley, el negociador colombiano ante la famosa CIJ de la Haya tiene muy claros los derechos de Colombia, pero da la impresión que no quiso o no pudo decirlos ante los magistrados, quienes es muy difícil que pudieran fallar imparcialmente, al ver involucrados los intereses económicos de su país, cuyos expertos en petróleos fueron contratados por Nicaragua a través de una firma holandesa, empleándolos desde comienzos del 2000 en pro de Managua y en detrimento de Colombia, dueña de esas posiciones caribeñas desde hace más de 200 años. La propiedad colombiana data del Siglo XVII, Siglo XIX y Siglo XX, viéndose afectada solo en el Siglo XXI.
Tocó en “mala suerte” la gestión de Canciller de la República, distinguida en este mal trance de pérdida de cerca de 100 mil kilómetros caribeños, a una dama bogotana MARIA ÁNGELA HOLGUÍN, ex embajadora colombiana en Venezuela, que no sabemos si desciende de los extraordinarios abogados y presidentes de la República don JORGE y Don CARLOS HOLGUÍN MALLARINO .
Y contra los pescadores. El insólito fallo le quitó más de 75 mil kilómetros de área de pesca a la industria pesquera
individual y cooperativa colombiana en el Mar Caribe.
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua se pronuncia sobre el fallo de CIJ el cual considera ¡una victoria! y agregó el 20 de noviembre de 2012, que “existe el mérito de no haber perdido la batalla de defender el territorio de la patria“.
“Hoy es un día de la patria, hoy es un día de victoria. Nicaragua tomó un nuevo impulso después de la revolución de julio de 1979 y el primero de febrero de 1980, el gobierno declaró la nulidad del tratado, impuesto cuando éramos una colonia estadounidense. Luego vinieron los procesos ante la Corte Internacional de Justicia”, dijo el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega en su primer pronunciamiento tras anuncio de la CIJ
En una parte de su intervención llegó a decir que la Corte al trazar el límite, Ortega fue más allá. “Colombia debería indemnizarnos por tantos años de explotación de nuestros recursos naturales”. Tras señalar que “Colombia hizo muchas artimañas. Firmó tratados con Honduras y con Costa Rica para seguirnos atrapando”.
“A dónde van a recurrir, no hay corte del mundo al que Colombia pueda recurrir”, puntualizó Ortega. Ahí se le acabó el Derecho.
Intervención prusiano-inglesa. Al ignorar la soberanía colombiana, los imperialistas británicos resolvieron “crear” por “arte de magia” el “REINO DE POYÁIS O DE LA MOSQUITIA” y para que los representara en ese “trono caribeño”, escogieron uno de los parientes ”menos ricos” de la gran Reina Victoria (familias reales, austriacas y escocesas, tales como: los Duques de Saxe-Hildburghausen, Duques de Mecklenbugo Strelitz y Saxe Coburgo y Gotha) que estaban haciendo fila para buscar corona real o virreinal con los auspicios de la Corte de Saint James, en los nuevos territorios usurpados por “La pérfida Albión” en todo el mundo , ahora liberados pero integrados en la “Commonwealth”.
El escogido en 1840-41 fue el austriaco ROBERT CHARLES FREDERICK I, descendiente del Prince of Wales, RH Frederick Lewis y de la Duquesa germana Lady Augusta de Saxe-Gotha).
La indebida intervención británico-prusiana, en tierra colombiana, se consumó aprovechando el descuido, la incuria y “flojera” del jefe político de la isla se San Andrés, quien no aparecía ni inspeccionaba la región desde 1835 por temor al “mareo” que le causaba la navegación en balandro.
Y nos precisa el Ex canciller, historiador, jurista y coronel-diplomático JULIO LONDOÑO PAREDES, embajador colombiano en Cuba en su muy completa obra jurídica e histórica “DERECHO TERRITORIAL COLOMBIANO” (Editorial de las FF.MM.1973):
“En 1841 se apareció en BOCAS DEL TORO la vieja corbeta británica “TWEED”, llevando como pasajero al virtual REY de POYÁIS o de MOSQUITIA ROBERTO CARLOS FEDERICO a bordo, con el propósito de tomar posesión de sus dominios” SOBRE LA COSTA DE MOSQUITIA, que a estas alturas se encontraba ocupada, de última hora, por morenos, previa y rápidamente importados de Jamaica.
“El “Rey” –agrega- luego de recorrer la región pasó por las islas mangles y liberó a los esclavos que allí se encontraban. Los pobladores, de similar etnia e idioma de los liberados, acogieron cálidamente a “Robert Charles Frederick the first”.
En esa ocasión, olvidaron los manifestantes –ante la demagogia libertaria- que los británicos fueron los creadores del tráfico de esclavos, que los vendían en América a los españoles y portugueses para atender las labores fuertes y los trabajos del campo que no podían asignarse a los indígenas, debido a la prohibición decretada por la Reina ISABEL I DE CASTILLA, LA CATÓLICA, como medida protectora de sus súbditos, los aborígenes.
Al producirse la presunta y clandestina “ascensión al trono” por parte del primero y último Reyezuelo de los Mosquitos, los ingleses se vieron precisados a realizar varios viajes para trasladar por mar a esclavos jamaiquinos que sirvieran de “clac” para aplaudir el próximo desembarco del monarca en el istmo , las BOCAS DEL TORO, todo ello por la inexistencia de población vernácula en la cenagosa e inhóspita región, plagada de mosquitos conocidos ahora como “Anopheles Aedes Aegyptis”, transmisores de paludismo, la malaria y la toxoplasmosis.
Con el beneplácito del Imperio Británico, la ignorancia y descuido de los gobiernos de Colombia y el resto de Latinoamérica, la mirada calculadora y curiosa de los EE.UU. a la sazón impulsando su propio imperio, transcurrió el oscuro e inútil “reinado” del “Rey de Mosquitia”, sin que durante todo ese lapso –que terminó por ser demasiado largo, pues pasó de dos décadas– dejaran de producirse las frecuentes protestas del gobierno colombiano, que comenzaron mucho antes de la débil usurpación oficial de opereta.
El general Santander prevé una invasión. Premonitoriamente, el 5 de julio de 1824, el vicepresidente de la República de Colombia, general Francisco de Paula Santander y Omaña, ante los ataques a naves mercantes por parte de flotas piratas tripuladas por filibusteros británicos y franceses y de comercio ilícito en las crecientes actividades de los contrabandistas jamaicanos , firmó un decreto preventivo contra cualquier intento de usurpación territorial.
El Decreto suscrito por el Vicepresidente en funciones, declara “ILEGAL toda empresa que se dirija a colonizar cualquier punto de aquella parte de la costa de Mosquitos …..que corresponde en dominio y propiedad a la república de COLOMBIA en virtud de la declaración formal hecha por CARLOS IV en San Lorenzo (Palacio de EL ESCORIAL) a 30 de noviembre de 1803, por la cual se segregó definitivamente dicha parte de la Costa de Mosquitos (de Guatemala) al antiguo VIRREINATO DE LA NUEVA GRANADA….”
No sospechaba Sinembargo el Colibertador de la independencia Grancolobiana, que 17 años después iba a presentarse este sainete de 1841 con el presunto “rey–libertador de esclavos caribeños”, que no tenía otro propósito que asegurar la aspiración británica de abrir un canal interoceánico por Nicaragua, que por su parte no veía mal tal proyecto “aunque fuera manejado “a Perpetuité” por los ingleses.
Tan a gusto estaban los gobernantes en Managua con su vecino “Real”, que suscribieron tratados ilegales sobre la región, violando el “Uti possidetis Juris” de 1803 y de 1810, hasta el punto que le pusieron “sueldo” al pintoresco monarca anglo-sajón, a quien reverenciaba el gobierno de Managua con el trato de “Your Majesty The King Robert Charles Frederick I”.
Perdida colombiana en Centroamérica. El quimérico “reino” de poyáis-mosquitia
El Rey Robert Charles Frederic I, proclamado como tal en 1841, salió de allí pocos años después, cuando se dio cuenta que estaba muy mal rodeado y “en el lugar equivocado”, al que le habían llevado sus reales parientes ingleses, interesados en utilizarle para conseguir contratos de concesión a firmas británicas, destinados a la apertura de un canal interoceánico desde la costa Mosquitia al Lago de Nicaragua y su costa del Pacífico.
Esta vez no se produjo al menos la afrenta de lo que fue, 62 años después, el zarpazo norteamericano del Coronel Theodore Roosevelt a nuestro amado Departamento de Panamá en 1903.
Periódicamente, aproximadamente cada dos décadas, pintorescos personajes como Daniel Ortega, salen a agitar banderas de falso nacionalismo, para presentar a Colombia como país “imperialista”, por mantener una inmodificable defensa de la soberanía sobre sus territorios, entre ellos el Archipiélago de SanAndrés, Providencia y Santa Catalina, heredado legítimamente del Virreinato de la Nueva Granada y pretendido por una minoría nica que al desconocer la historia, el Derecho Internacional, los tratados suscritos por su país y los principios que los enmarcan, como el “Uti possidetis Juris” y el respeto que merecen la seriedad y la intangibilidad de los mismos, pretenden sembrar el odio entre países hermanos solo por sacar avante políticas de demagogia y despotismo de sus mentores del siglo XX, que cayeron con los muros que habían levantado para secuestrar la dignidad y la libertad europea tras la berlinesa Puerta de Brandemburgo.
Este dinosaurio de la defenestrada revolución materialista, vuelve a salir a la palestra internacional, sin haber aprendido la lección de respetar el derecho internacional que desconoce, al igual que ignora el rechazo mundial al terrorismo del que se ha convertido en este hemisferio, como pretendido “defensor” de organizaciones criminales que practican el secuestro, el latrocinio, los atentados dinamiteros, el asesinato selectivo y el narcotráfico corrupto.
“Reyes, piratas y matones de opereta”. La piratería profesional, conformada por aventureros sin conciencia, fue tolerada, usada y hasta “estatuída” y protegida por la monarquía británica desde el reinado de Isabel I De Inglaterra. Y en determinados períodos, las necesidades de expansión territorial fueron utilizadas como un arma para pretensiones imperialistas.
El Brithis Empire, reciclador competidor con los Estados Unidos, luchaba de manera oportunista para hacerse a los territorios perdidos por el derruido imperio español.
Ambos encontraban facilidad en la convulsa situación política interna de Colombia, pues la ceguera de su gobierno descuidaba la seguridad y desarrollo de los territorios más apartados de la patria y parecía ignorar las acciones filibusteras o piratas franco- británicas que incursionaban en el Caribe con las banderas negras de la calavera y la tibias los primeros y atrevidamente con estandartes usurpados a la Argentina y a Chile por los filibusteros de Louis Aury, que fueron desautorizados tajantemente por Buenos Aires y Santiago ante el reclamo colombiano.
En 1860, 19 años después de la llegada de este “monarca” a la Costa colombiana de la Mosquitia, donde vivía a todas horas sofocado por la humedad y el calor, pero defendiéndose de la plaga con incómodo mosquitero incorporado, Nicaragua firmó con Gran Bretaña el “Tratado Wyke-Zeledón”, por el cual el gobierno nica le reconoció una relativa independencia al Rey de la Mosquitia y aceptó pagarle un subsidio anual de (us$ 5.000) cinco mil dólares, a cambio de la renuncia británica al Status de “protectorado inglés” pero, no pudo expulsar al “Rey” ni apoderarse de “sus dominios” de la Mosquitia.
De 1855 a 1858, gracias al desmedro del estado nica, el bizarro pirata inglés William Walker se apoderó del país de 1912 a 1916 y la anarquía reinante facilitó la posterior ocupación armada de los Marines de EE.UU.
De allí en adelante se sucedieron las tristemente célebres dictaduras de José Santos Zelaya, de la trágica Familia de “TACHO” SOMOZA y del provocador agitador neocomunista Daniel Ortega, mimetizado como “sandinista”.
En 1877, nos informa en su libro el Dr. Londoño Paredes, él Rey reclamó con el apoyo de Londres, el pago de las mensualidades atrasadas que Nicaragua, “deudor moroso”, le había prometido.
Al reclamo se sumó un respaldo de Austria a su coterráneo Robert Karl Frederick I y Su Corte Real asalariada, tan ilusoria como la de Barataria, pero sin castillos como el del emperador de Haití, S.M. el emperador Christoph. La ilusión monárquica solo duró dos décadas, pero se “trabajó” y se perdió, sin poder cobrar la anualidad prometida de US$ 5.000, dólares.
Estampa de “La Patria Boba”. No nos falta más que seguir regalando territorios, inclusive por telegrama (En 1953 el Canciller Alfredo Vazquez Carrizosa, por orden del presidente Roberto Urdaneta Arbeláez, renuncia al archipiélago de Los Monjes, en el Golfo de Coquivacoa, afirmando que “Colombia no está interesado en reclamar esos islotes”).Cuántas “patrias Bobas” hemos tenido? Seguiremos viviendo otras más?
Han pasado los años y siguen sucediéndose los exabruptos jurídicos y diplomáticos en detrimento de los colombianos. Contratos leoninos, “roscogramas”, tráfico de influencias, acción de los Carteles de la droga desde hace mas de treinta años, “valijas diplomáticas”, narco paramilitarismo y narco-bandolerismo, extorsión, secuestro, asesinato y todo frente a una espantable impunidad.
Desde el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez las cosas trataron de cambiar radicalmente con la erradicación de las corruptelas, de la traición a la patria y de las bandas narcoterrorista.
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