LA BOMBA EN EL ANDINO TIENE EL SELLO DE FARC
Ojalá que la joven francesa resulte inocente. Pero hasta que no se demuestre lo contrario, Julie Huynh no puede descartarse como principal sospechosa. Hay muchos elementos alrededor de ella que obligatoriamente deberían ser materia seria de investigación
La bomba en el Andino tiene el sello de FARC
Ojalá que la joven francesa resulte inocente. Pero hasta que no se demuestre lo contrario, Julie Huynh no puede descartarse como principal sospechosa. Hay muchos elementos alrededor de ella que obligatoriamente deberían ser materia seria de investigación
Por Ricardo Puentes Melo
Junio 20 de 2017
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com
Quien haya visitado el Centro Andino en Bogotá sabe que es frecuentado por compradores y curiosos de un cierto nivel socioeconómico. Almacenes únicos, cafeterías y restaurantes elegantes, tiendas de alta tecnología con precios por encima de la media, garantizan que el centro comercial tenga un aire de exclusividad que incomoda a las clases populares pero que gusta a aquellos privilegiados que viven en los alrededores, incluyendo, por supuesto, a intelectuales de todas las vertientes ideológicas que forman parte de ese vecindario. La seguridad del lugar garantiza que nadie será objeto de un atraco, robo o raponazo dentro de las instalaciones.
Pero el Centro andino es un sitio odiado por quienes patrocinan y difunden la lucha de clases. Para cualquier mamerto que no sea de clase popular sería insensato, y hasta criminal, tomarse un café o hacer una compra, o incluso entrar y codearse con los estratos 5 y 6, a quienes califica de “oligarcas”, “capitalistas” y “enemigos del pueblo”.
Atentar contra un sitio así, lleno de gente odiada, en vísperas de una celebración “capitalista e imperialista” como el ‘día del padre’, ciertamente sería una tentación para los resentidos sociales que quieran sembrar el terror entre la clase a la que repudian, o que busquen presionar mediante el pánico a quienes ellos consideran representantes o cercanos a la clase dirigente, para obtener algo. No hay que olvidar la bomba en el Club El Nogal.
Eso sucedió el pasado 17 de junio. El Andino estaba atestado de gente que buscaba regalos para la celebración del día del padre. Eran cerca de las 5 de la tarde, los cinemas estaban llenos y las escaleras eléctricas, ubicadas todas en la parte central del centro comercial, no daban abasto con la gente que subía y bajaba. El sitio era un reverbero de gente y bullicio. El personal de seguridad estaba más alerta que nunca debido a la atracción que el día y el lugar podría ejercer para los ladrones, quienes raramente podrían mimetizarse entre la gente asidua del lugar.
De repente, una explosión desata el pánico. Los cimientos de todos los pisos se estremecieron, se escucharon gritos y lamentos. La noticia corre como pólvora. Una bomba explotó en el baño de mujeres que queda en el segundo piso. A medida que transcurrían los minutos las redes comenzaron a difundir la noticia. Juan Manuel Santos, de inmediato, al igual que Iván Cepeda y otros dirigentes de la izquierda, incluidos medios de comunicación afines, como Semana, salieron a culpar del atentado, sin ninguna razón, a “los que tratan de sabotear el proceso de paz y sembrar dudas entre los colombianos con respecto a las FARC”. “Los que quieren aguar la fiesta de la paz no lo van a conseguir”, dijo Santos.
Personalmente, me causó curiosidad la celeridad con la cual Cepeda y otros marxistas se apresuraron a expresar sus condolencias por la ciudadana francesa Julie Huynh, una joven de 23 años que fue la primera víctima de la bomba. Indagué un poco sobre ella y encontré muchos puntos que publiqué de inmediato en twitter, pidiendo que la investigación no excluyera a esa primera víctima. No pasaron los minutos cuando los ataques procedentes de ese sector de izquierda fanática empezaron a llegar a montones. Me acusaron de hacer política (?) con la sangre de la joven francesa, me llamaron “buitre”, “asqueroso uribestia”, “indolente”, y el único argumento que me dieron para descartar la posibilidad de que Julie se considerara como principal sospechosa, era que “ella estaba con la mamá”, y “era una joven francesa que hacía trabajo comunitario a favor de los humildes”, “daba clases gratis en colegios pobres”. Pero eso mismo era y hacia Tanja, la joven holandesa que resultó ser de las peores terroristas de las FARC.
Las preguntas que hice son válidas, y están sustentadas en hechos -no especulaciones- que colocarían a Julie Huynh en la lista de los principales sospechosos.
1. Julie fue la primera víctima. Ella era quien estaba más cerca de la bomba al momento del impacto. Consulté tres expertos en terrorismo y explosivos del FBI (uno de ellos aún activo), y coincidieron en afirmar que en un atentado de esta clase, el principal sospechoso siempre es la persona que estuvo más cerca de la bomba. “Lo primero que se debe analizar es si esa persona la llevaba puesta, o la estaba armando y se le estalló”. Acá no caben argumentos como: “No puede ser porque era una joven”, “no es posible porque estaba con la mamá”, “imposible, porque era una francesa que trabajaba con los pobres”. Siempre, siempre, el principal sospechoso, y sobre el cual debe iniciarse la investigación, es el más cercano a la bomba. El examen forense determinará, por marcas y restos de sustancias, si esa persona estaba manipulando el explosivo, o si solo fue una víctima más. Abundan casos donde los terroristas explotan la bomba por descuido y resultan ser las primeras víctimas.
2. Igualmente, se debe investigar a las otras víctimas. Suena cruel y desalmado, pero años y años de experiencia antiterrorista muestran que raramente esta clase de artefactos es armado y activado por una sola persona.
3. En esa primera fase investigativa jamás cabe la “presunción de inocencia” que lo exima de ser investigado. Cualquiera puede ser sospechoso. Nadie debe descartarse por razones de sentimentalismo o simpatía inicial (joven, francesa, bonita, con la mamá, trabajo comunitario).
4. Los expertos del FBI consultados también coincidieron en que, con total seguridad, y en contravía de lo que dicen los “expertos” colombianos al servicio de Juan Manuel Santos, la bomba no iba a ser activada en el baño. Los baños del Centro Andino están ubicados al final de un largo pasillo. Son una especie de búnkers, como bóvedas bancarias aisladas del resto del Centro Comercial. Con seguridad, el baño de mujeres no era el destino de la bomba. Los sitios perfectos para causar el mayor daño posible eran las escaleras o el área de los cinemas.
A quienes creen que el propósito de la bomba no era causar daño sino confusión hay que decirles que un explosivo de esa potencia tiene por objetivo causar mucho daño. Y ciertamente ese daño no sería efectivo en el lugar donde finalmente se explotó. Los expertos consultados por Periodismo Sin Fronteras también coinciden en afirmar que la bomba estaría siendo terminada de armar en el baño para colocarla en otro sitio lista para explotar. Esto también colocaría Julie en la primera fila de sospechosos.
Por otro lado, alrededor de la persona misma de Julie Huynh hay otros hechos, que fueron los que publiqué en Twitter, y que merecen la pena ser evaluados:
1. El 8 de junio Julie viajó a Cuba. El 17 estaba ya en Bogotá. El viaje a Cuba dura entre 8 y 18 horas, dependiendo del tiempo de espera en el aeropuerto de Panamá. Eso significa que Julie, en ida y vuelta, se gastó, al menos, tres días entre aeropuertos y aviones. Aseguran que ella fue a “recargar baterías” a Cuba. Pero ciertamente tuvo muy poco tiempo para “recargar baterías” en Cuba, y a un precio excesivamente costoso para alguien que no tiene mucho dinero. ¿Por qué escogió Cuba? Los investigadores deberían determinar claramente con quién viajó y con quién se reunió en Cuba.
2. Igualmente se deben investigar sus viajes a Vietman, España, Egipto, Estados Unidos e Inglaterra y determinar si eran viajes de turista o no. ¿Quién o quiénes financiaron todos sus viajes?
3. Julie trabajaba en una ONG que forma parte de la estrategia de implementación de los acuerdos de La Habana para el “postconflicto”. Allí están vinculados varios terroristas que dicen ser “desmovilizados”. Conociendo la tamaña farsa que ha sido la “desmovilización” de las FARC, no deja de ser sintomático este hecho.
4. La bomba usada en el Centro Comercial Andino es del tipo usado por ETA. Como ya sabemos, ETA y FARC tradicionalmente han operado juntos en varios atentados terroristas en Colombia. ETA e IRA han entrenado a varios terroristas para colocar sus explosivos en Colombia y atentar contra personalidades o simple población civil.
5. Cuando Francois Hollande, el entonces presidente de Francia, estuvo recientemente en Colombia, para visitar los campamentos de las FARC, invitó especialmente a los miembros de esta ONG a la embajada de Francia en Bogotá, para felicitarlos por su labor “en favor de la paz en Colombia”, y su trabajo con guerrilleros “desmovilizados”. La ONG les entregó a Hollande y al embajador Jean-Marc Laforêt, regalos enviados por los “ex combatientes” de las FARC. (Ver projeter sans frontieres )
6. Es sospechoso, y natural, que tanto Juan Manuel Santos como el gobierno francés quieran excluir a la joven francesa de cualquier investigación preliminar. Si se
llegara a comprobar que fue Julie quien puso la bomba, el proceso de paz se desprestigiaría aún más de lo que está.
7. Sospechoso y natural es, también, que importantes voceros de la izquierda, incluido el mismo Santos, ya hayan sentenciado que la bomba fue colocada por quienes cuestionan los acuerdos de La Habana. ¿Será que quieren culpar y judicializar, como ya lo han hecho en ocasiones anteriores, a la derecha colombiana? ¿Serán capaces de decir que fue Fernando Londoño (cuando Londoño fue víctima de una bomba lapa, dijeron que él mismo se la había colocado) o el ex procurador Alejandro Ordóñez, los más valientes opositores a los acuerdos entre FARC y Santos?
8. Si Julie acababa de llegar de un viaje relámpago de Cuba donde estaba “recargando baterías”, como aseguran sus cercanos y familiares, ¿por qué estaba planeando salir del país de inmediato, junto a su madre?
Para los investigadores expertos en terrorismo, este hecho también debe ser una señal de alarma. Aunque el hecho de haber estado con la mamá en el momento de la explosión puede ser, para algunos, un evento que la exculpa, los expertos aseguraron que también podría ser una buena coartada. Generalmente, después de un atentado de esta magnitud, los autores se esfuman del país. ¿Sería este el caso de Julie? No hay que descartarlo.
9. Los simpatizantes de Julie aseguran que es imposible que una joven tan simpática y hermosa, francesa, y que trabaje con sectores vulnerables de la sociedad, sea capaz de cometer un atentado tan feroz. Pero no hay que olvidar que, precisamente, ese es el perfil de varias sanguinarias terroristas que han actuado con las bandas marxistas en América Latina:
Lori Helene Berenson. Nació en Nueva York, colaboró con el Movimiento terrorista Tupac Amarú. Era antropóloga y fue reclutada por la izquierda para trabajar con sectores radicales de Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Trabajo haciendo labor voluntaria y social en El Salvador, fue profesora de inglés en poblaciones pobres de Centroamérica. Luego fue enviada a trabajar en Perú haciendo labores terroristas para el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Su fachada era esa: ser voluntaria y ayudar a población pobres. Tener un hijo no fue impedimento para colaborar con el terrorismo. Al revés, fue parte perfecta de su camuflaje como trabajadora social.
Tanja Nijmeijer, la “holandesa, estudió filología hispánica en la Universidad de Groninga. Viajó a Colombia en el 2000, enviada por su Universidad, e hizo trabajo social con poblaciones pobres en varias zonas del país. Estuvo vinculada a las FARC desde antes de su arribo a Colombia, y su fachada era ser joven, bonita, holandesa, trabajar con poblaciones vulnerables, ser amada por compañeros y profesores en su universidad, y ser profesora en colegios pobres. Nadie desconoce que es una de las personas más sanguinarias e inhumanas de las FARC. Es responsable de asesinatos, secuestros y atentados terroristas.
“Natalie Mistral”, es el alias de esta francesa. No ha revelado su verdadero nombre por miedo a las represalias que puedan surgir contra su familia. Llegó a Colombia procedente de México. Nació, según dice, en Montpellier, y se unió a las FARC para buscar “una justicia social”.
Se le conoce como una mujer fría y sanguinaria. Ella misma asegura que tuvo muchos abortos y varios hijos, y que algunos los dejó en Francia pero ya ni los recuerda, y que otros no sabe si están vivos o muertos, y no le interesa averiguarlo. Solo busca “la justicia social”. Al igual que su paisana Julie, para “Natalie” su lugar predilecto para viajar era Cuba. Allí se reencontró con su madre y allí conoció a varios de sus amores, también terroristas, como ella.Nadie habría podido imaginar que alguna de estas jóvenes europeas, bonitas y preocupadas por la “justicia social” fueran capaces de los crímenes más atroces.Nadie creería que estas terroristas, amadas por sus familias, compañeros de universidad y amigos, escogieran, precisamente, el camino de infligir dolor a los demás seres humanos mediante bombas, torturas, secuestros.
Ya es tradición en este gobierno cómplice de los terroristas, esconder las evidencias para exculpar a sus asociados narcocriminales. Cuando Fernando Londoño sufrió ese salvaje atentado, el gobierno de Santos, incluidos Juan Carlos Pinzón y Oscar Naranjo, intentó torcer la investigación que siempre apuntó a las FARC como los autores. Se dijo en ese momento que los responsables eran quienes pretendían torpedear el proceso de paz y desprestigiar a las FARC. Igual que hoy, se aseguró que los responsables eran la mano negra, la ultraderecha enemiga de la paz. Y ya todos sabemos que fueron las FARC.En todas las ocasiones donde las FARC o sus pares del ELN han cometido masacres y atentados, los organismos de investigación, como la Fiscalía, han ocultado la evidencia y han distraído la investigación esperando que los hechos queden en el olvido.
Los salvajes de las FARC son capaces de las peores maldades. Eso está comprobado. Son los seres más desalmados y crueles. Desprecian la vida humana y no les importa si las víctimas de sus atrocidades son niños, mujeres u otros civiles inocentes. Para ellos, los seres humanos son pedazos de carne de cuyas vidas ellos pueden disponer si es que sirven a sus propósitos delirantes de poder, “justicia social”, y riqueza.
El general Nieto, de la Policía Nacional, aseguró hace tres días que pronto habrá “resultados importantes en contra” de las personas responsables de los hechos. Dijo que se estaban revisando los videos del Centro comercial, pero hasta el momento la opinión pública no conoce los resultados preliminares de esa investigación, ni se conocen los videos del Andino, del baño de mujeres, piezas fundamentales que en cualquier otro país ya habría servido para capturar la cadena de mando de los responsables. Nieto dijo “pronto daremos más información”. Acá la estamos esperando todavía.
Pero, conociendo como conocemos a este gobierno, y sabiendo como sabemos que la Fiscalía también forma parte del entramado de la Justicia Especial Para la Paz, diseñada por las FARC para blindarse y para castigar a sus opositores, no esperemos resultados satisfactorios pronto. Ya salieron a mostrar “retratos hablados” de los presuntos responsables, diciendo que dos hombres entraron al baño de mujeres a poner la bomba. !Ridículo! ¿No sería mejor que los videos de esos hombres -videos que necesariamente deben existir- sean conocidos por la ciudadanía? ¿No es más efectivo un video que un retrato hablado? ¿Qué esconden?
Dudo que conozcamos los resultados y las pruebas respecto a este atentado terrorista. Hasta tanto no suceda eso, Julie Huynh no puede descartarse como principal sospechosa. Sin que desee yo satanizar a la joven francesa, hay muchos elementos alrededor de ella que obligatoriamente deberían ser materia seria de investigación.
Ojalá que la francesa resulte inocente. Quienes somos padres entendemos el dolor que puede causar la pérdida de un hijo y la vergüenza que arrostraría si éste fuera un bandido. Aunque pueda ser desagradable y odioso para quienes han simpatizado con la joven Julie Huynh y su madre sobreviviente, un atentado de esta magnitud debe ser esclarecido sin margen de duda.
Los bogotanos, los colombianos inermes ante el terrorismo aliado con el presidente y Nobel de Paz, Juan Manuel Santos, no solo tenemos el derecho a saber quién o quiénes están sembrando el terror, sino que exigimos total transparencia en las investigaciones. Y para eso, la limpieza del proceso investigativo solo puede garantizarse con la ayuda del F.B.I. u otro organismo internacional de reconocida trayectoria.
Nuestras condolencias a las víctimas de la bomba del Centro Andino, incluida la familia de Julie Huynh, aún en el caso de que ella estuviese involucrada.
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