LA HIPOCRESÍA DE QUIENES SE LLAMAN CRISTIANOS VOTANDO POR UN ABORTISTA
¿Cuál es la diferencia entre el bandido Gustavo Petro, sobre cuya cabeza puede caber la responsabilidad de más de 3.000 asesinatos cometidos por su banda, e Iván Duque, que avala el asesinato de 500.000 seres humanos indefensos? No hay ninguna. Pero eso a los miembros de la secta no les importa

Marxistas orando
La hipocresía de quienes se llaman cristianos votando por un abortista
¿Cuál es la diferencia entre el bandido Gustavo Petro, sobre cuya cabeza puede caber la responsabilidad de más de 3.000 asesinatos cometidos por su banda, e Iván Duque, que avala el asesinato de 500.000 seres humanos indefensos? No hay ninguna. Pero eso a los miembros de la secta no les importa

Por Ricardo Puentes Melo. Especial para La Pepa.com
Julio 6 de 2018
@ricardopuentesm
En 1990, en la época más sangrienta de Colombia, durante las matanzas que hacía Pablo Escobar Gaviria ocurrieron 7.000 asesinatos en Medellín y cerca de 12.000 en el resto del país. Una cifra escandalosa que colocó a Colombia en la cima de la lista de los países más violentos del planeta.
El mundo entero se rasgó las vestiduras ante el número de asesinatos, y las autoridades colombianas clamaron por ayuda internacional para detener esa masacre. Sin embargo, en el 2017 se asesinaron alrededor de 500 mil seres humanos no nacidos, y a nadie le ha parecido terrible, ni les ha chocado que tales asesinatos se hayan cometido en seres absolutamente indefensos. Por el contrario, se victimiza a la mujer que asesina a sus hijos, y se castiga a quienes protestamos contra ese holocausto.

Los medios de comunicación aúllan de dolor cuando asesinan a una mujer y la justicia inventa un delito ridículamente bautizado como “feminicidio”, alegando que debido a que la mujer es un ser más débil que el hombre, matarla debe ser castigado con más dureza. No veo problema en eso. Pero, ¿qué hay de los niños, muchísimo más indefensos a quienes sus madres y/o abortistas asesinan? ¿No están los niños no nacidos en condiciones dramáticas de vulnerabilidad?
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De esos 500.000 asesinatos, 10.517 fueron legales, autorizados por el gobierno colombiano, ya que desde el año 2006, durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, se despenalizó el aborto y se calificó éste como un “derecho” de las madres en los siguientes casos: : Cuando existe peligro para la salud física o mental de la madre. Cuando hay malformación del feto que haga inviable su vida. O en caso de violación, transferencia del ovulo fecundado o inseminación artificial no consentida. Todas tres circunstancias que no requieren de mayor comprobación, ya que cualquier mujer embarazada puede ir y solicitar al aborto alegando que su estado la afecta mentalmente, o que ha sido violada, o cualquier cosa que se le ocurra.

Las mujeres embarazadas reclaman sus derechos, los médicos abortistas o los políticos que se enriquecen con esta macabra práctica también reclaman sus derechos. Pero nadie piensa en los derechos de los seres humanos que ni siquiera pueden reclamar su derecho a nacer, a vivir.
Casi 1.500 seres humanos no nacidos son asesinados diariamente en Colombia. Y nadie protesta por eso.
Los hipócritas salen a manifestaciones protestando por los animales muertos en corridas de toros, por las ballenas cazadas, por los rinocerontes en peligro de extinción, por los perros abandonados en las calles, pero no gastan un solo minuto defendiendo el derecho a vivir del no nacido. Los médicos que descuartizan mediante succión los miembros de los niños, o les exprimen el cerebro a seres humanos completamente desarrollados, son los mismos que salen a gritar por sus derechos salariales, por los derechos de los animales, y a pedir cárcel a quienes no aprueban el aborto.

Uno puede entender que ese razonamiento demoniaco sea esgrimido por los marxistas, ya sea aquellos que se declaran ateos o esos que fingen ser creyentes. Pero lo que no se puede entender ni compartir es que personas que profesan ser cristianos, creyentes de Cristo, aprueben o apoyen el aborto, o aprueben y apoyen a políticos abortistas.
Parecen olvidar estos “cristianos”, que Dios habla claramente de que los fetos o “embriones” son seres humanos en toda su expresión.
“No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.” (Salmo 139: 15-18) (énfasis nuestro)
Y, a continuación, luego de aclarar esto, el salmista habla de quienes acaban con esa vida del no nacido: “De cierto, oh Dios, harás morir al impío; apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.” (v. 19).

Y no citaremos acá los castigos que, en la Ley Mosaica, se aplicaban a quienes causaran un aborto.
En las recientes elecciones en Colombia, vimos con sorpresa cómo cristianos de todas las vertientes y denominaciones, se unieron alrededor de la candidatura de Iván Duque, un hombre proveniente de la izquierda que vio astutamente las posibilidades del caudal electoral de católicos y evangélicos y cuyos asesores, tan viles como él, le dijeron de que se hiciera fotografiar arrodillado gimiendo ante la virgen María, o en estado de éxtasis mientras pastores pentecostales le hicieron repetir como loro que Jesús, el hijo de Dios, le ayudaría a ganar la presidencia de Colombia.
Duque es un marxista, y como tal, desprecia la vida humana y se burla de las creencias cristianas, aunque las utiliza para su provecho. Su hipocresía le impide sonrojarse cuando pide castigo severo para los «feminicidas» al mismo tiempo que apoya a los asesinos de infantes no nacidos.
Pero millones de colombianos, que se proclaman como seguidores de Cristo, lo apoyaron. Y con ese apoyo también están avalando el asesinato de más de 500.000 colombianos cada año. Esos millones apoyaron a Duque usando la excusa de que “Petro es peor”, “Voto por el que diga mi presi Uribe”, “Es que Duque es tan chévere y tan inteligente.. ¡Y toca guitarra!”.
Pero, ¿Cuál es la diferencia entre el bandido Gustavo Petro, sobre cuya cabeza puede caber la responsabilidad de más de 3.000 asesinatos cometidos por su banda, e Iván Duque, que avala el asesinato de 500.000 seres humanos indefensos?
No hay ninguna. Pero eso a los miembros de la secta no les importa.
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