En esta segunda parte, Juan Carlos Posada nos narra de cómo fue testigo de persecuciones, interceptaciones y seguimientos a periodistas, con el único objetivo de tapar los negociados de los hijos de Álvaro Uribe.
Posada decide denunciar oportunamente pero es amenazado de muerte.
Finalmente, cuando el ingeniero Posada les dice a los Uribe que tiene las pruebas a buen resguardo, lo dejan en paz…. Al menos eso es lo que creía Posada.
La persecución fue feroz. El abogado de la familia Uribe, Jaime Granados, le ordena a Posada que se declare culpable y asuma toda la responsabilidad de ese delito y que deje limpios a los Uribe Moreno. Posada se niega.
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