LOS 27 DEL 29, PARA QUE COLOMBIA NO OLVIDE
Los tiempos no se ven bien para las Fuerzas Militares. Con un candidato presidencial por el UCD, a quien le importa un rábano nuestros soldados, que tiene como asesor a Fabio Valencia Cossio, candidato presidencial de las FARC, el panorama es bastante lúgubre para nuestro país y nuestro Ejército
Los 27 del 29, para que Colombia no olvide
“La idea original era expulsar 29 oficiales el día 29 de octubre. Por alguna extraña superstición numerológica, la orden era hacer coincidir el número de destituidos con la fecha de la destitución
Por Ricardo Puentes Melo
Octubre 30 de 2013
Sucedió el 29 de octubre de 2008. El ministro de Defensa era el camarada Juan Manuel Santos –hoy presidente de la República-, el General Freddy Padilla de León era el comandante de las FFMM, y el antiguo guerrillero del EPL Carlos Franco era el Director de Derechos Humanos.
Desde tiempo atrás, estos tres personajes estaban montando el siniestro complot para hacerles el favor a las FARC de eliminar jurídicamente a los combatientes que estaban logrando más resultados contra los terroristas. Ya habían viajado Carlos Franco y el general Suárez Bustamante (alias La Machaca) a algunas Brigadas para fingir hacer inspecciones que derivarían un famoso “informe” que firmarían ellos dos y que sirvió de base para la destitución humillante de los 27 oficiales, y que en realidad no dice nada específico ni recomienda alguna acción administrativa. Es un informe soso, lleno de irregularidades, y no se sabe cómo se realizó exactamente porque en Puerto Berrio La Machaca sólo estuvo un día, no se pasó revista o inspección alguna ni él ni los integrantes de la comisión de marras. Lo que sí hicieron los de la Comisión fue irse de pachanga y sexo con varias mucharejas de conocida reputación; eso, mientras el general Suárez Bustamante dormía plácidamente en una suite del casino de oficiales de la Brigada 14, soñando con búfalos y águilas. El general conocido como “La Machaca” elaboró su informe pero no se sabe cómo ya que ni habló con los comandantes de brigada ni de batallón, pero si presentó el dichoso documento mediante el cual estos comandantes fueron retirados del ejército acusados de falsos positivos.
Ese 29 de octubre del 2008, gracias al montaje de estos personajes, el presidente Álvaro Uribe destituyó a 27 miembros del ejército, incluso algunos generales. Lo contamos así en Periodismo Sin Fronteras:
“La idea original era expulsar 29 oficiales el día 29 de octubre. Por alguna extraña superstición numerológica, la orden era hacer coincidir el número de destituidos con la fecha de la destitución. Así que repartieron la tarea entre algunos oficiales afines a Padilla y La Machaca, diciéndoles que escogieran a los sacrificados, o que miraran “a dedo”, entre los oficiales con más resultados para darlos de baja.
El procedimiento fue bien rudimentario. Llamaban a las brigadas seleccionadas y pedían el nombre del comandante, y de los comandantes de batallones, preferiblemente con número de cédula. Sabemos que pidieron los nombres de dos coroneles que, para la fecha de la llamada, no se encontraron y nadie dio información suya. Por eso se salvaron.. Por eso no fueron 29 los expulsados, sino 27.
Si no ando mal de informes y de recuerdos, el 28 de octubre del 2008 Fredy Padilla de León llega de pasear por la China junto con una numerosa parentela a quienes nosotros los contribuyentes les pagamos su fanfarria por Asia. Tan pronto baja del avión, Suárez Bustamante le informa que ya tiene la lista y le avisa sobre los casos de Soacha y Ocaña. De inmediato, Padilla de León llama a su amigo, el ministro Juan Manuel Santos, y éste pide audiencia urgente con el presidente Uribe.
Uribe lo recibe ignorando que para la fecha el ministro Santos ya ha enviado a la embajada norteamericana a sus dos emisarios, Sergio Jaramillo y el general Suárez Bustamante, para que hicieran saber al gobierno norteamericano que Uribe era patrocinador de los mal llamados “Falsos Positivos”. Uribe también desconoce que aquel a quien cree leal –Santos- le está ya haciendo el cajón mortuorio al mismo tiempo que quiere aparecer ante los norteamericanos como el gran defensor de los Derechos Humanos en Colombia.
Así que Uribe convoca una rueda de prensa y, después de advertirle a Santos y a Padilla que “espero que ustedes no me estén haciendo cometer un error”, destituye a los 27 oficiales desencadenando un tsunami de desprestigio y deshonor para la institución que le dio a la era Uribe tanta gloria.
Para quienes conocen el mecanismo de ascensos y bajas del servicio, es muy extraño –por no decir ilegal- el procedimiento con el que se actuó. Cualquier ascenso y baja necesita, como requisito insustituible, ser discutido en una “Junta Asesora de Generales y almirantes” compuesta por todos los generales y almirantes que se encuentren en Bogotá para el momento de ser convocada la Junta. Y ésta debía ser presidida por el Comandante general Fredy Padilla de León.
Pero nada de eso sucede.
El 29 de octubre echan a los 27 oficiales; sin junta ni nada. El 31 de octubre de ese mismo año –es decir, dos días después de la rueda de prensa- legalizan la Junta (¡ese sí fue un falso positivo..!) y en el documento aseguran que asistieron 43 generales. Pero solamente firman 6, entre ellos Padilla de León.
El 29 de octubre de 2008, entonces, ya estaban listos los nombres de los dados de baja, así como su reemplazo.
Mientras el presidente Uribe daba la rueda de prensa, la Machaca destapó una botella de Whisky y, rodeado de sus áulicos, los hizo brindar para celebrar que él, Carlos Suárez Bustamante, sería el comandante del ejército en reemplazo del general Montoya. Ese había sido el acuerdo con Santos y con los partidos de izquierda, y la Machaca estaba seguro de que sería cumplido.
Pero no fue así. A las pretensiones del combito de Santos, Padilla, Carlos Franco, la Machaca y Sergio Jaramillo, les salió al paso el nombramiento del general Oscar González como reemplazo del general Montoya. Luego vino la historia que todos conocen: los esfuerzos vergonzosos de Suárez Bustamante para aferrarse a la línea de mando, y su posterior baja forzada.
Meses antes, todos los oficiales destituidos por la Machaca habían sido condecorados por la comunidad de Puerto Berrío gracias a su trabajo de 3
años en los cuales desterraron a la guerrilla, a los paras y las bandas de narcotraficantes. La cifra de muertes violentas prácticamente bajo a cero y la región empezó a respirar paz debido a las acciones de estos militares”.
Al día de hoy, tres de estos oficiales injustamente destituidos han ganado la pelea en los tribunales y hay orden judicial de restituirlos con plenos derechos al Ejército Nacional. Y esperamos que siga sucediendo lo mismo con los otros 24 faltantes.
Los tiempos no se ven bien para las Fuerzas Militares. Con un candidato presidencial por el Centro Democrático, a quien le importa un rábano nuestros soldados, que ha sido contratista con cuota política de Santos, que tiene como asesor a Fabio Valencia Cossio, candidato presidencial de las FARC para que continuara los diálogos del Caguán, el panorama es bastante lúgubre para nuestro país y nuestros soldados.
Si Oscar Iván Zuluaga sale elegido presidente –cosa que dudo mucho- el ejército seguirá siendo vapuleado; si sale reelegido Juan Manuel Santos, igual; si sale un candidato de la izquierda, ni se diga… Si se lanza Vargas Lleras seguramente seguirá haciéndose el de la vista gorda ante los contubernios entre terroristas y politiqueros.
Sí.. El panorama para Colombia es bastante lúgubre.
@ricardopuentesm
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