¿”PAZ” A CAMBIO DE PETRÓLEO?
Antes de ocupar su puesto actual en el Comité Nobel, entre 2003 y 2007, Kullmann Five fue vicepresidente del consejo de Statoil, la mayor empresa petrolera noruega
¿“Paz” a cambio de petróleo?
Antes de ocupar su puesto actual en el Comité Nobel, entre 2003 y 2007, Kullmann Five fue vicepresidente del consejo de Statoil, la mayor empresa petrolera noruega. El gobierno de ese país, cuyo papel como garante en las negociaciones de paz es clave, posee la mayor parte de las acciones de la empresa, a la que en 2014, bajo el gobierno de Juan Manuel Santos, se le concedió una licencia de exploración en las aguas territoriales colombianas del mar Caribe.
Por Lia Fowler
Octubre 8 de 2016
@lia_fowler
Cuando la presidente del Comité Noruego del Nobel, Kaci Kullmann Five, anunció, el pasado 6 de octubre, la decisión de otorgar el Premio Nobel de la Paz 2016 al presidente colombiano Juan Manuel Santos, los observadores de todo el mundo quedaron estupefactos. El titular del diario italiano Corriere della Sera se preguntaba si la elección tenía sentido; el español El Mundo la consideró inapropiado y The Wall Street Journal la tachó de extraña. Después de todo, Santos obtuvo el premio por su papel en un proceso de paz de seis años con la banda narcoterrorista FARC cuyo acuerdo fue rechazado por el pueblo colombiano. Sólo un 17% de los posibles votantes lo respaldó. Kullmann Five alegó que el galardón fue concedido en reconocimiento al trabajo realizado, con Noruega como país garante, y para alentar la búsqueda de la paz. Pero el móvil real de tan extravagante decisión se puede encontrar, como ocurre con muchos países que toman parte en el dudoso proceso de paz en Colombia, en intereses económicos; específicamente, el petróleo.
Antes de ocupar su puesto actual en el Comité Nobel, entre 2003 y 2007, Kullmann Five fue vicepresidente del consejo de Statoil, la mayor empresa petrolera noruega. El gobierno de ese país, cuyo papel como garante en las negociaciones de paz es clave, posee la mayor parte de las acciones de la empresa a la que, en 2014, bajo el gobierno de Juan Manuel Santos, se concedió una licencia de exploración en las aguas territoriales colombianas del mar Caribe.
Ya no sorprende descubrir que las personas y países que toman parte en el proceso de paz en Colombia tienen vínculos con compañías petroleras con importantes intereses en el país, que dependen de las concesiones y licencias del gobierno de Santos. En un artículo del 12 de marzo del presente año, aludí al conflicto de intereses que afecta al enviado del gobierno estadounidense a los diálogos de La Habana, Bernard Aronson, fundador y gerente de Acon Investments, una firma de inversiones que tiene una participación mayoritaria en Vetra Energía, empresa cuyas inversiones en Colombia son el resultado de concesiones gubernamentales otorgadas en 2010 y 2012. (1)
En un artículo del 2 de agosto de 2016 señalé el extraño papel que Suiza ejerce en los diálogos de paz al aceptar que se guarde en la sede de su Consejo Federal el documento firmado entre Santos y las FARC, un gesto prematuro, ya que el acuerdo fue rechazado por los votantes. La participación suiza también parece motivada por intereses económicos relacionados con el petróleo, pues las empresas de materias primas con sede en Suiza, que generan el 4% del PIB de ese país, han invertido miles de millones de dólares en negocios de carbón y petróleo en Colombia gracias a concesiones del gobierno de Santos. (2)
En lo que concierne a los intereses de Noruega, su reputación como uno de los países menos corruptos del mundo no alcanza a la estatal Statoil, a la que en
2004 una corte noruega condenó por corrupción al hallarla culpable de sobornar a figuras políticas iraníes para obtener contratos petrolíferos. En 2006 la empresa resolvió un caso con las autoridades estadounidenses relacionado con los mismos hechos pagando 21 millones de dólares y reconociendo que había sobornado a funcionarios iraníes para asegurarse contratos y obtener información confidencial.
Tras el escándalo, el diario británico The Telegraph citó a Kullmann Five, que era portavoz del Consejo de Administración de la empresa, la cual dijo que ésta mantendría sus actividades internacionales “con idéntico vigor”. De hecho, lo hizo.
Cuando la antigua integrante del Consejo de Administración de Statoil anunció como presidente del Comité Noruego del Nobel la concesión del premio a Santos, la desconcertada opinión pública empezó a hacer conjeturas sobre sus motivaciones. Ciertamente, no sería por la gran contribución de Santos a la paz, tras invertir seis años y billones de pesos en un proyecto fallido. Algunos propusieron que el comité quiso premiar la propia participación noruega en el proceso de paz. Sin embargo, la asociación de Kullmann Five con la empresa petrolera estatal y sus recientes concesiones de perforación de Colombia sugieren una motivación más prosaica. Y si bien no hay pruebas de soborno en este caso, podría tratarse de otro intercambio fraudulento de favores de “paz”.
*Lia Fowler es periodista estadounidense y ex agente especial del FBI.
_________________________
(1) EL CONFLICTO DE INTERESES DE ARONSON, “NUESTRO HOMBRE EN LA HABANA” https://www.periodismosinfronteras.org/el-conflicto-de-intereses-de-aronson-nuestro-hombre-en-la-habana.html
(2) LOS INTERESES ECONÓMICOS DE SUIZA Y LA FALSA PAZ EN COLOMBIA https://www.periodismosinfronteras.org/los-intereses-economicos-de-suiza-y-la-falsa-paz-en-colombia.html
Comentarios
2 pensamientos sobre “¿”PAZ” A CAMBIO DE PETRÓLEO?”