Hace menos de una hora me pude comunicar con mi fuente en La Habana. Le pregunté de nuevo si había novedades.
-Si gana, gana; si no gana, también gana- me dijeron.
A los cristianos nos da lo mismo si gana el uno o el otro. Pero para quienes creen sinceramente que Rodolfo puede prolongar la agonía otros cuatro años, la noticia no es buena.
La Habana y Caracas financiaron el grueso de la campaña de Petro.
Es más, en un vuelo de Iberia, en la valija diplomática, según mis fuentes en Europa, pasó una extraña valija, con contenido reservado (pueden ser documentos o dinero) que llegó a Panamá y luego a Colombia.
Petro será presidente, a menos que ocurra un milagro, es lo que he dicho hasta ahora. Pero hablar de milagros a estas alturas, cuando la otra posibilidad es un nazi, disoluto moral, abortista y apoyador de la ideología de género y la legalización de la droga, no tiene sentido. Los milagros son intervenciones de Dios supernaturales. Y, con toda seguridad, Dios no va a beneficiar al uno sobre el otro, porque ambos son corruptos, abortistas, rateros, ateos y mentirosos.
MI fuente me envía un ultimo mensaje:
“Colombia está perdida. Dale gracias al Universo que pudiste salir a tiempo con tus hijos. Recordarás que aún estando en Colombia te dijimos que salieras del país cuando me dijiste que te habían quitado la seguridad personal. Te iban a asesinar, a ti y a tus hijos.”
Lo sé. No le doy gracias al “universo”, sino a Dios. Lo recuerdo, mis amigos. Por ese anuncio tomé la decisión.
Lo terrible es que miembros del nazismo internacional, que apoyan a Rodolfo Hernández, quien admira a Hitler, me llamaron hoy para anunciarme que mi familia y yo estábamos condenados a muerte.
Les creo, William Higuera, les creo. ¿Sigue funcionando la Editorial Cruz, esa que hacía apología de Hitler, que quedaba en la calle 18 ó 19 de Bogotá?
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