HABLA EL COMANDANTE DE LA OPERACIÓN JAQUE

La Operación Jaque fue posible gracias a la excelente moral de los militares, la impecable maniobra de engaño y desinformación que logró realizar el Ejército durante semanas y por medios electrónicos, y, finalmente, la decisión política tomada por el presidente Álvaro Uribe

HABLA EN PARÍS EL COMANDANTE DE LA OPERACIÓN JAQUE

Eduardo Mackenzie

Por Eduardo Mackenzie

El discreto encuentro transcurrió en un pequeño salón-restaurante de un hotel de París, el pasado 1 de julio. Siete periodistas de los media más prestigiosos de Francia y este corresponsal, habíamos sido invitados por la Asociación de Periodistas de Defensa a un almuerzo nada menos que con el militar colombiano que había desempeñado, el 2 de julio de 2008, bajo el nombre, falso, evidentemente, de José Luis Russi Caballero, el papel de un colombo-italiano experto en derecho internacional humanitario y jefe negociador, cuando él era, en realidad, el comandante táctico de la hoy mundialmente célebre Operación Jaque.

De 39 años, y bajo el pseudónimo de “Fernando”, ese actor principalísimo de la liberación de Ingrid Betancourt, de los tres rehenes norteamericanos y de once militares y policías que permanecían en poder de las Farc, aceptó, por primera vez desde esa fecha inolvidable, hablar con periodistas extranjeros.

La razón para tal infracción deliberada, aunque limitada, al hermetismo que guardan celosamente los protagonistas de esa singular operación, no fue únicamente la llegada del tercer aniversario de la misma, sino, por una parte, el lanzamiento de Libération des otages en Colombie, Operation Jaque, la véritable histoire racontée par les protagonistas (Lavauzelle Graphic), la traducción al francés del excelente libro de Juan Carlos Torres.

Por la otra, factor aún más apremiante, la aparición en Ecuador de un pseudo documental de Tele Amazonas que busca sembrar la confusión acerca de ese espectacular golpe contra las Farc. “Había que salirle al paso a ese engendro”, me comentó “Fernando” al final del almuerzo. “Por eso pedí permiso y fui autorizado por mis superiores para reunirme con ustedes”, agregó.

Durante las tres intensas horas del ágape nadie perdió un minuto, ni un detalle, de lo que “Fernando” decía, unas veces en francés y otras en español, y con algo de desorden, pues unos querían orientarlo hacia la anécdota minimalista y otros hacia los aspectos estratégicos del tema. En todo caso, el oficial de Inteligencia pudo pasar revista a los aspectos centrales de la singular operación y contrarrestar las mentiras del citado video.

La operación Jaque, un éxito del ejército colombiano

Los periodistas querían verificar todo. ¿Fue un plan exclusivamente colombiano? ¿Hubo militares americanos? ¿Israelíes? ¿Hubo negociación con jefes de frente de las Farc? ¿Cómo lograron engañar a esa gente? ¿Cómo integraron el equipo de falsos humanitarios? ¿Cuán alto fue el  peligro que corrieron los militares y los rehenes? ¿Cuál fue la actuación personal de “Fernando”?

Éste respondió a cada pregunta. Abundó sobre el hecho de que no hubo participación alguna de militares, ni de asesores, extranjeros, ni en la concepción, ni en la realización del plan. Destacó así mismo, con precisión, tres elementos en particular que fueron, según él, “fundamentales” para el éxito de la empresa: la excelente moral de los militares que aceptaron participar en esa operación de alto riesgo, la impecable maniobra de engaño y desinformación que logró realizar el Ejército durante semanas y por medios electrónicos, y, finalmente, la decisión política tomada por el presidente Álvaro Uribe al autorizar la construcción y realización de ese operativo sin armas.

“Veinte días antes, mis jefes me preguntaron si quería hacer parte de una operación muy arriesgada y sin armas. Otro oficial había dicho no cuando le propusieron lo mismo. Al comienzo se contempló la posibilidad de hacer una incursión con fuerzas especiales, un poco como la operación israelí en Entebe en 1976. Pero esa opción fue descartada pues la idea de hacer un operativo basado en el engaño había triunfado”, indicó el militar. “Sin embargo, un plan B con fuerzas especiales y helicópteros de combate estaba listo a entrar en acción en caso de que nuestra operación fracasara”.

Los periodistas obtuvimos una primicia informativa pues “Fernando” mencionó un detalle, hasta ahora inédito, de lo que ocurrió al momento de la captura de los jefes guerrilleros “César” y “Gafas”, mientras el helicóptero MI 17 tomaba altura. Si bien “Gafas”, una vez reducido, no hizo mayor resistencia, “César”, en cambio, trató por todos los medios de liberarse y de agredir a los tres (falsos) humanitarios que trataban de dominarlo. “César luchó como un león”, recordó “Fernando”. “Trató de abalanzarse sobre la puerta trasera del avión, que tiene una ventana, desde donde se controla el rotor de cola, para abrirla y lanzarse al vacío”.

En otras palabras, al verse perdido, el jefe guerrillero quiso suicidarse. Buscó, probablemente, suicidarse, sí, pero también hacer que se cayera la nave con todos sus pasajeros, pues la ruptura de una ventana o de una puerta en pleno vuelo pudo haber tenido consecuencias fatales. La mezcla de pánico y vergüenza al verse capturado de esa forma, por un vasto engaño, y el terrible temor a las represalias que podría sufrir más tarde de las Farc, fue tan grande que “César” entró en una fase de desesperación. El violento forcejeo duró varios minutos. A pesar de estar atrapado por tres personas, “César” trataba de “arrastrarse hacia esa ventana para romperla y lanzarse”, anotó “Fernando”. “Fui y le hablé. Le hice ver que era inútil insistir y que debía admitir que estaba derrotado. ‘Yo quiero morirme’, me respondió, sin darse por vencido, hasta que fue debidamente inmovilizado”, agregó.

Los rehenes detestaban sobre todo a “Gafas” pues era un carcelero sádico que días antes había amenazado con su pistola a uno de los rehenes norteamericanos. Por eso, cuando estallaron los forcejeos, algunos ex rehenes pidieron que la mano fuerte cayera sobre “Gafas”.

Otro elemento que “Fernando” confirmó tiene que ver con las gestiones que por su cuenta estaban haciendo en esos días dos diplomáticos europeos, el francés Noel Sáez y el suizo Jean-Pierre Gontard, quienes buscaban una cita con “Alfonso Cano”, el jefe de las Farc. Los militares colombianos explotaron a fondo y con notable éxito ese asunto que tanto irritó al gobierno. “Esa iniciativa le dio credibilidad a la idea de una concentración y transferencia de un grupo de rehenes bajo la apariencia de una acción humanitaria”, explicó.

Uno de esos personajes juró vengarse del gobierno por ese hecho, que él tomó como una “afrenta”, y llegó a decirlo en un coctel sin saber exactamente a quien le hablaba. El video de Tele Amazonas tiene que ver con eso, me dijo el oficial de Inteligencia, luego de terminado el encuentro.

Ante la insistencia de los periodistas, “Fernando” explicó que el equipo “humanitario”, donde hubo hasta un ex guerrillero reinsertado de las Farc, temió hasta último minuto que “César”, quien según los analistas de Inteligencia tenía la reputación de ser un individuo muy astuto y peligroso, capaz de descubrir los subterfugios más sutiles del Ejército, se diera cuenta del ardid y tratara, a su vez, de engañarlos y capturarlos en tierra.

Desde luego, antes del día del rescate, los operadores del Ejército habían constatado que los jefes del frente uno habían mordido el anzuelo, pues les habían dado órdenes e instrucciones que ellos habían cumplido sin chistar, pues creían que emanaban del mismo “Mono Jojoy”. Empero, la duda subsistía ya que “el engaño es una constante en la guerra, sobre todo en la guerra irregular, y porque ‘César’ no nos estaba cumpliendo ciertas exigencias finales: los secuestrados no vestían camisetas blancas y las comunicaciones radiales en tierra no eran audibles”, señaló el oficial.

Sin embargo, ya en tierra, cuando “Fernando” vio el rostro sonriente de “César”, quien estaba convencido que ese sería su día de gloria, “el temor bajó y cada quien pudo interpretar su personaje como estaba previsto”. “Cesar” recibió el regalo que “Fernando” le llevaba: un libro sobre otra liberación de secuestrados. La artimaña electrónica había funcionado a fondo, hasta el punto de que “Fernando”, cuando vio que el tiempo se le estaba agotando, pudo pedirle a los guerrilleros que ayudaran a los secuestrados antes de subir al helicóptero.

El recuento de los tropiezos con algunos de los rehenes, que no creían que se trataba de una misión humanitaria, y que estuvieron no lejos de crear un incidente, pues la orden de que se dejaran poner las esposas los molestó mucho, fue detallado por “Fernando”. “Ingrid estaba enojada conmigo. Ella creyó que era un acto más de propaganda de las Farc. Después, ya a bordo, cuando dijimos que éramos el Ejército nacional y que estaban libres, estalló en llanto de alegría y agradecimiento, como todos los demás”.

“La Operación Jaque mostró la alta profesionalidad y le dio una ventaja estratégica al Ejército en su lucha contra las Farc, y mejoró aún más la imagen que los colombianos tienen de sus Fuerzas Militares”, concluyó “Fernando”. Un periodista agregó: “Esa operación cambió también en Francia la imagen del Ejército colombiano”.

Julio 02 de 2011.

 

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