DERECHOS HUMANOS O BOGOTÁ HUMANA

¿Derechos Humanos o Bogotá Humana?

Por Federico Arellano 

Abril 22 de 2012

Con el desarrollo de algunas políticas nacionales y locales, con lo que se debate en el concierto internacional y sobre todo con lo que consuetudinariamente se está escribiendo por parte de defensores de derechos fundamentales (los verdaderos), siento cierta responsabilidad de esclarecer algunos puntos sobre el mal concebido concepto de los DDHH y el DIH.

Algunas expresiones de los seudo-Derechos Humanos, desgraciadamente para este país, se encarnan en instrumentos legales y normativos en general; porque emanan de falsos ejecutores de políticas públicas dizque sobre la base de aquel derecho superior. Es suficiente con ver los fallos de las altas cortes y las leyes que emanan del Legislativo, así como las políticas propuestas tanto a nivel central como distrital, y qué mejor ejemplo que la pobre y victimizada capital de la República.

Como desafortunadamente son escasas las columnas y espacios para escribir, sobre todo temas que apasionan al autor, me voy a referir a unos ejemplos claros, previa exposición sucinta de los maltratados DDHH.

En un sentido estricto debemos acudir a la definición de Derechos Humanos contenida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). Este es un documento declarativo adoptado por la ONU en su Resolución 217 A (III). El artículo primero de esa Declaración inaplicable en la geografía colombiana, reza: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. En esta tesis encontramos que se trata de lo siguiente: los derechos humanos, herederos de la noción de derechos naturales, son una idea de gran fuerza moral ^[]y con un respaldo creciente de gran contenido axiológico y ético. Pero no. No es aquello que suena a “Bogotá Humana”, ni nada que se le parezca. Por favor no se dejen confundir más. Una de las estrategias oscurantistas del comunismo es justamente esa, tergiversar e invertir los valores y las herramientas sociales, políticas y jurídicas. Dicho de otra manera, es esa la máxima expresión del taoísmo. Es marxismo-leninismo radical y extremo. Muestra clara de esto es tener el deseo, querer devolvernos a la proletarización. Pero repito, como invierten a su acomodo el sistema, no hay nada más oligarca que un comunista y no aplicaría el proletariado para ellos; sólo para sus subyugados.

No podemos pasar por alto un par de detalles del gobierno distrital de turno; menos ahora con ocasión de los más de 100 días de la hecatombe de gobierno de Petro, quien ayer completó 52 almanaques para gracia de pocos. El primero de ellos fue la pomposa posesión de su cargo de Alcalde Mayor de Bogotá, al mejor estilo de un rimbombante ¿monarca o dictador?

El segundo, y sin duda uno de los más importantes dentro de su desastrosa regencia, es la celebración de su cumpleaños que por el acaso de la vida coincide con la fecha de nacimiento del Movimiento 19 de abril, más conocido en el mundo del hampa y el crimen organizado como M-19, del cual orgullosamente —quien ocupa hoy la segunda magistratura del Estado— fue uno de sus más destacados terroristas. Este sujeto hoy ligeramente habla de víctimas, de DDHH y de su tal “política del amor”. Recordemos, todo es tergiversado: valores invertidos.

La celebración tanto del cumpleaños del exsubversivo como el de su guerrillera institución, no podía ser mejor. Es pues, el concierto del exBeatle Paul MacCartney se convierte en el escenario perfecto para el festejo de Petro y sus compañeros del PCC. Ah, y claro con medio televisivo propio. Televisión más humana.

Habiendo entendido el concepto verdadero de Derechos Humanos, debemos hacer un alto y preguntarnos consciente y sinceramente lo que sigue.^[

¿Promover las diversas formas degeneradas de relaciones entre los asociados como Lesbianismo, Gays, Bisexualismo, Transgenerismo e Indeterminados, conocidas como LGBTI, condiciones estas todas aberradas y en contra de la creación natural, serán expresiones de los DDHH?

¿Despenalizar y/o legalizar las drogas, aprobar familias del mismo sexo por parte de la Corte Constitucional, liderar iniciativas de adopción de niños en su más tierna infancia sin capacidad de elegir para ser adoptados por los LGBTI, dejar inermes y sin garantías jurídicas a los miembros de su Fuerza Pública con una rama legislativa que promulga normas que benefician a los victimarios y discriminan y excluyen a las victimas, podrá ser una muestra de los DDHH?

Andar difundiendo este tipo de conductas NO es procurar la democracia. Por el amor de Dios, no traguemos entero. La esencia de la democracia y el pluralismo participativo no es ni será nunca sinónimo de la divulgación de lineamientos tan execrables y licenciosos como los que acá menciono.

¿Será que así como vamos, podemos sentirnos orgullosos de los dirigentes y pensar que este es un país que está en buena ruta en materia de derechos humanos?

En vez de andar promoviendo los antivalores y aplicando el antiderecho, por qué no se ocupa el tan humano Alcalde y los enamorados estamentos nacionales de su política, de implementar medidas públicas para prevenir el reclutamiento de niños en Ciudad Bolívar, quienes además participan siendo usados como guías y mensajeros por parte de la subversión poniendo en riesgo sus vidas. Dedíquense más bien a dar trámite a la problemática del hacinamiento, retrasos en acceso a la salud y dificultades para los familiares en las visitas a los presos y detenidos.

Lo dicho esta dicho, acá no hay discusión. Simplemente, o escogemos los DDHH como instrumento legítimo de valoración de la dignidad del ser o permitimos que nuestros hijos crezcan en un país retorcido en sus criterio y conductas. No más memoria histórica estrangulada ni más valores desvalorizados.

El panorama es claro: mientras los verdaderos Estados avanzan en materia de DDHH y DIH, sobre ese particular y muchos otros, nosotros estamos ¡Petrificados! #nomasmentiras Abrazo cálido. Seguimos trabajando.