LA SUBVERSIÓN INTERNACIONAL
¿De la Farc-política que? ¿Qué de Teodora o Piedad? ¿Cuántos testigos falsos y fiscales torcidos están bajo investigación? No son más de una docena. ¿Qué pasa, señor Fiscal General?
La subversión internacional
Por Miguel Posada Samper
Octubre 22 de 2013
Muchos en Colombia, en el gobierno y en la población general, creen que la amenaza subversiva en Colombia se centra en las FARC y el ELN, y si acaso se extiende a las milicias que apoyan a quienes se denomina “enfusilados”. Con los jefes de esta parte armada se está negociando en La Habana. Esta visión limitada lleva a creer que con un buen pacto, así sea costoso, en La Habana, se acabaría con la amenaza a la democracia. Nada más errado. El reciente ataque mediático contra el General Padilla de León, embajador en Austria, originado, aparentemente, en una ONG de derechos humanos alemana, es clara demostración de que los “enfusilados” son apenas una parte del problema. Esta miopía lleva a ignorar o restar importancia a la parte más peligrosa del andamiaje subversivo que incluye miles de ONG, la Marcha Patriótica, el Partido Comunista y miles de infiltrados en el gobierno, especialmente en la Fiscalía. También están incrustados en las universidades y muchos otros sitios claves del cuerpo social. Pero fuera del país, el apoyo a la subversión también es extenso e incluye centenares de ONG. Lo de Padilla es un esfuerzo coordinado entre “mamertos” alemanes y ONG criollas.
El cobarde ataque mediático contra el General Padilla vino de una ONG alemana que lleva el ostentoso nombre de Centro Europeo para la Constitución y los Derechos Humanos. Constituida en 2007, la conforman “cinco gatos” cuya preocupación por los derechos humanos es bien selectiva. Uno de ellos, su presidente Michael Ratner, se dedica a defender terroristas de Al Qaida. El extenso documento contra Padilla carece, como es usual, de pruebas, como lo certifica el Vice Fiscal de Colombia, Jorge Perdomo. Uno de los casos que menciona, el caso de una masacre, nunca bien documentada ocurrida en Puerto Alvira (o Puerto Jabón), Meta, fue examinado en su momento por la Procuraduría y archivado. La Fiscalía no inició ningún proceso en ese caso. Fue un Consejo de Seguridad, que incluía dos gobernadores y representantes de la Procuraduría, la Fiscalía y otras entidades, quien resolvió como se debía actuar ante amenazas, nada documentadas, sobre ese pequeño y alejado poblado. Puerto Alvira era un centro de narcotráfico, donde el Ejército no habría tenido información ni colaboración de la población. Una unidad militar aislada allí, alejada de los escasos apoyos que en ese entonces había disponibles, habría quedado a la merced de autodefensas o de las FARC. ¿No sería eso lo que querían las FARC? ¿Quién ejecutó la masacre y de cuantas víctimas se trató? No es bien claro que se haya tratado de autodefensas y es también incierto el número de víctimas.
El ataque al General Padilla no se puede ver entonces como un hecho aislado. Es parte del ataque mediático y jurídico contra las Fuerzas Militares. Se trata de lograr lo que se denomina la “igualdad de culpas”, lo mismo que busca el informe, en mala hora pagado con dinero de los contribuyentes, que se titula “Basta Ya”. Aparentemente equilibrado, este informe es en realidad un sesgado análisis del conflicto colombiano. Todo esto apunta a debilitar la barrera principal del marxismo para llegar al poder en Colombia: las Fuerzas Militares. Utiliza la Guerra Jurídica y la Mediática, que se suman a los atentados a la infraestructura y la siembra de minas, por una parte, y a los disturbios y paros, por otra. Todo esto se financia con el narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión y el secuestro, pero también con contribuciones del marxismo internacional.
En La Habana se está negociando con las FARC, hay que repetirlo, sólo una de las cabezas de la Hidra, monstruo de mil cabezas, que amenaza la democracia colombiana. Es la cabeza más visible y la que asusta a la población, pero hace menos daño, en la realidad, que la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía, dominada por el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, con su batallón de testigos falsos. La Guerra Jurídica está llegando a extremos que parecen inverosímiles. Los militares ya no tienen que enfrentar solo a fiscales y procuradores sesgados o venales, sino a la Contraloría, que los acusa de detrimento patrimonial si en un combate se gasta más munición de la que, a juicio de un investigador que despacha desde un cómodo escritorio, se debería gastar en un encuentro armado. El presidente Santos habla duro desde Larandia, pero nada hay de Fuero Militar o defensa técnica para los soldados. Hoy están empapelados en investigaciones 32.000 militares. Esto es varias veces más que los guerrilleros sujetos a investigación. Si uno le cuenta todo esto a un soldado gringo, francés o inglés, no lo pueden creer. Pero es así.
Y para terminar, tenemos que hacer la misma pregunta de siempre sobre otra cabeza de la Hidra: ¿De la Farc-política que? ¿Qué de Teodora o Piedad? ¿Cuántos testigos falsos y fiscales torcidos están bajo investigación? No son más de una docena. ¿Qué pasa, señor Fiscal General? Muchos anuncios, y poco de acción
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