EL ESCÁNDALO DE LA INFILTRACIÓN, ¿PURO HUMO?

El escándalo de la infiltración, ¿puro humo?

De lo que sí estoy seguro es que el verdadero peligro para las pretensiones naranjas de Santos y las FARC no se encuentra en la contienda de palabras entre Echandía y Quintana, sino en la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos

Por Ricardo Puentes Melo
Noviembre 18 de 2016

“Revert llegó a la oficina a mediados de febrero. Era muy callado, taimado, aislado. Compartió poco con las personas del equipo. Decía que tenía 25 años, pero se veía mucho mayor”. Así comienza un ex compañero de trabajo de Revert a contarnos algunos detalles que Julián Quintana conocía a la perfección y que taimadamente ocultó creyendo en las promesas de poder y puestos que voceros de Juan Manuel Santos, y el mismo Santos, hicieron a quienes infiltraron la campaña de Oscar Iván Zuluaga. (1) y (2)

Como nada de esto les cumplieron a los de la banda en la Fiscalía, Eduardo Montealegre empezó a atacar el mismo proceso criminal de La Habana que con ahínco había defendido, y Quintana inició su parodia de maleante arrepentido, utilizado y víctima de los enredos del Fiscal General Montealegre, de Echandía, jefe tenebroso de la Dirección Nacional de Inteligencia, y de Jorge Perdomo, el vicefiscal afeminado al que le ofrecieron la Procuraduría General de la Nación y a quien luego también traicionaron para entregarle este preciado fortín político al “camarero de Pablo Escobar”, el señor Fernando Carrillo, quien usó su cercanía con Iván Duque para convencer a la bancada del Centro Democrático de elegir a quien seguramente terminará de hacerle el trabajo sucio a las FARC, si es que cabe esta hipérbole.

Iván Zuluaga no perdió las elecciones por la caída de su imagen debido a esta infiltración. Como lo denunciamos en este Portal, todo estaba perfectamente planeado y fríamente calculado por los hermanos Castro: manipulación en la Registraduría, compra de votos, intercambio de tarjetones, solo fueron algunos de los ardides que llevó a la victoria a Juan Manuel Santos. (3) y (4)

Así, Revert llega a la oficina de Andrés Sepúlveda a comienzos de febrero de 2014, y no cae bien entre el equipo ya conformado, al cual Luis Alfonso Hoyos ya había llevado a unos jóvenes universitarios para que sirvieran como apoyo.

Revert llegó hablando fuerte y asegurando que no era la primera vez que estaba en Colombia, que conocía al dedillo Medellín y que todos sus amigos en Bogotá eran militares, cosa que dudaron todos. También infiltró la Universidad de La Sabana, y tiempo después del allanamiento aún se preguntan si Revert era ficha de las FARC, de ETA, o de los comunistas cubanos aliados de Juan Manuel Santos. ¿Llegó a Medellín de la mano de Piedad Córdoba? Es otra pregunta legítima que se hace mucha gente hoy.

El asunto es que Revert era el verdadero hacker, el único hacker en esa oficina. Desde el principio dio muestras de su poder y capacidad de aterrorizar metiéndose a las cuenta de Skype de sus compañeros de oficina, cambiándoles las fotos de perfil, enviando mensajes desde esas cuentas. Fue él quien puso los mensajes de muerte en la cuenta de Andrés Sepúlveda; mensajes que luego le servirían a Quintana para mostrar a la opinión pública que Sepúlveda era un demente. Luego de estas maquiavélicas “pilatunas”, Revert llegaba al siguiente día a reírse de las bromas que les había gastado.

“Revert tuvo, desde el principio, acceso directo a los correos de los del equipo, a sus cuentas de twitter, a todo”, nos cuenta su excompañero.

El 6 de mayo de 2014, día del allanamiento del CTI de la Fiscalía a las oficinas de Sepúlveda, media hora antes de que los agentes entraran, Revert tomó su computadora -que llamaban “el monstruo”- y salió de allí para nunca más volver. ¿Es posible que él haya borrado, modificado o agregado o manipulado la información de un servidor al que solamente él y Andrés Sepúlveda tenían acceso..? Seguramente.

Al día siguiente del allanamiento, Revert les envió un mensaje a todos diciendo que debían declarar en la fiscalía porque Andrés los “ensuciaría” para rebajar su pena. Tres días después del allanamiento, Revert envió varios correos a los otros miembros del equipo, los llamó por teléfono y les hizo seguimientos. Los amenazaba permanentemente y les enviaba imágenes de una tortuga. “Esa tortuguita significaba que nos iba a mochar la cabeza y las piernas y brazos”, dijo nuestro entrevistado. “Mochar la cabeza”. Qué curioso, fue el mismo término utilizado por Quintana para amedrentar a Andrés Sepúlveda.

Tres jóvenes que habían llevado de Medellín, y que estaban quedándose en el apartamento de Revert, citaron a dos compañeros con el pretexto de entregar una información importante. Las citantes no acuden ese día y reprogramaron la cita. Pero quien acude no son ellas sino Revert. Los jóvenes, asustados, se escondieron como pudieron pero Revert, celular en mano, les rastreó sus celulares y los ubicó. Sonriendo amenazante, vuelve y les envía la imagen de la tortuga descabezada

Todo esto fue declarado en la Fiscalía, Quintana lo sabe. Pero el protegido es y siempre ha sido Rafael Revert.

Porque acá hay mucho más de lo que se está diciendo en los medios. Julián Quintana es un títere más de este entramado y el hecho de que aparezca en el Centro Democrático, de la mano del

Representante de esa colectividad,  Edward Rodríguez, nos dice que los tentáculos de Angelino Garzón (PCC) están involucrados en este episodio.

El hacker real, el verdadero, ha sido Rafael Revert, no Andrés Sepúlveda. Fue él quien tuvo acceso a todas las computadoras de la oficina y la campaña de Oscar Iván Zuluaga. Revert tenía acceso a correos, cuentas sociales y datos personales de las más importantes cabezas de la campaña de Zuluaga.

¿Quién, dentro de la campaña de Zuluaga, ficha de Juan Manuel Santos, influyó para la contratación de Revert?

¿Qué tanto tuvo que ver en esto JJ Rendón, el que arregló la “campaña naranja” de Santos?

¿Cuál es la información que guarda celosamente el ecuatoriano Daniel Bajaña y por la cual su vida peligra?

De lo que sí estamos seguros es que muchas cosas sucias se movieron en esa contienda. Hubo una lucha de poderes, incluso dentro del mismo Centro Democrático, que buscaron el empoderamiento de Juan Manuel Santos y su proyecto criminal que desde mediados de los años 90 venía cocinando con su equipo de la Fundación Buen Gobierno bajo las instrucciones de los Castro.

A mí no me convence el arrepentimiento de Julián Quintana. Y menos me convence que de este escándalo vaporoso vaya a surgir alguna verdad.

De lo que sí estoy seguro es que el verdadero peligro para las pretensiones naranjas de Santos y las FARC no se encuentra en la contienda de palabras entre Echandía y Quintana, sino en la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

Eso es lo que podría cambiar el sombrío panorama de Colombia. Dios lo quiera así.

@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras

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(1)  LA FISCALÍA INFILTRÓ LA CAMPAÑA DE ZULUAGA https://www.periodismosinfronteras.org/la-fiscalia-infiltro-la-campana-de-zuluaga.html

(2) LAS PREGUNTAS QUE NO LE HICIERON AL SEÑOR REVERT https://www.periodismosinfronteras.org/las-preguntas-que-no-le-hicieron-al-senor-revert.html

(3) EL FRAUDE ELECTORAL QUE SE NOS VIENE ENCIMA https://www.periodismosinfronteras.org/el-fraude-electoral-que-se-nos-viene-encima.html

(4) ASÍ FUE EL FRAUDE ELECTORAL DE SANTOS https://www.periodismosinfronteras.org/asi-fue-el-fraude-electoral-de-santos.html