VERDADES SOBRE MOCKUS

MOCKUS POLITICKUS

Por Alicia Eugenia Silva*

El 14 de marzo, los bogotanos que participaron en la consulta del Partido Verde votaron contra la actual administración de la ciudad en medio de escándalos de ineficiencia en la contratación distrital. Los votantes prefirieron a Antanas Mockus sobre sus copartidarios, premiando al que consideraban el más honesto de los tres.
Los ‘Verdes’ de antaño conservaron la personería jurídica gracias a la exitosa consulta interna. Aunque Peñalosa y Mockus hubieran alcanzado el umbral con la votación de Gilma Jiménez y John Sudarsky, los ex alcaldes bogotanos incluyeron en su lista a diversos representantes del antiguo Partido Verde Opción Centro.

El más conocido de los viejos verdes fue Jorge Eduardo Londoño, a quien inhabilitaron por 12 años el pasado 19 de marzo. Mockus permitió sin compunción el apoyo de Christian Moreno, gobernador de Cesar, a su candidato Félix Varela. Y no le incomodó la cercanía de sus compañeros de partido santandereanos a Luis Alberto Gil, antiguo senador de Convergencia Ciudadana, hoy detenido en la cárcel La Picota por escándalos de ‘parapolítica’. Mockus entendió cómo se ganan las elecciones parlamentarias en este país y no quiso arriesgarse. Éxito rotundo: hoy se le celebra el triunfo sin que le cuestionen cómo lo logró.

Muchos votaron por Gilma Jiménez creyendo que condenar a la cárcel perpetua a violadores es lo mismo que proteger niños indefensos, y Mockus calló sus objeciones a los castigos absurdos para ganarse el voto facilista. El cuidado y la educación de los niños es un camino más seguro para evitar que los pequeños víctimas de abuso se conviertan en violadores y adultos abusadores. A Mockus le gusta decir que “la educación lo es todo”, pero prefiere la certeza de un triunfo asegurado por la demagogia.

Los votos de opinión que recogieron los Verdes a lo largo de Colombia premiaron la imagen de honestidad que Mockus les ofrecía por su pasado. En Bogotá el voto también fue una señal de protesta por las mediocres administraciones del Polo. Esto último se ve en el resultado de la consulta interna del partido. Ahora le toca a Mockus dedicarse a arrinconar a una parte de su propia bancada parlamentaria y, con su autoridad moral, condenar los medios que sus nuevos copartidarios utilizaron para conseguir algunas de sus curules.

Muchos de los votantes que participaron en la consulta verde eligieron congresistas de otros partidos y dejaron claro que preferían que los gobernaran políticos que ellos consideraban limpios. A casi todos les gustó que personas de diversos orígenes trabajaran juntas. Posiblemente muchos votantes sean conscientes de lo complicado que es ganar una elección enfrentando grandes capitales, violencias regionales, corrupción y narcoparamilitarismo. Habrá quienes perdonen entonces los atajos, pero unos pocos estarán confiando en que más temprano que tarde se pueda ganar una elección sin tolerar la ilegalidad y sin confundir la excentricidad y la arrogancia de unos con la transparencia de otros.

Para concluir, cuando Mockus y Fajardo finalmente se unan, como les están pidiendo amigos, columnistas y financiadores, sería pertinente que recordaran lo que hace algunos años dijo un matemático huraño y brillante cuando rechazó la Medalla Fields y el millón de dólares que la acompañaba. Decepcionado por los estándares éticos de su campo y totalmente indiferente a las tramas de previos ganadores, el topólogo ruso Grigori Perelman dijo: “No puedo decir que estoy indignado. Otras personas hacen cosas peores. Por supuesto, hay muchos matemáticos que son más o menos honestos, pero casi todos son conformistas, es decir, son más o menos honestos, pero toleran a quienes no son honestos”. El mundo de la política no es muy distinto del mundo de las matemáticas.

*Alicia Eugenia Silva fue Secretaria Privada de Mockus. Hoy, trabaja en el equipo de Sergio Fajardo