EL PROCESO DE PAZ, ¿EN ESTADO CRÍTICO?

El problema del narcotráfico, que siempre ha estado ligado a la actividad guerrillera, seguramente, constituirá uno de los grandes escollos de cara a llegar a un gran acuerdo de paz con las FARC. Las FARC están implicadas en el negocio del narcotráfico desde hace años

El proceso de paz, ¿en estado crítico?

“No se debería de firmar ningún acuerdo definitivo entre las FARC y el ejecutivo sin que  se formalice una concentración de las fuerzas alzadas y sin entrega de las armas por parte de esta organización” General Manuel Bonett

Ricardo Angoso
Ricardo Angoso

Por Ricardo Angoso

Julio 16 de 2015

En un debate organizado por el Foro Ideas para la Democracia (foroideasparalademocracia.com), el general Manuel Bonett, el magistrado Carlos Ramiro Borja y el Secretario de Desarrollo Social de la Gobernación de Cundinamarca, Luis Daniel Santos, entablaron un conservatorio acerca de las perspectivas del proceso de paz, señalando las incertidumbres que ahora asoman tras más de tres años de negociaciones y también las esperanzas nunca abandonadas por parte una buena parte de colombianos.

Sin embargo, como no podía ser menos, en el aire estaban presentes los recientes atentados terroristas perpetrados, tanto por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) como por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el clima de desconfianza que se ha generado entre las dos delegaciones que negocian un futuro acuerdo definitivo y el creciente rechazo, cada vez más generalizado, por parte de la sociedad colombiana al escenario creado en que se negocia en medio de la guerra.

Requisitos para la una paz negociada en Colombia. “No se debería de firmar ningún acuerdo definitivo entre las FARC y el ejecutivo sin que  se formalice una concentración de las fuerzas alzadas y sin entrega de las armas por parte de esta organización”, señaló el general Bonett. Para la concentración de estas fuerzas, el militar que fue jefe de las Fuerzas Armadas colombianas, es muy importante que se realice sin que afecte a zonas estratégicas de la Nación, ni cerca de zonas de producción fundamentales para el país y que sean, como máximo, entre 15 y 20 las áreas de agrupación de las mismas. “Y que los guerrilleros sean concentrados en las zonas donde viven, para que así se produzca una mayor integración social y familiar de los que abandonas las armas”, terminó enfatizando el general en retiro.

Luego, señaló, que se podrían haber pasado una serie de líneas rojas que había sobre la mesa desde el inicio del proceso, como ha sido el reciente anuncio por parte del presidente Santos de que podría acordarse un acuerdo bilateral entre las FARC y el gobierno para el fin de las hostilidades. Concluyó señalando que Colombia “no tiene la capacidad para vigilar su espacio aéreo, ya que no tiene radares, y proteger sus costas para defender el espacio marítimo”, lo cual hará más difícil la verificación y vigilancia de lo que se firme en La Habana que, en opinión de Bonett, no será la paz definitiva, sino el comienzo de un proceso mucho más complejo y largo; el verdadero desafío, si se firma, “comenzará ese día”.

General Bonnet, Mag. Carlos Ramiro Borja, y Luis Daniel Santos
General Bonnet, Mag. Carlos Ramiro Borja, y Luis Daniel Santos

La firma de la anhelada paz. “La firma no dará la paz definitiva, sino que es parte de un proceso más amplio”, afirmó tajante el magistrado Ramiro Borja. “Y los problemas continuarán después de la firma, ya que habrá muchos asuntos pendientes y grandes retos sobre la mesa”, apuntó también este jurista de larga trayectoria y amplia experiencia.

Para Borja, “el cese bilateral debería ser un paso preliminar, ya que la experiencia histórica de Colombia demuestra que no da muy buenos resultados negociar en medio de la guerra. Entonces, creo modestamente, que tiene que haber un cese bilateral entre las partes porque es el camino más conveniente para recuperar la confianza y avanzar en la negociación”. Pero el magistrado también considera que no se puede sacrificar la justicia para llegar a la paz, poniendo especial atención al asunto de la justicia transicional y el papel que podría jugar la Corte Penal Internacional en el posconflicto.

“Seamos realistas, tras 50 años de guerra no hemos podido acabar militarmente con las FARC; por tanto, hay que buscar una salida política al conflicto, como se ha hecho con el 87% de los conflictos en el mundo que se han resuelto a través de acuerdos o negociaciones. Con respecto a la impunidad, hay veces que hay que aceptarla como única vía para llegar a la paz. Obviamente no es el mejor de los caminos, pero a veces no queda otro camino”, concluyó finalmente el jurista.

Vertebrar y articular el país territorialmente para asentar la paz. “Todavía no hay certezas ni datos concretos de cómo se va a consolidar la paz territorialmente y cuáles serán los territorios donde habrá que implementarla”, aseguró Luis Daniel Santos en su intervención. Pero, en cualquier caso, “si se firman los acuerdos de paz, el país tendrá que buscar nuevas formas de relacionarlos y nuevas agendas, en definitiva, una nueva relación entre lo nacional lo local”, concluyó. Reivindicó también el papel que deben de tener los entes locales una vez se haya firmado un pacto definitivo entre las partes.

“En este proceso, si se firman los acuerdos, tendrá que haber una nueva arquitectura institucional para la paz y habrá que definir el papel de cada uno en el nuevo país que surja. A este respecto, quiero recordarles que en Cundinamarca han mejorado mucho las cosas y le hemos apostado a la construcción de la paz desde las instituciones locales”, especificó el Secretario de Desarrollo Social del departamento.

El narcotráfico, gran escollo. Los tres ponentes destacaron también el problema del narcotráfico, que siempre ha estado ligado a la actividad guerrillera y que, seguramente, constituirá uno de los grandes escollos de cara a llegar a un gran acuerdo de paz con las FARC. Las FARC están implicadas en el negocio del narcotráfico desde hace años, ya funcionando como un cartel, y el Estado no le prestó a este problema la atención que requería.

“El narcotráfico seguirá presente como trasfondo en todo este proceso, y por mucho tiempo, porque tiene mucho dinero y su capacidad monetaria sigue intacta, pese a las negociaciones de La Habana”, explicó, a modo de resumen, el general Bonett. Borja, al hablar del actual momento, señaló que es muy importante que el conflicto interno colombiano ya tenga una dimensión internacional y sea tratado como tal, dentro una agenda en la que no puede faltar el complejo asunto del narcotráfico.  “Pero esa dimensión internacional del conflicto tiene que estar relacionada también con la voluntad política que tienen que tener las dos partes para llegar a acuerdos y a una solución negociada de la guerra. Hace falta voluntad política para llegar al final”, dijo Borja también.

Finalmente, Luis Daniel Santos, al referirse a este asunto del narcotráfico y otros problemas que gravitan sobre el proceso de paz, explicó que “hay muy pocas capacidades por parte de los entes locales y las administraciones periféricas para solucionar estos problemas y hacerles frente, en una realidad política del país todavía muy centralizada y poco atenta a la descentralización. Lo local, seguramente, resolvería mejor todos estos problemas y tiene un conocimiento de la realidad del territorio que no tiene el gobierno nacional. Conoce los problemas de su entorno y sabe cómo afrontarlos”.

@ricardoangoso

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