CRUZARON EL RUBICONE
Así como las clases dirigentes de la época romana solamente les interesaba apoyar al régimen de turno, a las clases dirigentes que rodean a JMS solamente les interesa cuidar de sus intereses
Cruzaron el Rubicone
Así como las clases dirigentes de la época romana solamente les interesaba apoyar al régimen de turno, a las clases dirigentes que rodean a JMS solamente les interesa cuidar de sus intereses
Por Rafael Gómez M.
Septiembre 03, 2016
Las guerras civiles en el Imperio romano junto con su posterior caída, tuvieron un origen. Frente al río Rubicone que separa a la Galia de Roma, Julio Cesar se encontraba con sus tropas. En la antigua Roma existía una costumbre. Consistía en que ningún oficial del ejército entraba con armas una vez cruzado el Rubicone.
Julio César fue un personaje bien particular. Según Philip Freeman, Julio Cesar, 2008: El coraje y el honor marcaron su llegada al escenario romano pero una vez en él, se dejó llevar por la ambición del poder y la vanidad. Después de hacer alianzas con sus amigos para llegar al poder, los abandonó. Hizo alianzas con sus enemigos corriendo la misma suerte.
A comienzos del año 50 A de C, Cicerón le escribió una carta a Ático: El estado actual de las cosas en el Imperio romano me aterra. Casi toda la gente prefiere darle a Cesar lo que pide, sin pensar que Cesar está llevando al pueblo romano a una guerra civil interna.
El cuadro de Cicerón era confuso y oscuro. Por un lado, apoyaba la Paz que promulgaba Julio Cesar a sabiendas que esa Paz no era la que le convenía. Pompeyo, principal enemigo político de Julio Cesar comenzaba a ganar adeptos por sus reparos a su forma de gobernar. Por momentos, Cicerón jugaba con Julio Cesar y con Pompeyo a la vez.
En la medida en que la crisis de gobernabilidad fue más profunda, los moderados, optimates, parecían correr la misma suerte de Cicerón. Por un lado, si no apoyaban a Julio Cesar veían cómo todo el poder del régimen les caía encima. Ellos sabían que el grupo liderado por Pompeyo tenía la razón. El temor reinaba en Roma.
A finales de diciembre del año 50 A.de C, las discusiones en el Senado eran álgidas y agrias, como diría el greco caldense Humberto de la Calle. La incertidumbre crecía. Tras varios días de acalorados debates Julio Cesar fue declarado enemigo de Roma, abandonándola cargado con piel de tigre.
El 10 de enero cabalgó por la ronda del Rubicone durante toda la noche, con las fogatas encendidas. A media noche exclamó: Alea Jacta Est. Julio Cesar cruzó el Rubicone, con armas.
La anterior introducción para comentar que así como Julio Cesar abandonó a sus amigos una vez en el poder, JMS hizo exactamente lo mismo en medio de una vanidad infinita. Así como a Julio Cesar solo le interesó el poder por el poder mientras el Imperio romano llegaba a su fin, a JMS solo le interesa su paz mientras el país se desmorona.
Así como las clases dirigentes de la época romana solamente les interesaba apoyar al régimen de turno, a las clases dirigentes que rodean a JMS solamente les interesa cuidar de sus intereses.
Así como Julio Cesar cruzó el Rubicone con armas, el miércoles 24 de agosto, después de una larga espera, los niños de Iván cruzaron el Atlántico; con armas, con impunidad, sin reparar a las víctimas, sin pedir perdón, sin entregar a los niños reclutados, sin un ápice de remordimiento de consciencia.
Al igual que Cicerón, el estado actual de las cosas en Colombia me aterra. La incertidumbre y el temor comienzan a gobernar a los colombianos.
Alea Jacta Est.
Puntilla: A partir de la fecha hasta el 2 de octubre, la presente columna de opinión contará el collar de perlas, de color negro. Vivanco: Es ingenuo construir la paz sobre bases tan grotescas de impunidad.
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