Es así como Agustín Laje – vetado por la Universidad Javeriana dentro de la Batalla Cultura – plantea una serie de reflexiones para una nueva derecha, haciendo énfasis en su introducción al término Cultura en referencia a Antonio Gramsci quien escribió desde la cárcel – todo comunista es un resentido social en potencia – sobre las reflexiones y las posibilidades de insertar al comunismo dentro de la sociedad italiana de los años veinte con base en un concepto filosófico que más adelante sería apropiado por la nefasta Escuela de Fráncfort: el materialismo histórico de Carlos Marx enfocado hacia la revolución cultural y las políticas identitarias en la deconstrucción y decrecimiento que tanto le gustan a la ex ministra de Minas Irene Vélez.
Para llegar a los guerrilleros culturales y políticos, que plantea Laje, del socialismo del siglo XXI cuyos dignos representantes a la cámara los encontramos en el señor Mondragón del Pacto Histórico, líder de la primera línea, quien lideró la reforma a la salud en el congreso de la república, llevándose por delante a todo el sistema de salud que engendrará al caos y la anarquía a todo el sector conduciéndolo hacia la dimensión desconocida.
¿Primaría, en este caso, el interés personal?
Finalmente, nos han hecho creer los guerrilleros culturales y políticos del partido conservador colombiano que no puede existir partido conservador sin doctrina conservadora, sino con interés individuales como diría el Dr. Laureano Gómez.
Caso contrario, de la vida y obra de Don Ignacio Valencia López, abogado, político conservador, de partido, de doctrina, del departamento del Cauca quien demandó junto con el Dr. Mariano Ospina y Dr. Enrique Gómez Hurtado al entonces presidente de la república Dr. Juan Manuel Santos Calderón por traición a la patria en la Cámara de Acusaciones.
Si hubiere prosperado dicha demanda contra JMS, nada de lo que está pasando en nuestro maltrecho país estaría sucediendo.
Puntilla: Mientras tanto, en la cámara de representantes, un representante del partido conservador con un reloj Rolex $110.000.000 en su mano izquierda. Por lo menos; póngaselo en la derecha. Digo, ¿No?, el reloj.
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