¿PABLO ESCOBAR SÍ ORDENÓ ASESINAR A GALÁN?
“Santofimio ha sido la más grande víctima de politización de la justicia por parte del Cartel de la Toga, que por presión de la codiciosa familia, sin pruebas, como lo dijo Gardeazabal ayer 17 de febrero desde sus tres minutos de escándalo, volvió por arte de magia la ABSOLUCIÓN UNÁNIME del Tribunal Superior de Cundinamarca, en una sucia cruel, más que injusta y criminal condena por un delito que jamás cometió”. (William Calderón Zuluaga)
Por Ricardo Puentes Melo
Abril 11 de 2022
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com
Lo dijo Séneca: “A quien beneficia el crimen, ese es su autor” (Cui prodest scelus, is fecilt), y tuvo mucha razón.
Durante muchos años se ha dado por hecho que el asesinato de Luis Carlos Galán, compinche de los narcobandidos del ELN desde sus años de juventud, se debió a que combatió a Pablo Escobar y el narcotráfico. Falso.
Pocos días después del asesinato de Galán, yo estaba trabajando para alguna programadora de televisión, y escribía un proyecto de serie que le interesó mucho a Punch TV. Se trataba de la historia delincuencial de un amigo mío, un hombre de empresa muy importante, educado y excelente gourmet, que se metió al mundo del narcotráfico por dos razones: amor al dinero, y la adrenalina que le producía el riesgo. Como gran empresario, y riquísimo, tenía lazos y negocios con la élite empresarial del país; y como ingeniero químico tuvo facilidad para convertirse en “cocinero” de alto calibre, para el Cartel de Medellín. Yo estaba en constante contacto con él para redactar la historia, que yo tenía como proyecto cinematográfico pero que Punch quería como una serie.
Digamos que mi amigo se llamaba “Pepe”.
Cuando asesinan a Galán, de inmediato me dijo: “A él lo mataron porque se robó una plata de un cargamento de Pablo hacia Alemania.”
En ese entonces yo era admirador de Galán, básicamente por sus discursos, pero no conocía más de él, ni tampoco me interesaba. El asunto era tan grotesco para mí, que no pude creerle. Pero Pepe me explicó que Galán y Escobar eran socios y que el capo de Medellín financiaba a Luis Carlos Galán. Una revelación absolutamente absurda en esos momentos.
Pero a mí me quedó sonando el asunto y empecé a hacer mis averiguaciones, más por pasatiempo que por interés periodístico. Hablé con un gran amigo suyo, Ramón Jimeno, a quien yo consideraba un periodista honesto, y de quien yo ignoraba que había sido un cómplice de la guerrilla del M19 (financiada por Pablo Escobar), y que era un marxista declarado que, usando su programa televisivo, fustigaba constantemente al Ejército.
Jimeno me dijo: “Esa es una historia absurda”. Y yo le creí.
A medida que pasaban los años, la historia de Pepe ya no me parecía tan absurda.
Guillermo Cano, pionero en denunciar los nexos del narcotráfico en la política, ya estaba tras las huellas de Pablo Escobar. Pablo, por su parte, ya militaba en las filas de Luis Carlos Galán sin ningún problema, según cuenta Alberto Santofimio, antes de 1983.
Tampoco fue cierto que Luis Carlos Galán hubiera expulsado a Pablo Escobar de sus filas. Desautorizó la lista de Jairo Ortega -cosa muy diferente a “expulsar”. Es otra mentira de los grandes medios de comunicación que, culpando a Santofimio de esa muerte, desvían la atención para que no se conozca la verdad.
Cuando Luis Caros Galán desautoriza la lista de Ortega, y nombra a Iván Marulanda (otro de la mafia) cabeza de lista, Ortega y Pablo arman toldo aparte y deciden apoyar a Alfonso López Michelsen, otro viejo aliado de los narcotraficantes.
Galán desautoriza la lista de Ortega sabiendo que Guillermo Cano estaba aproximándose a la verdad, y seguramente encontraría los nexos de Galán con la mafia. Llega el año 1982 y sale elegido presidente Belisario Betancur, derrotando a Galán Sarmiento. Y de inmediato el gobierno pone en marcha el indulto a los narcoterroristas del ELN, el M19 (amigos de Galán) y las FARC, además de otros grupos. Para tal efecto, Belisario nombra a Rodrigo Lara Bonilla, cuota de Luis Carlos Galán, como ministro de Justicia. Y allí es cuando Galán, planea la traición a Pablo, queriendo desmarcarse de su mecenas debido a que Guillermo Cano estaba muy cerca de encontrar esos nexos.
El único crimen que Pablo Escobar jamás reconoció y siempre negó, fue el asesinato de Luis Carlos Galán
Lara Bonilla empieza su ministerio en 1983 dando discursos sobre los narcotraficantes y sus dineros en el fútbol y la política. Y menciona a Pablo Escobar de Medellin.
Pablo, dándose cuenta de la jugada, y de que el Nuevo Liberalismo quiere quitarse la mancha del narcotráfico, contraataca y publica unos cheques con los que los narcos financiaron al Nuevo Liberalismo. Por supuesto, Escobar no dijo que esos eran sus dineros, sino que había sido Evaristo Porras, un reconocido narco, el financiador. Y anunció que había muchas más pruebas.
Se desata la guerra. Rodrigo Lara Bonilla se defiende y Guillermo Cano descubre que Pablo Escobar había sido apresado por narcotráfico. La foto del sindicado le llega a Cano de manera providencial. Pero todos saben que fue el Nuevo Liberalismo el que la filtró, cosa muy fácil porque Rodrigo Lara era el ministro de Justicia, con todos los accesos y poderes necesarios para encontrar esa prueba.
Escobar asesina a Rodrigo Lara Bonilla en 1984 y Guillermo Cano dedica columnas diarias a denunciar el poder envilecedor del narcotráfico. Hasta entonces, Galán ha sido tímido frente al tema y lo menciona de manera tangencial. Él levantaría su prestigio de “luchador contra el narcotráfico” usando el cadáver de Rodrigo Lara Bonilla.
Viene el asesinato de Guillermo Cano en 1986. Él ya sabía que el asalto del M19 al Palacio de Justicia había sucedido con dineros de Pablo Escobar, y estaba empeñado en investigarlo. Lo asesina Pablo Escobar usando a varios sicarios del M19.
La declaración de Popeye contra Santofimio se dio luego de 17 años de la muerte de Galán. Recuperó mágicamente la memoria y acusó a Alberto Santofimio de instigar a Pablo para asesinar al líder del Nuevo Liberalismo. Muy raro. Y más raro es que cuando Popeye recupera la memoria (luego de seis declaraciones diciendo que Santofimio no tenía nada que ver en eso), la hija del Fiscal General Luis Camilo Osorio se había casado con un sobrino de Luis Carlos Galán. Y a eso hay que sumarle los papelitos que se cruzaron Popeye y el fiscal, donde el gatillero dice “tranquilos que yo estoy firme (en la declaración contra Santofimio)”.
No es creíble que los hijos de Galán y Lara hubieran perdonado a los hijos de Pablo, aceptando esa reunión publicitaria donde “hacen las paces”. Eso no fue más que una reunión de mafias con acuerdos de “hagámonos pasito”, “si tú callas, yo tampoco cuento”.
El único beneficiado fue el sector político que quiso esconder su financiamiento con dineros del narcotráfico, el mismo sector que ayudó a indultar a la narcoguerrilla del M19, el mismo que, luego de que el Ejército impidiera la toma del poder por parte de esa guerrilla, se dedicó a perseguirlo y enjuiciarlo de inmediato, desde la Cámara de Representantes. El mismo sector que fue elegido para gobernar.
Pregúntenle a César Gaviria, o a los Galán. Ellos saben quiénes fueron los verdaderos asesinos de Luis Carlos Galán, cabeza del Nuevo Liberalismo, partido beneficiario de esa mafia.
No por nada, el único crimen que Pablo Escobar siempre negó, fue el de Luis Carlos Galán.
Comentarios