Es claro, a su vez, que se presentó un señor castigo a todo el espectro que representó Álvaro Uribe Vélez; incluido el presente gobierno de Iván Duque; quien fue derrotado estrepitosamente por no escuchar a tiempo las recomendaciones, sugerencias, que ameritaban un cambio en su proceder, en sus planteamientos, los cuales llevaron a un agotamiento civil que termina votando en favor de Petro y Hernández.
Se presenta un desgaste de los partidos políticos quienes apoyaron al gobierno de Duque y están siendo severamente castigados por su avaricia y falta de sintonía con la población, sobre todo la juvenil, quien demanda cambios sustanciales en el proceder del sistema político, económico y financiero; en general.
¿Qué va a decir ahora Cesar Gaviria? ¿Entregará las llaves de su partido a las hordas progresistas en cabeza del senador Velasco?
El otro fenómeno que se evidencia es que la sociedad colombiana cambió tan rápidamente después de la pandemia COVID 19 que nos encontramos ante lo que Druon llama una joven civilización proteica, con una serie de hecatombes y destrucción masiva que provocaría un tremendo caos generalizado producido por desequilibrios demográficos y alimentarios, rivalidades hegemónicas, antagonismos económicos y estratégicos, fantasías ideológicas, conflictos en cadena, el planeta.
Termina planteando Druon que la humanidad parece tener que afrontar, en un futuro muy próximo, pruebas gigantescas; nuestra civilización proteica ha entrado en el tiempo de los castigos.
Ante tal peligro; el lamento, la crítica, o el reproche son irrisorios si no comandan un proyecto capaz de devolver al Estado y a su democracia su papel.
Dice Sergio Fajardo que la elección en Colombia quedó en manos de dos personas que representan un cambio.
Se ha dado el cambio o el salto al vacío.
Colombia, tendrá que vivir, lo que tiene que vivir.
Que Dios tenga misericordia de Colombia.
Puntilla: Mientras tanto, ¿qué pasará con la señora del turbante?
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