ESTRUENDOSO FRACASO DE LAS CONSULTAS DE LOS PARTIDOS
Las consultas para ediles por los Partidos de la U y Liberal, hoy socios en la Unidad Nacional con el gobierno del camarada Santos, fueron un gran fracaso
ESTRUENDOSO FRACASO DE LAS CONSULTAS DE LOS PARTIDOS
Por Ricardo Puentes Melo
Los bogotanos le pasaron la cuenta de cobro a la corrupción reinante en la ciudad, donde la administración del comunista Polo Democrático robó descaradamente a la capital en contubernio con algunos contratistas entre los cuales sobresalen los Nule, quienes pagarán cerca de 3 años de cárcel y saldrán libres para disfrutar toda la vida del legendario y billonario atraco a las arcas bogotanas.
Pero los Nule y los otros contratistas no estuvieron solos en el latrocinio; además de los grandes pillos del Polo Democrático, lastimosamente fueron cómplices –ya sea por acción u omisión- los concejales de Bogotá pertenecientes al Partido de la U, al conservatismo, al Partido Liberal, al Partido Verde, Cambio Radical, PIN, MIRA y PACTO.
Los 45 concejales de Bogotá son, todos, responsables en alguna medida por el descalabro que viven los habitantes de la ciudad. Fueron ellos quienes, a cambio de prebendas o tajadas eligieron a un personero de bolsillo, receptor de dineros de la mafia.
Para nadie es un secreto la forma como los cabildantes (junto a ediles, por supuesto) se reparten el jugoso botín de la contratación desangrando una ciudad que debería tener niveles ínfimos de hambre y pobreza, pero cuyo presupuesto se va en enormes proporciones hacia el pago de favores clientelistas, sobornos, peculados, mordidas y un sinfín de prácticas más que los bogotanos ya aborrecemos.
A su vez, los candidatos a miembros de las Juntas administradoras locales, que ahora manejan y direccionan presupuesto en las localidades (convirtiéndose en otra fuente de corrupción), están bajo la sombra del paraguas clientelista de alguno de los concejales activos.
El corrupto sistema electoral ideado y controlado por los partidos políticos reinantes se encarga de perpetuar el linaje electorero con el fin de no permitir la fuga del producto de la rapiña. Sin la firma y el apoyo financiero de un concejal, representante o senador de los partidos, ningún candidato a edil tenía opciones hoy.
Pequeñas fortunas se gastaron hoy los candidatos a ocupar las JAL. Sabemos de candidatos que invirtieron 100, 200 y hasta más millones de pesos en una pre-campaña para salir favorecido con el aval del partido político correspondiente. Si tenemos en cuenta que una campaña para edil no debe superar el tope de 20 millones de pesos, y que el sueldo anual de un edil está en 41 millones de pesos, es válido preguntarse de dónde saldrá el dinero para pagar esos 100 ó 200 millones invertidos solamente en una campaña para consultas.
La respuesta: Del bolsillo de los bogotanos. Porque ediles y concejales que hayan gastado esas cifras fabulosas para conseguir la credencial, necesariamente tendrán que robar para recuperar lo invertido y, de paso, aumentar sus propias cuentas bancarias, como sucede con la mayoría de ellos.
Mientras que Bogotá está totalmente colapsada, los partidos miran hacia otro lado y guardan silencio frente a las actuaciones de quienes deberían representarlos con rectitud, honestidad y transparencia.
Por ello hoy, los bienes de todos los 45 concejales de Bogotá están bajo la lupa del ministerio público.
Sin embargo, como siempre, dudo que el asunto trascienda de verdad. Las investigaciones actuales contra los concejales –algunos de los cuales son ya candidatos a la Alcaldía de Bogotá- y ediles no pasará del despacho de alguien sobornable.
Miremos algunos tristes y lamentables ejemplos y predicciones:
El concejal de la U, Andrés Camacho Casado, señalado por ser uno de los cabecillas de la corrupción de Bogotá seguirá en la vida pública; igual Hipólito Moreno, también del Partido de la U, quien aseguran que está pensando seriamente en fugarse del país.
Si pudiera medirse el susto de los concejales frente a una eventual acción de la justicia, por sus vínculos con contratistas y con la familia Moreno Rojas, CM& aseguró que deberían temer, además de los mencionados: Orlando Parada (U), Jorge Durán Silva y Jorge Ernesto Salamanca (Partido Liberal); Wilson Duarte y Fernando Rojas (del Polo); y Rafael Escrucería del PIN.
Yo pienso en muchos más nombres que abandonaron sus ideologías para unirse en una sola banda para asaltar el presupuesto de la capital. Todos ellos seguirán en la vida pública.
Entretanto, ciudadanos que quieren servir a Bogotá y que buscan ser ediles, no para robar sino para mejorar nuestra ciudad, son despreciados por estos varones electorales.
La razón es sencilla: saben que ellos no participarán de la tradicional orgia de estos sinvergüenzas que, con total cinismo, pretenden desmarcarse de la alianza que hicieron con el Polo para la ratería, y anuncian hoy en los medios cómplices que citarán a un gran debate por la angustiante situación de Bogotá.
Pero los bogotanos no son tan tontos como antes. Y la prueba la vimos hoy.
Las consultas para ediles por los Partidos de la U y Liberal, hoy socios en la Unidad Nacional con el gobierno del camarada Santos, fueron un gran fracaso.
Menos del 5% de los bogotanos que sufragaron en las elecciones pasadas, salieron hoy a las urnas. Del total de casi 4 millones registrados para votar, solamente lo hicieron 192.303 personas; de esta cifra, 114.303 votaron en la consulta de la U.
A nivel nacional el asunto no varió mucho. La cifra de participación no pasa de, 3.5%. Es decir, sabiendo que en estas consultas se gastaron 80mil millones de pesos, el ministro Vargas Lleras saca cuentas y dice que cada voto nos costó cerca de 140 millones de pesos. ¡Un aberrante desperdicio….!
La apatía de los bogotanos y, en general, de los colombianos, tienen explicación en rechazo a las prácticas politiqueras de los de siempre, pero también son un grito de protesta frente al viraje que dio el Partido de la U dándole la espalda a las políticas de Seguridad Democrática que el presidente Uribe construyó con tanto esfuerzo y que Santos dilapidó en un pestañeo.
Por supuesto, de esa desidia también se debe responsabilizar a ciertos congresistas del Partido de la U que ignoran lo que significa la honestidad, la rectitud y la lealtad.
Mayo 29 de 2011
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