GAZA: NO DEBE HABER UN CESE AL FUEGO
Israel ha aceptado muchas veces en el pasado acuerdos de alto al fuego. Y cada vez, sus enemigos utilizaron el intervalo que siguió para reagruparse y rearmar a sus militares
Gaza: No debe haber un cese al fuego
Israel ha aceptado muchas veces en el pasado acuerdos de alto al fuego. Y cada vez, sus enemigos utilizaron el intervalo que siguió para reagruparse y rearmar a sus militares
Por Denis MacEoin – Gatestone Institut
Traducido del inglés por Colombian News
25 de Julio de 2014
¿La Gran Bretaña, incluso en sus momentos más débiles, habría arriesgado un alto el fuego con la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial a sabiendas de que Hitler rompía habitualmente sus promesas?
Con su habitual mezcla de hipocresía y preocupación por los derechos humanos varios países han entrado en el nuevo conflicto entre Israel y Gaza exigiendo un cese al fuego. Egipto ha desempeñado un papel importante en ese pedido. Pero Hamas rechazó de frente todas las condiciones del presidente egipcio al-Sisi. ¿Hasta dónde llegará el equilibrio de esta guerra? Mientras las fuerzas de tierra israelíes luchan contra Hamas en sus túneles y bunkers, más de 600 palestinos (en gran parte hombres en edad de combatir) han muerto [1], así como más de 32 israelíes.
La presión internacional de todos lados para un alto el fuego se está ampliando e intensificando. Por supuesto, lo que busca un alto al fuego, como ha ocurrido antes, es dar a Hamas una segunda oportunidad. Y una tercera y cuarta y lo que sea necesario para que puedan lograr sus objetivos declarados de borrar del mapa a Israel, y luego a los judíos.
Lo que es extraño es que los Estados Unidos y la Unión Europea pidan un alto al fuego después de sólo siete días de combates, incluso antes, tras el comienzo de la ofensiva terrestre. No hicieron eso mientras EEUU y Gran Bretaña luchaban en Afganistán o en Irak. Nadie pidió un cese de los ataques aéreos y terrestres de la OTAN, patrocinadas por la ONU, durante la guerra de Bosnia. Hoy, los pedidos de un alto al fuego en Siria han caído en oídos sordos, lo mismo que los de Iraq, Somalia y Nigeria, donde los gobiernos (buenos o malos) se enfrentan a las fuerzas de los terroristas islamistas armados. ¿Entonces por qué tanta presión contra Israel, quien es mostrado siempre como el agresor, y cuyas respuestas al terrorismo de Hamas son consideradas injustamente como “desproporcionadas”, y cuyos esfuerzos para reducir las bajas civiles nunca se tienen en cuenta o son tratadas con escarnio?
Hamas ha roto o se negó a extender el alto al fuego antes de este conflicto. En esta ocasión, Israel trabajó con Egipto para lograr una tregua, pero Hamas rechazó todas las demandas de Egipto y comenzó a disparar cohetes de nuevo contra Israel horas antes del acuerdo. Como resultado, Israel se vio obligado a reanudar los ataques aéreos contra Gaza.
¿De qué sirve un alto al fuego en este conflicto? ¿Quién de los líderes de la “comunidad internacional” ha leído la Constitución de Hamas, el llamado Mithaq, de 1988, que está aún vigente? ¿Si lo hubiera hecho podría poner honestamente sus manos sobre sus corazones y exigirle a Israel poner fin a sus esfuerzos para destruir un régimen terrorista que ha sido definido como tal por la mayoría de esa misma “comunidad internacional”, incluyendo a los Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y otros países?
He aquí un párrafo de dicha Carta o Constitución de Hamas: “Las iniciativas y las llamadas soluciones pacíficas y conferencias internacionales, contradicen los principios del Movimiento de Resistencia Islámica [Hamas] (….) No hay una solución para la cuestión palestina excepto a través de la Jihad. Iniciativas, propuestas y conferencias internacionales son todas pérdida de tiempo y esfuerzos vanos.” (Artículo 13)
Israel ha aceptado muchas veces en el pasado acuerdos de alto al fuego. Y cada vez, sus enemigos utilizaron el intervalo que siguió para reagruparse y rearmar a sus militares. David Bedein ha resumido recientemente esa decisión de Hamas de luchar a cualquier precio, por sí mismo o mediante los ciudadanos de Gaza (la hudna a la que él se refiere es una tregua temporal evocada por la ley islámica para permitir a los musulmanes reagruparse antes de continuar la jihad):
“Del 26 de noviembre de 2006, hasta el 15 de mayo de 2007, una hudna entre Hamas e Israel se prolongó durante casi seis meses. Uno no puede ignorar la declaración hecha por Hamas cinco días antes de que la hudna entrara en vigor: “El ala militar de Hamas detendrá el fuego de cohetes cuando los residentes evacuen la ciudad de Sderot.” (desde el 21 de noviembre de 2006).
Durante ese hudna, los habitantes de Gaza lanzaron 315 misiles contra Sderot y el Negev occidental, según un portavoz del FDI.
Hubo otra hudna en Gaza que duró hasta fines de diciembre de 2008, durante la cual fueron lanzados 878 ataques desde Gaza.
Y hubo una hudna desde el final de la Operación Plomo Fundido, el 18 de enero de 2009, hasta el primer día de la Operación Pilar de Defensa, el 12 de noviembre de 2012. Durante ese período, unos 2.000 cohetes y misiles fueron disparados desde Gaza, lo que envió a un millón de israelíes a los refugios.
Y desde el final de la operación Pilar de Defensa, hasta el 30 de junio de 2014, 300 ataques aéreos fueron lanzados desde Gaza hacia el sur de Israel, durante otra hudna.
Al Hamas le importa un comino las iniciativas occidentales basadas en las teorías seculares del derecho internacional. La base del derecho internacional para ellos es la sharia islámica de la jihad, y Hamas está comprometido con la jihad, cuya Carta declara ser la única solución al problema palestino.
En general, los islamistas están, sobre todo, obsesionados con la idea de que nadie más que los musulmanes tienen derecho a gobernar la tierra. Eso incluye dominar a España y Portugal, Sicilia, Grecia, Creta, Chipre, Sicilia, Rodas, los antiguos estados musulmanes de la India, Rumania, Albania, Macedonia, Bulgaria, Hungría, Transilvania y Armenia. Puedo haber olvidado algunos otros. Los grupos jihadistas modernos, como el nuevo “Califato”, el llamado “Estado islámico” en Irak, se jactan de su compromiso revanchista de retomar antiguos territorios islámicos y alcanzar un día el dominio islámico total del mundo. Eso puede ser una vana promesa, sin embargo, ellos envían a los jóvenes al frente de batalla para que mueran por la realización de eso, y ponen en peligro en todas partes vidas inocentes bajo la amenaza de masacres y de un colapso nacional.
Al igual que Al Qaeda y una profusión de grupos en todo el mundo, Hamas está al servicio de una Utopía y está dispuesta a
sacrificar todo por ella.
¿La Gran Bretaña, Incluso en sus momentos más débiles, habría arriesgado un alto el fuego con la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial a sabiendas de que Hitler rompía habitualmente sus promesas? Los que luchan por la Utopía creen que sólo ellos tienen la razón. A Hamas no le importan ni el derecho internacional, ni las Naciones Unidas, ni persona alguna. Junto con Jihad Islámica, Hezbollah y otros, ellos son para Israel lo que los nazis fueron para la Gran Bretaña. ¿Cómo un pedazo de papel – hecho por simples hombres, no por Dios – podría frenarlos?
Alemania tuvo que ser puesta de rodillas antes de que su pueblo y su Führer vieran que la promesa de un régimen totalitario no tenía sentido. Con la ayuda de Estados Unidos, Alemania entró en razón y hoy es un Estado democrático próspero. Los japoneses tuvieron que ser derrotados antes de que su pueblo y el emperador reconocieran que no tenían ninguna esperanza de ganar la guerra y depusieron las armas. Hoy en día, Japón es una nación asiática democrática y próspera. La derrota no es el destino final de una nación, a menos de que éste lo busque.
Un Estado palestino futuro prosperará cuando los palestinos entren en un mundo en el que el derecho internacional prevalece, donde los tratados se cumplen, donde el desarme no es seguido de rearme, donde mujeres y hombres se sientan en mesas para discutir a fondo las condiciones de la paz, y donde la fuerza sólo se utiliza en defensa propia o en defensa de otro pueblo. Las negociaciones se hacen para dar cabida a las diferencias en lugar de hacer carreras contra reloj, como astutamente Irán lo está haciendo con los funcionarios occidentales menos hábiles mientras tratan de dotarse de armas nucleares. Y donde los políticos, disfrazados de religiosos, no cometen atropellos contra el bienestar y la voluntad del pueblo. Ese Estado será un lugar donde la auto-glorificación y los delirios de grandeza de los políticos no anulan el Estado de Derecho secular, ni donde esos jefes ordenan a la gente subir a los tejados o permanecer en sus hogares durante los bombardeos aéreos.
Tal Estado no llegará a existir, sin embargo, mientras Hamas y la OLP se nieguen a aceptar esos valores. En el caso de Hamas, en particular, no habrá paz hasta que no termine el terrorismo y ese movimiento sea destruido por completo, se quede sin líderes, sin tropa, sin dinero, sin armas, sin infraestructura, sin medios de comunicación, sin predicadores y sin “royalties” en el exilio.
Israel debe actuar y actuar con fuerza, como actuaron la Gran Bretaña y Estados Unidos contra la amenaza nazi. Como estamos viendo en Irak y Siria, la mentalidad de Hamas se está extendiendo. Cualquier cosa menos que una derrota total conducirá a la reanudación de las hostilidades en el futuro cercano. Si las Naciones Unidas y los Estados extranjeros no actúan con determinación para derrotar a un grupo terrorista armado con misiles sofisticados y que tiene la voluntad de cometer un genocidio – y si siguen tranquilos, como siempre, sentados en sus poltronas y criticando a Israel – entonces Israel debe, como siempre, actuar sólo y de manera independiente.
La destrucción de Hamas será dolorosa, pero sus líderes son unos cobardes y fanfarrones, que se esconden debajo de los hospitales y en hoteles cinco estrellas a lo largo del mundo árabe mientras invitan a sus ciudadanos a hacerse matar para que ellos puedan hacer su propaganda mediática de relaciones públicas. Los líderes de Hamas se esconden detrás de sus propios hombres, mujeres y niños. Construyen rampas para lanzar cohetes, búnkeres, depósitos de armas y centros de mando debajo de los hospitales, en las escuelas y las viviendas de la gente común. Ellos juegan a ser soldados, pero evitan hacerse daño mientras tratan de infligir el mayor daño posible a los demás.
nota 1.-
[1] Para un análisis detallado de las bajas hasta el 20 de julio de 2014, ver “Análisis de los habitantes de Gaza muertos en la operación Eje de Protección”:
Artículo original en inglés:
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