IMPUNIDAD
Sucede en Ecuador, Argentina. Sucede en Colombia, donde se habla del Cártel de la Toga, para caracterizar a los jueces que responden a las narcoguerrillas de las FARC y del ELN, como denuncia insistentemente el periodista Ricardo Puentes Melo
Impunidad*
Sucede en Ecuador, Argentina. Sucede en Colombia, donde se habla del Cártel de la Toga, para caracterizar a los jueces que responden a las narcoguerrillas de las FARC y del ELN, como denuncia insistentemente el periodista Ricardo Puentes Melo
Por Carlos Alberto Montaner
Julio 7 de 2018
@CarlosAMontaner
Rafael Correa, expresidente de Ecuador, ha sido formalmente acusado de haber instigado el secuestro en Colombia del diputado ecuatoriano Fernando Balda y deberá presentarse a los tribunales de su país.
Correa niega su participación en este delito, por el que ya fueron condenados varios colombianos.
Esta es otra prueba, opino, de la importancia de que la justicia sea independiente para evitar la impunidad.
Tradicionalmente se ha mostrado a la Justicia como una mujer con una balanza en la mano y un paño en los ojos que evidenciaba el carácter imparcial de los jueces.
Muchos ciudadanos, sin embargo, se quejan de la utilización ideológica de algunos jueces para perseguir y condenar a los enemigos mientras se ignora la conducta ilegal de los partidarios.
Esto sucede en Argentina, como ha denunciado la abogada Victoria Villarruel, donde cientos de militares han sido encontrados culpables de matar o violar los Derechos Humanos de detenidos, mientras apenas se ha procedido contra los violentos terroristas y asesinos de la izquierda peronista o comunista.
Esto sucede en Colombia, donde se habla del Cártel de la Toga, para caracterizar a los jueces que responden a las narcoguerrillas de las FARC y del ELN, como denuncia insistentemente el periodista Ricardo Puentes Melo, Director de Periodismo sin Fronteras.
Esto también ocurre en Guatemala, donde se culpa a la Comisión Internacional Contra la Impunidad, CICIG, de ser esencialmente corrupta, como señala el profesor universitario Armando de la Torre, una personalidad que es, opino, la conciencia moral de ese país.
No hay duda de que nuestras naciones necesitan una justicia independiente, pero ese objetivo no se alcanzará hasta que no contemos con jueces probos, bien formados y elegidos para que estén al servicio de la ley y no de causas particulares e innobles.
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