INTOCABILIDAD Y ARROGANCIA DE LAS FARC
Los cabecillas de las Farc que se cree superiores a los demás colombianos, por abrazar los dogmas supersticiosos, burocráticos y criminales del Marxismo Leninismo
Intocabilidad y arrogancia de las FARC
Los cabecillas de las Farc que se cree superiores a los demás colombianos, por abrazar los dogmas supersticiosos, burocráticos y criminales del Marxismo Leninismo
Por Ariel Peña
Marzo 9 de 2015
Los cabecillas de las Farc que se cree superiores a los demás colombianos, por abrazar los dogmas supersticiosos, burocráticos y criminales del Marxismo Leninismo dicen que han ejercido el derecho a la rebelión y por eso ningún guerrillero pagara un día de cárcel, queriendo desconocer que los crímenes de guerra y los delitos de lesa humanidad que han cometido no prescriben ni son indultables de acuerdo al estatuto de Roma vigente desde 1998, así aleguen el derecho a la rebelión, luchar por los pobres o creer en el par de fetiches del materialismo histórico y la inevitabilidad, usados metafísicamente por parte de los miembros de la secta del comunismo totalitario para engañar tontos.
Porque el derecho a la rebelión de acuerdo a la ONU, se emprende en contra de los gobiernos de origen ilegitimo, que no es el caso de Colombia quien a pesar de su imperfección ha sostenido una democracia por largas décadas, recordando que mediante la combinación de todas las formas de lucha el partido comunista Colombiano fundador de la Farc ha participado en las diferentes elecciones, con lo cual queda desmentido el derecho a la rebelión usado como sofisma de distracción por la narcoguerrilla.
Además la banda armada no representa al pueblo colombiano, pues no se debe de olvidar que la palabra pueblo para la semántica Marxista tiene dos significados, uno es el social del cual hacen parte las masas constituidas por la casi totalidad de la población que son despreciables y se usan como objetos para satisfacer los apetitos burocráticos de los jefes comunistas y, otro es el pueblo político que puede agrupar a una pequeña pandilla, pero que conspira y sigue la doctrina abyecta del Marxismo para la toma del poder.
Las Farc no pueden arrogarse el derecho a la rebelión, ya que sus seguidores son una ínfima minoría en una población de 48 millones de Colombianos, por eso desde su fundación acudieron a la práctica foquista del asqueroso criminal del che Guevara, quien afirmaba “no importaba que no haya condiciones para la revolución, porque el foco insurreccional crea las condiciones” entonces todas las entelequias a las que acuden las Farc en la Habana para no reconocer sus crímenes están desvirtuadas y la sociedad Colombiana respaldara el proceso de paz, únicamente si el grupo armado entrega o destruye las armas y, responde por los crímenes atroces en la Justicia transicional o en su defecto ante la Corte Penal internacional.
Un cabecilla guerrillero hablo desde Cuba hace pocos días, sobre el derecho a la legítima defensa, algo que también argumentaban los paramilitares que combatieron a la guerrilla durante varios años, quienes decían que pasaron de la indefensión a la defensiva y después a la ofensiva, así las cosas la sociedad estaría en deuda con los paramilitares cuyos jefes tendrían que salir de las cárceles e indemnizados, por lo cual la verborrea de las Farc en este asunto es anodina y mendaz.
La Corte Penal Internacional ha juzgado e investigado genocidas quienes también han argüido, derecho a la rebelión, legítima defensa y condiciones peculiares en sus países, como lo dicen las Farc, en casos como el de Uganda, Republica Democrática del Congo y la republica Centroafricana que hacen parte del estatuto de Roma y, el consejo de seguridad de la ONU remitió la situación de Darfur en Sudan, estado que no hace parte del tratado, lo cual demuestra que si Colombia se retira del estatuto de Roma eso no es óbice para que los delitos atroces que cometieron miembros de las Farc no sean conocidos y juzgados por la CPI, como está sucediendo con Kenia.
Además no se deben de olvidar los juicios en contra de criminales de guerra de la Ex-yugoslavia y Rwanda, realizados por tribunales ad hoc, creados por el consejo de seguridad de las Naciones Unidas, en donde también fue procesado el presidente de Serbia, Sloban Milosevic quien al igual que los miembros de las Farc se proclamaba Marxista, aquel personaje fue culpado de la guerra en Yugoslavia, crímenes en contra de la humanidad y limpieza étnica, con ello se lee claramente que la Justicia internacional no permite la impunidad para los crímenes atroces y de nada sirven las excusas sobre motivaciones políticas, sociales e ideológicas a las que acuden los genocidas, porque de todas formas la Corte Penal Internacional actuara.
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