IRÁN Y LOS MISILES EN VENEZUELA

El gobierno de los Estados Unidos no puede permanecer indiferente ante esta nefasta alianza entre Teherán y Caracas. La instalación de misiles iraníes en bases militares venezolanas, que a corta vista podrían alcanzar a los Estados Unidos, nos recuerda la época de la crisis cubana de los misiles soviéticos del año 1962

IRÁN PLANEA CONSTRUIR UNA BASE PARA MISILES EN VENEZUELA

(Artículo publicado por el periódico alemán Die Welt el día 25 de noviembre de 2010. (Traducción: Luis Carlos Henao)

Irán busca construir una base para misiles de alcance medio en territorio venezolano y estrechar así su cooperación estratégica con el régimen de Hugo Chávez. Tal como  Die Welt (El Mundo) dio a conocer, fuentes de organismos de seguridad de occidente revelaron que durante la visita que el presidente Chávez hizo a Teherán el 19 de octubre de 2010, se firmó un convenio entre ambos estados. El tratado, que había sido mantenido hasta ahora en secreto, prevé la construcción de una base para misiles en Venezuela y el desarrollo conjunto de misiles tierra-tierra.

Eje Caracas–Teheran: el presidente de Irán, Ahmadinedschad (izq.) es saludado por Hugo Chávez

El tratado responde a una recomendación que meses atrás hiciera el Consejo Superior para la Seguridad de Irán al presidente Mahmud Ahmadinedschad y al líder religioso Ali Chamenei. Según informaciones proporcionadas a este periódico,  el Consejo de seguridad aconsejó la construcción de una base militar conjunta en suelo venezolano a fin de ampliar el poder disuasorio de Irán frente a occidente. Para Irán, la cooperación constituiría una oportunidad de contar con un punto estratégico en el continente suramericano, es decir, en el patio trasero de los Estados Unidos.

Octubre de 2010. Chávez de gira. El presidente de Venezuela (izq.) visita a sus aliados. Entre ellos al presidente Assad, de Siria, a quien estrecha la mano

De acuerdo con informaciones de la edición virtual de Die Welt (El Mundo),  Venezuela se compromete a que Irán pueda construir una base militar  que estará comandada por oficiales del ejército y la guardia revolucionaria de Irán y por oficiales venezolanos.  La base ha de servir, sobre todo, como depósito para armamento estratégico de Irán. Además, Irán habría recibido el permiso de  -en caso necesario- lanzar misiles desde bases móviles. Como contrapartida, el tratado establece que Venezuela puede utilizar la base en caso de “necesidad  nacional”.  Esto aumentaría  la  amenaza a países vecinos como Colombia. Irán se compromete también a apoyar a Venezuela con know-how  respecto a la tecnología de misiles, como, por ejemplo, mediante entrenamientos intensivos de oficiales.

Fuera de esto, está planeado el desarrollo conjunto de un misil tierra-tierra gracias a la amplia experiencia de los iraníes. El tratado también prevé la instalación de cohetes Shahab 3 (1300 a 1500 kms. de alcance), Scud-B (285 a 330 kms. de alcance) y Scud-C (300, 500 y 700 kms. de alcance) en la nueva base, así como cuatro plataformas móviles de lanzamiento. Según informaciones de la edición virtual de Die Welt (El Mundo), aún está por establecerse el lugar donde se construirá la base.

El cohete iraní Shahab 3 tiene un alcance de 1300 hasta 1500 kilómetros

Ambas partes, sin embargo, están interesadas en iniciar la construcción de la infraestructura hacia finales del 2011. El entrenamiento intensivo de oficiales venezolanos se iniciará en los próximos meses en la universidad Sharif de Teherán. Allí, los oficiales venezolanos serán instruidos en asuntos relacionados con combustibles líquidos para  cohetes, sistemas de navegación,  y  análisis del desempeño de cohetes.

Washington observa estos acontecimientos con creciente desconfianza. Hace unos cinco años, cuando Chávez efectuó su primera visita a Irán, muchos se burlaron de él. Desde entonces, ha visitado nueve veces el país, de las cuales, las tres últimas en el último año y medio. Por su parte, Ahmadineschad ha efectuado cuatro visitas oficiales a Venezuela. Desde entonces, se han firmado cientos de convenios de cooperación (doscientos cincuenta en septiembre y setenta en octubre). Los lazos entre ambos países son tan estrechos y se extienden a tantos niveles, que bien puede hablarse de un “eje Caracas-Teherán”.

Hace rato que Chávez se ha convertido en  uno de los apoyos más importantes para el programa atómico iraní. Lo defiende con vehemencia internacionalmente y ataca las sanciones en contra de Irán. En septiembre,  afirmó públicamente por primera vez que su país había iniciado estudios preliminares para  la construcción de una programa nuclear con “fines puramente pacíficos”. Tampoco negó la colaboración con Teherán, pues al fin y al cabo los servicios secretos de occidente cuentan con una gran cantidad de pruebas.

Sin embargo, esto cayó como una bomba cuando Roger Noriega, a comienzos de octubre,  publicó  un artículo en la revista especializada “Foreign Policy”,  en el cual resumía el asunto para un público más amplio. En el texto, titulado “Chávez’s Secret Nuclear Program”, el entonces viceministro republicano de Relaciones exteriores y actual consejero del  American Enterprise Institute (de tendencia conservadora), afirmaba que Chávez viene trabajando sistemáticamente desde hace dos años en la construcción de un programa nuclear propio.

Las bases para este proyecto estaban sentadas en el convenio secreto firmado en noviembre de 2008 sobre cooperación científica y tecnológica con Teherán. Esto ayudaría a Irán a evadir las sanciones internacionales y poder conseguir uranio. Noriega muestra de manera contundente la forma astuta cómo Chávez sabe encubrir  dichas maniobras. Para nadie es un secreto, por ejemplo, que en el estado venezolano de Bolívar se encuentra uno de  los yacimientos más grandes de uranio del mundo. Precisamente, Irán se encuentra  allí trabajando muy activamente en una supuesta mina de oro.  Desde entonces, el espacio aéreo de la zona está  cerrado para vuelos civiles. Fuera de esto, una unidad especial que se encuentra allí estacionada,  recibió en febrero de aquel año helicópteros de transporte tipo Mi-17V-5, dotados con cohetes y ametralladoras.

El presidente de Irán, Mahmud Ahmadinedschad, aprovechó su intervención ante la asamblea de la ONU, en 2010, para pronunciar uno de sus famosos discursos

Los vuelos directos entre ambos países tampoco están sometidos a ningún tipo de control. No es posible reservar cupos, y las salidas y llegadas se llevan a cabo en una de las zonas militares del aeropuerto de Caracas. ¿Se ha convertido Venezuela en el principal proveedor de uranio para Irán? Desde hace tiempo existe  una compañía naviera conjunta con la que  supuestamente Venezuela  quiere exportar petróleo hacia Europa. Toda la administración de los puertos venezolanos se encuentra en manos de fuerzas de seguridad cubanas, así como el aeropuerto de Caracas. Cuba provee a Chávez de personal militar (desde el fallido intento golpista del año 2002 ya no confía más en el propio ejército).

No hace mucho, el Comité de energía venezolano-iraní sesionó por octava vez a fin de estrechar aún más la cooperación. El comercio entre ambos países habría alcanzado un volumen cercano a los cinco mil millones de dólares. Irán ha establecido en Venezuela compañías para la fabricación de los más diversos productos, tales como leche, bicicletas, cemento o tractores. El año pasado, por ejemplo, habrían salido sólo seis tractores  de la fábrica, y tampoco  hay una producción significativa de cemento.

¿Se tratará de compañías ficticias con el objetivo de evadir las sanciones y lavar dinero? Desde hace tiempo existe también  un banco conjunto venezolano-iraní, cuyo director es Tahmasb Mazaheri, quien fuera presidente del Banco central. También el controvertido banco iraní Saderat Bank of Iran se encuentra operando en Venezuela. Noriega señala que el Banco Interamericano de Desarrollo apoya financieramente los negocios de Irán en Venezuela, lo cual constituye una contravención a las resoluciones de la ONU.  Esto también debería encender las alarmas en Berlín, pues Alemania es, desde 1979, miembro asociado de dicha institución, la mayor donante multilateral para América Latina y el Caribe.

La amistad entre Venezuela e Irán también arroja nueva luz sobre las últimas compras de armas a Rusia por parte de Chávez. En septiembre, el presidente ruso Dmitri Medwedjew frenó la convenida venta de misiles antiaéreos S-300 a Teherán, gracias a las sanciones que la ONU impuso a Irán en el añor 2007.  Poco después, Chávez manifestó en Moscú que él quería adquirir dichos misiles. Desde al año 2005, Venezuela ha comprado armas a Rusia por un valor estimado en cinco mil millones de dólares, entre las cuales se encuentran veinticuatro aviones de combare Suchoi Su-30, cincuenta helicópteros de combate y cien mil fusiles kalaschnikow.

Hace apenas un mes, Chávez obligó a la petrolera estatal PDVSA a vender a la compañía rusa Rosneft el 50 por 100 de su participación en la compañía alemana Ruhr Oel, y además a un precio más bajo. Los mil seiscientos millones de dólares producto de la venta serán destinados por Chávez a la compra de armas. Fuera de esto, firmó con Rusia un convenio sobre la construcción de una central nuclear en Venezuela.

El gobierno de los Estados Unidos no puede permanecer indiferente ante  esta nefasta alianza entre Teherán y Caracas. La instalación de misiles iraníes en bases militares venezolanas, que a corta vista podrían alcanzar a los Estados Unidos, nos recuerda la época de la crisis cubana de los misiles soviéticos del año 1962

Julio 23 de 2011

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