LOS DERECHOS HUMANOS Y SU SELECTIVIDAD
Quizá algunos medios de comunicación creen que pueden quitarme derecho que tengo como víctima indirecta del flagelo de la guerra que también he sufrido, y me señalan; tal vez soy la única persona en Colombia que a pesar de haber padecido toda mi vida el conflicto armado de manera indirecta soy señalada de “falsa víctima”
Los Derechos Humanos y su selectividad
Quizá algunos medios de comunicación creen que pueden quitarme derecho que tengo como víctima indirecta del flagelo de la guerra que también he sufrido, y me señalan; tal vez soy la única persona en Colombia que a pesar de haber padecido toda mi vida el conflicto armado de manera indirecta soy señalada de “falsa víctima“
Por Lorena Leal Castaño – Defensora de DD.HH
Octubre 13 de 2015
http://hildalorenalealc.blogspot.com.co/
A medida que las personas van creciendo entienden que todo en el mundo se mueve a través de las leyes, ya sea con su estricto cumplimiento o, al contrario, por la vulneración de las normas que a través de los tiempos se han creado para regular las relaciones entre los hombres y su convivencia en sociedad.
Son muchos los paradigmas que se rompen en el transcurso de la carrera de abogacía, pues un estudiante de Derecho no sólo debe estudiar y conocer las doctrinas y las leyes del Derecho sino que, con el paso del tiempo, comienzan a ver cómo desde esta carrera de humanidades se puede hacer mejor o peor el mundo.
La universidad es un lugar donde la diversidad cultural, étnica, política e ideológica muestra a muchos cómo, además de ser abogados, deben unir su trabajo en la defensa de los Derechos Humanos; jamás imaginé que 12 años después mi causa sería por la búsqueda de la defensa de mis derechos humanos y Garantías Judiciales.
Cada año, en el mundo, son miles los abogados perseguidos; muchos son asesinados, otros simplemente son desaparecidos, por eso al ver mi caso entiendo el contexto de lo que me ha sucedido, donde se persigue sin piedad a quienes han trabajado por la defensa de los Derechos Humanos y, como pasa ahora, si esos Derechos Humanos son de militares y policías, o de las víctimas del conflicto cuando sus victimarios han sido las FARC.
Todo esto me lleva a la conclusión que probablemente esta sea la razón de la persecución infame en mi contra, seguida de la violación flagrante de mis Derechos Humanos y garantías judiciales; y el sicariato moral que hoy padezco.
Cuando soy estigmatizada por haber participado como defensora de militares, en los casos mal llamados “falsos positivos de Soacha”, no puedo evitar preguntar, si esta es una razón suficiente para ser señalada, si acaso estos militares que estaban procesados, por estar en estos casos no tenían derecho a la defensa, ni a un juicio justo, ni a las Garantías Judiciales pero además que quien se atreva a defenderlos judicialmente de forma automática pierde sus propios derechos, y que para estos defensores de los Derechos Humanos y las Garantías Judiciales como lo es mi caso, los “Principios Básicos sobre la Función de los Abogados Aprobados por el Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en La Habana (Cuba) del 27 de agosto al 7 de septiembre de 1990“, en especial “#18. Los abogados no serán identificados con sus clientes ni con las causas de sus clientes como consecuencia del desempeño de sus funciones” http://www.derechoshumanos.net/normativa/normas/onu/justicia/1990-Principios-basicos-funcion-abogados.pdf , no le eran aplicables, a pesar de ser una obligación del Estado protegerlos de persecuciones.
Nadie me dijo, que haber participado en la defensa jurídica de militares procesados dentro de este caso tan conocido, me quitaba el derecho al trabajo, y sobre todo que sería excluida de la protección normativa nacional e internacional, lo que llama mucha la atención y debería llamarla a todos los abogados en Colombia, pues ¿cómo se verían entonces aquellos defensores que han ido a representar los intereses jurídicos ante estrados judiciales de quienes son sindicados de terrorismo?
Siempre lo he dicho, desde Garavito en adelante todas las personas tienen derecho a tener un abogado defensor, a la defensa técnica y al respeto por sus garantías judiciales; nadie me dijo, que en Colombia los militares no podían ser defendidos ante los estrados judiciales, y que por eso cargaría con un sesgo en mi contraperse.
Es claro cómo este estigma y rótulo han generado una gran cantidad de situaciones contra mi dignidad, las cuales probablemente se desconocen, fui llevada a un proceso disciplinario sin garantías judiciales (Ver:https://www.periodismosinfronteras.org/el-burdo-montaje-contra-lorena-leal.html) pues como está demostrado en el expediente aprovecharon mi licencia de maternidad para dejar de notificarme las audiencias, y no pude ejercer mi legítimo derecho de defensa, con esto me llevaron a una condena disciplinaria, en un proceso con falsos testigos -mentirosos y con problemas psiquiátricos- (Ver:http://www.ac-dv.org/hilda-lorena-leal-castano-colombia/) que hoy se encuentran denunciados, pero que solo me queda esperar a que la Fiscalía General de la Nación quiera investigar para que se haga justicia.
Y tal es la persecución, que no solo soy señalada por cuenta de una defensa judicial que ejercí de unos militares, sino que cercenan mis Garantías Judiciales, y ahora mi profesión de Defensora de Derechos Humanos. Parece ser que en Colombia los militares no tienen derecho a una defensa digna, sino que quien se atreva a ejercerla debe saber que será perseguido y ojalá me equivoque pero quizá pueda perder no solo su tarjeta profesional, sino hasta su vida.
Colombia, país en el que resido, lleva más de 50 años en un conflicto, es decir; que en mi tiempo de vida no he conocido un país en paz, durante décadas, como ciudadana he padecido el flagelo de la guerra, he enterrado muchos amigos que han sido asesinados incluso por las FARC, se ha limitado mi locomoción por residir en lugares donde ha habido grupos que secuestran y asesinan por una “causa”, he estado en algunos momentos sin luz y agua por atentados terroristas a las torres eléctricas y vertientes de agua, he tenido que salir corriendo de lugares públicos por amenazas de atentados, pero aun así, me rotulan de manera infame señalándome de ser una falsa víctimas de las FARC.
Quizá algunos medios de comunicación creen que pueden quitarme derecho que tengo como víctima indirecta del flagelo de la guerra que también he sufrido, y me señalan; tal vez soy la única persona en Colombia que a pesar de haber padecido toda mi vida el conflicto armado de manera indirecta soy señalada de “falsa víctima“.
Pero para todos aquellos que tanto sufren por esto, les quiero contar, que al igual que los millones de colombianos que tampoco han conocido un país en Paz, he querido aportar mi grano de arena, por eso he asistido en mi condición de Defensora de Derechos Humanos, en un acto de solidaridad con las víctimas de las FARC, he ayudado para que sean visibilizadas, y aunque me duele profundamente este país, en mi sentir, aunque no sea víctima directa, si soy víctima, también tengo derecho a trabajar en la búsqueda de un país en Paz.
Es bueno que se informen que cualquier persona, puede ser Defensor de Derechos Humanos, “pueden ser de cualquier género, tener distintas edades, proceder de cualquier parte del mundo y tener cualesquiera antecedentes profesionales o de otro tipo“ http://www.ohchr.org/SP/Issues/SRHRDefenders/Pages/Defender.aspx , deslegitimar un trabajo por las víctimas del conflicto, no habla bien de todos los que tanto claman por la Paz, pero sobre todo, es claro que mi trabajo como Defensora de Derechos Humanos, no está vinculado a mí profesión de abogada, y que el estigma por un antecedente, no es más que una nueva demostración de la infame persecución de la que he sido víctima y que también he denunciado.
Dejo una reflexión para los Abogados, espero que no sufran el señalamiento de haber defendido militares y policías, a los Defensores de Derechos Humanos, la crisis en medio del conflicto armado deja claro que la mejor satisfacción es la de poder ayudar, a los operadores judiciales, solo me queda decirles que ojalá no olviden que la mayor responsabilidad para la efectivización de la Garantías Judiciales y Derecho de Defensa establecido convencionalmente es de ustedes, y a Dios, solo me queda seguir pidiendo que algún día se haga justicia.
@castao_leal
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