LOS SÍMBOLOS PATRIOS
¡Tenga cuidado señor Presidente! Entonan en el recinto del Congreso el himno de las Farc, y luego el gobierno le da un multimillonario contrato a una reconocida y costosa empresa de publicidad internacional, para que diseñe una nueva estrofa del Himno Nacional
Los símbolos patrios
¡Tenga cuidado señor Presidente! Entonan en el recinto del Congreso el himno de las Farc, y luego el gobierno le da un multimillonario contrato a una reconocida y costosa empresa de publicidad internacional, para que diseñe una nueva estrofa del Himno Nacional
Por Luis Alfonso Plazas Vega
Julio 18 de 2016
Uno de los propósitos claros de las organizaciones comunistas, cuando se adueñan de una nación, es acabar la cohesión existente entre sus ciudadanos. Y para ello es necesario acabar precisamente con los símbolos patrios, o reemplazarlos a su conveniencia.
Los símbolos patrios representan en íconos, imágenes, palabras o música, los valores de la historia o los personajes fundantes de una nación
Por eso en Venezuela Hugo Chávez cambió las figuras del escudo, y se adueñó de la imagen del Libertador Simón Bolívar, de su retrato, de su nombre y llegó al extremo de profanar su tumba y su cadáver. Nadie en la historia de este Continente se había atrevido a tanto.
El tirano teniente coronel se inventó un retrato diferente, y lo colocó en su despacho. Así borró de un plumazo la fisionomía que en los libros de historia identificaba al padre de cinco naciones.
Luego exhumó los restos del Libertador, para comprobar, según su propio dicho, si realmente murió de lo que dijeron los médicos, o si de pronto lo envenenó Francisco de Paula Santander. Siendo un ignorante en materia de historia, Chávez no sabía que cuando murió Bolívar, Santander estaba en Europa, expatriado, por sentencia conmutativa de la de pena de muerte que le concedió Bolívar, cuando le consultaron a este la confirmación de la decisión del Consejo de Guerra que condenó a Santander a la pena capital, por el intento de magnicidio de la llamada “Noche Septembrina”. ¿Desde Europa envenenar al Libertador?
Obviamente los santeros cubanos que hicieron la necropsia (¿sabrán algo de prosección esos demonios?), no encontraron nada. Pero enseñaron a los venezolanos a irrespetar al padre de la patria, porque para los comunistas las patrias no deben existir. El comunismo ni acepta, ni respeta fronteras.
Destruyendo los símbolos venezolanos, con la complacencia y/o tolerancia de los ciudadanos de esa nación hermana, que creían que eso del comunismo era cuestión de Cuba y no de un país tan rico como Venezuela, Hugo Chávez acabó con la patria del Libertador, la llevó a la dictadura, mancilló los valores de la sociedad y la sumió en la miseria. Y nombró su sucesor: un analfabeto que solo estudió “revolución comunista” en Cuba, es decir “crimen organizado”; nacido en Norte de Santander, y cuya cuna se la diputan los cucuteños afirmando que es de Ocaña y los ocañeros asegurando que nació en Cúcuta. Nadie piensa que nació en Venezuela. Qué vergüenza para Colombia.
Los cubanos se encargaron de asesinar a Chávez en un quirófano de la Isla, el 28 de diciembre de 2012, y luego montaron el estrafalario espectáculo, en el cual los mandatarios de la “miseria del Siglo XXI” y algunos otros personajes incautos, de talla internacional, escoltaron, le rindieron honores y le prestaron guardia a un muñeco de cera con el que reemplazaron el verdadero cadáver de Chávez, para ocultar una certeza que cualquier científico podría descubrir: llevaba más de dos meses de muerto. Era el tiempo que necesitaban para consolidar el control de Venezuela desde Cuba y sin Chávez, mediante la marioneta que todos conocemos.
Los hermanos Castro y el comunismo internacional ya habían utilizado a Chávez, era hora de eliminarlo.
Ahora le toca el turno a Colombia. ¡Tenga cuidado señor Presidente!
Entonan en el recinto del Congreso el himno de las Farc, y luego el gobierno le da un multimillonario contrato a una reconocida y costosa empresa de publicidad internacional, para que diseñe una nueva estrofa del Himno Nacional escrito por Rafael Nuñez.
Espero que este gobierno no decida exhumar los restos del padre de la Regeneración y de la grandiosa Constitución de 1886.
Coletilla: La Corte Constitucional modificando tanto la Carta Fundamental que debería respetar y hacer respetar, como la Ley 134 de 1994, declaró exequible el Plebiscito. Esto iba para allá.
Entonces los del cuento de la Abstención, deberían cambiar su discurso. A menos que logren tumbar esta reciente decisión. ¿Cómo lo van a hacer? ¿Cuánto tiempo se van a tardar?
Este Gobierno hace, lo que le viene en gana a los cubanos y sus tropas, que son las Farc. Tiene que salir el pueblo masivamente a decirle ¡NO!
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