“LA MAFIA HA INTRODUCIDO SU AGENDA TURBIA EN LA FISCALÍA”

La mafia ha introducido su agenda turbia en la fiscalía, dice el ex ministro Andrés Felipe Arias

Por Ricardo Angoso

Marzo 17 de 2012

Andrés Felipe Arias estaba llamado a ser el sucesor natural del expresidente Álvaro Uribe, pero la realidad ha sido otra bien distinta. Ahora se enfrenta a un proceso judicial que pone en tela de juicio la independencia de este pilar básico de la democracia colombiana

En lo que para algunos no es más que un juicio político, sobre todo como consecuencia de la ruptura entre el expresidente colombiano Álvaro Uribe y el actual dirigente, Juan Manuel Santos, el proceso contra Andrés Felipe Arias ha concluido con su precipitada orden de prisión y el inicio de un debate nacional acerca de las supuesta independencia de la justicia colombiana. Quien fuera considerado en su momento como sucesor natural de Uribe, ‘Uribito’, reclama en esta entrevista su inocencia y obvia las consideraciones políticas más allá de las consecuencias de su propia situación. Quizá, si tiene algo más que decir, lo deja para otro momento más oportuno.

¿Por qué cree que está preso?

Yo no estoy en la cárcel por haber robado un peso, ni todavía estoy condenado por ningún delito, ni tampoco por corrupción; sino por haber firmado tres convenios de ciencia y tecnología de manera directa con una organización internacional, concretamente con el brazo agrícola de la OEA, una suerte de FAO en la ONU pero en versión latinoamericana. Una institución con la cual todos los ministros que me antecedieron firmaron convenios directos idénticos y con el cual otros ministerios también han firmado acuerdos que iban en la misma dirección, pues el ente era serio y tenía toda una trayectoria, experiencia y capacidad para desarrollar junto al gobierno el proyecto Agro Ingreso Seguro. Esa es la acusación, pero como yo no estoy condenado la Fiscalía considera que yo soy un peligro para la sociedad por haber ido a visitar a mis compañeros funcionarios cuando estaban en la cárcel; se aduce que yo había ido allí a manipular sus testimonios, lo cual es falso, tan falso que todos esos funcionarios ya han declarado que nunca fui a tratar de cambiar sus testimonios y que yo me presenté allí fue a visitarles con carácter privado y humanitario.

¿Cuál cree que puede ser el final de ese proceso judicial iniciado contra usted?

Yo estoy convencido de que cuando la Corte Suprema de Justicia evalúe todos nuestros argumentos y todas las pruebas que tenemos me van a absolver, estoy absolutamente seguro de lo que digo. Yo personalmente he revisado los 30.000 folios que tiene la Fiscalía de mi expediente y encontré una cantidad abrumadora de pruebas favorables para mí; por lo tanto, cuando los magistrados de la Corte examinen todas estas pruebas, no solo las mías sino las de la misma Fiscalía, la absolución para Andrés Felipe Arias será una realidad.

¿Tiene este juicio algo que ver con una cruzada contra el uribismo desde el poder y la justicia?

Yo lo que siento es un sesgo muy fuerte y oscuro en la Fiscalía contra varios de nosotros. Personalmente, confío en la Corte Suprema de Justicia y por eso me encuentro tranquilo, ya que sé que cuando la Corte evalúe mis argumentos y mis pruebas me va a absolver, pero no puedo confiar en la Fiscalía porque me está acusando de delitos inexistentes y de hechos que no cometí, como está ocurriendo con otros compañeros con los que compartí tareas de gobierno durante la época del presidente Álvaro Uribe. En últimas, somos presos políticos de la Fiscal General de la Nación.

¿Se siente usted de algún modo traicionado por algunos de sus antiguos aliados, amigos o compañeros?

Me siento injustamente acusado y encarcelado por lo que ha hecho la Fiscalía en mi caso, y no quiero ir más allá.

¿No nota usted en algunos ambientes políticos y mediáticos del país cierta satisfacción por su situación?

Sin duda alguna. Pero también en un sector del narcoparamilitarismo y la mafia. Son sectores que lograron introducir una agenda turbia y oscura en la Fiscalía para perseguirme y acusarme de delitos que no cometí. También para encarcelarme sin haber sido todavía condenado por ningún hecho concreto. Se me persigue con saña con el argumento de que yo soy un peligro para la sociedad por haber ido a visitar a mis compañeros en prisión y que, por cierto, ya están libres.

¿Hay una izquierda que va a por el presidente Uribe y sus ministros tras haber dejado el Gobierno?

Yo no lo llamaría izquierda, pues en ese punto del espectro ideológico están muchas personas que, aunque no comparten nuestras ideas, son honorables y valiosos. Yo lo llamaría mejor una mafia o revancha criminal que no perdona determinadas cosas. No olvidemos que nuestro gobierno destapó muchos nidos de corrupción y de terrorismo en sectores que no se lo perdonan al presidente Uribe y que siguen ahí acechando entre bambalinas.

Parece que el legado de Uribe, incluso el partido que fundó, han quedado un poco fuera de juego con el nuevo presidente, Juan Manuel Santos. ¿Es así?

Creo que el legado del presidente Uribe no solo es para un partido, como pudiera ser el Partido de la U, sino que es un legado para el pueblo colombiano y lo que yo percibo es que la mayoría de esta sociedad aprecia y agradece mucho lo que nuestro presidente hizo por Colombia. Esa transformación hubiera sido imposible sin las tesis de seguridad

democrática del presidente Uribe, que son bien apreciadas en nuestro país, pero también en el exterior. Muchos países del mundo comparten las mismas tesis del presidente Uribe y eso la historia lo tiene que reconocer más allá de las diferencias ideológicas entre los distintos partidos y gobiernos que conforman el juego político en Colombia.

¿A qué cree que obedecen los cambios que ha dado el presidente Santos en muchos terrenos? ¿Por qué cree que ha renunciado a una buena parte del legado de Uribe?

A mí en este momento lo que más me interesa es concentrarme en mi defensa. Por ello no me quiero parar a interpretar la coyuntura política que vive el país. Lo que hicimos durante nuestro gobierno, con Uribe, generó crecimiento, prosperidad y redujo el desempleo, comenzando a liberar al pueblo colombiano de una subyugación terrorista que habíamos padecido durante décadas.

Hay una percepción de que la seguridad de nuevo vuelve a mostrar fallas serias, ¿no cree?

A mí lo que me preocupa es que la nueva generación de colombianos no reconozca la historia. Es una generación que nunca vivió la amenaza terrorista como la vivimos muchos o la mayor parte del país. Pero eso no se debe olvidar, y de pronto esta generación no valora tanto los logros que se obtuvieron en materia de seguridad con el presidente Álvaro Uribe. Ojalá no retrocedamos para que esas generaciones no tengan que añorar la seguridad con la que nacieron porque siempre les tocó la época de Uribe…!