TENGO FE EN EL PROCESO DE PAZ: USCÁTEGUI
Yo tengo fe en el proceso de paz, creo que debemos dejar los discursos políticos a un lado y dejar aparte el juego maniqueo de amigos/enemigos de la paz
“Tengo fe en el proceso de paz”: Uscátegui
José Jaime Uscátegui es hijo del general del mismo apellido y uno de los más jóvenes candidatos del Partido Conservador a la Cámara de Representantes en las próximas elecciones legislativas colombianas. Ha centrado su campaña en la defensa de militares y policías presos, como su padre, y en la defensa del proceso de paz, aunque reconoce sentirse decepcionado por el no arrepentimiento de los terroristas y por seguir utilizando la vía armada para conseguir sus fines
Por Ricardo Angoso
Febrero 26 de 2014
Ricardo Angoso: ¿Qué conclusiones extraes de la reciente convención conservadora en la que hubo serias divisiones?
Jaime José Uscategui: Me dejó un cierto sinsabor, a pesar de que estoy en la tesis de que teníamos que ir con candidato propio, como definitivamente se acordó, aunque me hubiera gustado que quienes apoyaban la otra idea, de ir con el presidente Santos hacia la reelección, se hubieran podido expresar libremente. Si así hubiera ocurrido, creo que el Partido Conservador no habría salido tan dividido como finalmente salió, pero en términos generales estamos satisfechos con el resultado porque las bases se manifestaron a favor de la propuesta de poder que tenía el partido.
R.A.:Es decir, ¿qué estabas a favor de ir con candidato propio y no apoyar a Santos?
J.J.U.:Estaba con la propuesta, claramente. Fui como candidato y he apoyado esa propuesta junto con un grupo de jóvenes que anhelabámos una candidatura propia conservadora, en esta y en futuras elecciones porque sabemos que un partido que deja de lado la vocación de poder está destinado a desaparecer. No podemos seguir siendo los segundones de los gobiernos de turno, tenemos que preservar nuestra autonomía política. Podemos tener alianzas estratégicas, pero debemos tener como conservadores una voz propia y hacerla valer en las distintas consultas electorales.
R.A.:¿Crees que vuestra candidata, Marta Lucía Ramírez, tiene posibilidades?
J.J.U.:Me parece que las circunstancias se están alineando para que sea la alternativa al presidente Juan Manuel Santos. Creo que además la convención conservadora se celebró en el momento que debía celebrarse, y lo que se percibe es que el candidato uribista, Oscar Iván Zuluaga, no despega en las encuestas. Y llega Marta Lucía como una candidata nueva y más fresca. Creo que incluso el uribismo podría encontrar en ella un verdadero contrapeso para hacer frente a la candidatura del presidente Santos, pero somos conscientes que tanto el uribismo como nosotros, los conservadores, queremos llegar a la primera vuelta. Creo que antes del 9 de mayo, cuando se celebra la primera vuelta, va a ser muy difícil ir con un solo candidato presidencial y definir las cosas más claramente en el sentido que se presentara una alianza entre el uribismo y el conservatismo.
R.A.:¿Coincides con el análisis que hacen algunos que después de dos años de campaña del candidato uribista esta candidatura presidencial de Zuluaga hace aguas?
J.J.U.:Todo el mundo lo ve así. Zuluaga recorre el país, hace un trabajo importante y lo hace a la sombra de Uribe, pero eso tiene sus pros y sus contras, pues algunos no lo ven como un candidato lo suficientemente independiente y sólido en lo personal. Tiene muchas cualidades y una excelente trayectoria personal y profesional, pero sin olvidarme de que Zuluaga no ha logrado acaparar el suficiente apoyo para ser la alternativa que le haga un contrapeso real a la reelección del presidente Santos. Por el contrario, la candidata conservadora, Marta Lucía, podría ser una figura que en su condición de mujer como valor agregado y por su trayectoria política podría sumar más votos. Es una candidata también uribista, pero más independiente y que quizá fuera capaz de aglutinar más sectores de opinión que Zuluaga.
R.A.:¿Cuál es tu propuesta de campaña, los ejes fundamentales en los que insistes?
J.J.U.:Uno de los ejes fundamentales de mi campaña es la defensa de los policías y los militares, principalmente en el ámbito judicial. Es algo que he vivido en carne propia en los últimos quince años de la mano mi padre, el general Uscátegui, que hoy continúa preso sin las debidas garantías judiciales, y así como él hay otros dos mil quinientos militares privados de la libertad. Yo he tenido oportunidad de hablar con ellos y con sus familias también, habiendo observado que casi todas las quejas tienen que ver con la falta de garantías judiciales. Esa es una de las banderas que yo enarboló en esta campaña y que, llegado el caso, defendería en el Congreso de la República.
Al presidente Santos ya le hemos solicitado atención a estas demandas a través de una carta, ya que consideramos que atendió en su momento determinadas demandas de los grupos subversivos al tiempo que se olvidaba de los colectivos militares. Los militares no piden impunidad, ni siquiera han sido incluidos en el cuento de la justicia transicional, pero sí piden unas garantías judiciales que simplemente se cumplirían aplicando la Constitución y la Ley colombiana. Por eso digo, no hablamos de los acuerdos de paz, sino del cumplimiento de las garantías judiciales. Ha habido fallas muy grandes en muchos procesos judiciales, como lo son las falsas víctimas y los falsos testigos, la compra de fiscales y jueces, por no hablar de otras cosas.
El caso de mi padre, el general Uscatégui, por ejemplo, es un caso claro de esas fallas que destacaba antes. Hemos dicho que se constituya también un tribunal de garantías porque esa es la única manera de garantizar que haya una institución de revisión de las debidas normas y que se compruebe que se están respetando todas las garantías judiciales de los militares. Luego hay otro aspecto fundamental que no se cumple y es que todos los militares deben de estar cumpliendo sus condenas en recintos militares, algo que al día de hoy no ocurre y que revela que no se está cumpliendo la Ley. Muchos militares, incluso, cumplen condena con los delincuentes que ellos mismos detuvieron y encarcelaron y este estado de cosas, como puede imaginar, supone un grave riesgo para sus vidas.
Este punto es un elemento central de la campaña, pero hay otros aspectos que estamos tratando en la contienda. También defendemos los valores conservadores de siempre, como la familia, la moral cristiana y la defensa de unos principios fundamentales en la vida y la sociedad. Somos conservadores y tenemos que defender estos valores pero con propuestas concretas. Y, finalmente, somos defensores de la creación de empresas y riqueza, pero siendo conscientes de que existen muchos problemas para crear las nuevas empresas por problemas relativos al acceso al crédito y otros impedimentos que se generan. El emprendimiento y la innovación son fundamentales en este camino para generar empleo y hacer que surjan nuevas empresas que enriquezcan el tejido social y económico.
R.A.:¿Y qué más aspectos destacarías?
J.J.U.:La lucha contra la corrupción es fundamental en el programa, algo que dicen todos los políticos en campaña electoral y que luego no cumplen. Pero nosotros estamos convencidos de que el antídoto contra la corrupción viene desde la misma ciudadanía. Tienen que fortalecerse los mecanismos de participación y control ciudadano, que ya existen en la Ley, pero que no tienen los suficientes dientes para contener la corrupción. En Colombia se roban al año diez billones de pesos, y una buena parte de ese corrupción que hay en el país se genera en Bogotá. Hay muchos focos de corrupción, es necesario atajarlos y hacer que la ciudadanía se implique en esta lucha.
Pero también tenemos una propuesta de paz, ya que creemos que el posconflicto se nos vino encima y se prevé que la firma de un acuerdo de mínimos entre la guerrilla y el gobierno está cerca. De esta manera, comienza el verdadero trabajo de lograr la reconciliación en Colombia y ahí hemos dicho que los jóvenes de la época de los ochenta, que estuvimos al margen de la Guerra Fría, podemos tener una visión más amplia acerca de la democracia y el funcionamiento de la misma. Incluso nos hemos unido con jóvenes de otras propuesta ideológicas para sentar unas bases comunes y trabajar juntos en esa idea, aceptando unas reglas de juego mínimas para que todos participemos del juego democrático y nadie sea excluido del mismo. Así se podrán canalizar todas las ideas y diferencias ideológicas por las vías legales y no recurriendo a las armas, como ha ocurrido tantas veces en la historia de Colombia.
R.A.:¿Compartes los cambios que se hicieron en la última legislatura con respecto al Fuero Militar?
J.J.U.:Yo soy completamente partidario del Fuero Militar. Los militares tienen que tener un fuero especial y no se les puede juzgar bajo una óptica de derechos humanos, sino bajo una óptica de derecho humanitario, ya que los delitos que se puedan cometer son faltas que se suceden en un contexto de guerra y es algo que hay que tener en cuenta. No se pueden juzgar esos hechos como si ocurrieran en una situación normal, pues no es así. Luego habría que delimitar las competencias de ese fuero, pero no nos parece de recibo que al final se haya impuesto un sector muy concreto que quería acabar con el fuero militar. Y hoy todos los militares por regla son juzgados y examinados por la justicia ordinaria. El Fuero Militar es necesario y fundamental para que se haga una verdadera justicia, en todo el sentido de la palabra, para los militares.
R.A.:¿Compartes la visión tan pesimista sobre el proceso de paz del expresidente Uribe?
J.J.U.:Yo tengo una posición más moderada que la del presidente Uribe, que es muy crítico con respecto al mismo. Creo que hace falta una salida negociada y política a este conflicto. Tenía mucha fe en este proceso porque sentía que se habían aprendido de los errores del pasado; el proceso de paz del presidente Pastrana llegó a tener 110 puntos de negociación sobre la mesa y éste, a diferencia de aquel, se concretó en tan solo seis. Pero, obviamente, en la medida que pasa el tiempo y la guerrilla no da muestras ni gestos de voluntad auténtica de paz, aparte de otras cosas, me muestro más pesimista.
Siguen diciendo, los líderes guerrilleros, que no han dejado víctimas y que no tienen nada que ver con el narcotráfico. Llevamos un año y medio y lo único que se observa es que la guerrilla no avanza y se le hacen más y más concesiones. Parece que se le está dando un respiro para después continuar en la lucha armada, dejando como perdidos los ocho años en que se les combatió duramente. Yo tengo fe en el proceso de paz, creo que debemos dejar los discursos políticos a un lado y dejar aparte el juego maniqueo de amigos/enemigos de la paz. Todos hemos sido víctimas de la guerra y del conflicto en Colombia, entonces desde todos los puntos de vista tenemos que implicarnos en la búsqueda de la paz.Es una labor de todos sin excepciones.
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