Un camarada beodo y sicarial

A mí no me gusta contar anécdotas muy añejas, pero ésta –a propósito de la juma de Lucho Pacheco Garzón- nos puede iluminar sobre la dipsomanía asesina del sindicalista

¿Los del Partido Verde y Polo Democrático se pondrán al servicio de las FARC?

UNA HISTORIA JAMÁS CONTADA DEL CAMARADA BORRACHÍN

Por Ricardo Puentes Melo

A mí no me gusta contar anécdotas muy añejas, pero ésta –a propósito de la juma de Lucho Pacheco Garzón- nos puede iluminar sobre la dipsomanía asesina del sindicalista cuyo nombre hace temblar a muchos debido a que tiene como hobby amenazar de muerte a quien se atreva a retarlo o a cuestionar sus garzonadas. Se publicó a su tiempo pero, en honor al émulo del dipsómano Yeltsin, queremos recordarla.

La tumba socialista que sueña tener Lucho Garzón
La tumba socialista que sueña tener Lucho Garzón

En los últimos meses, previos a las elecciones de gobernaciones y alcaldías, el egregio  y borrachín alcalde de entonces, Lucho Pacheco Garzón, quien lo hace mejor de presentador de televisión, nos lanzó a los bogotanos una avalancha de cifras tan inútiles como mentirosas, pero que sirven para su desinteresado apoyo a la candidatura de doña María Emma Mejía, esa monita paisa que cuando fue directora de Focine inició la quiebra de la entidad púber repartiendo plata a todos sus amigos para que hicieran cine de cuarta categoría y negando esa posibilidad a las generaciones futuras; es la misma monita paisa a quien no le importa que la comparen con un camaleón de tantos colores y banderas electorales bajo las cuales se ha cobijado. Por supuesto, ahora ya encontró un partido que se ajusta a todo lo que ella representa: El Polo Democrático.

Pero el asunto es de cifras, no de paisas que quieren venir a dirigir los destinos de Bogotá. Lo que voy a contarles aquí puede ser un chisme o puede ser cierto. Jamás lo sabremos porque quien me lo contó nunca más volvió a aparecer.

Supe de buena fuente que el entonces alcalde Garzón mandó enmarcar todas esas cifras que nos dio a conocer a través de los medios y que aseguran que la pobreza ya no existe, o existe en ínfimas proporciones, que la violencia sólo se produce cuando una ama de casa mata las moscas que se paran encima de la comida y que todos los bogotanos tenemos el mismo patrimonio de don Fulio Mario Santodomingo, el que se hizo multimillonario emborrachando a tanta gente con su deliciosa cerveza donde se orinan los paleadores.

La poderosa familia Santodomingo, con la "socialista" María Emma Mejía.. ¿Qué hacen los del Polo Democrático en cocteles con la oligarquía que tanto rechazan?
La poderosa familia Santodomingo, con la “socialista” María Emma Mejía.. ¿Qué hacen los del Polo Democrático en cocteles con la oligarquía que tanto rechazan?

Un amigo muy cercano al régimen me contó entonces que, ante la miseria que ya se empezaba a cernir sobre Bogotá, el alcalde encontró una solución salomónica que le llegó cuando estaba exprimiendo la botella de ron para sacarle el cuncho de tres gotas que quedaba en el fondo. La solución le llegó como una luz providencial cayendo del cielo; a la postre Lucho descubrió que la luz no provenía del cielo sino que el dueño de la taberna había encendido las luces para anunciar que la rumba se había acabado y que no vendía ni fiaba más trago, ni siquiera al siempre borrachín burgomaestre mayor.

El origen de la luz no importa. Lo que en realidad es trascendente, fueron las consecuencias de esa revelación mundana pero iluminante. Lucho estaba muy preocupado pensando cómo hacía para subir el patrimonio de los bogotanos y, de paso, darle un empujoncito a María Emma en sus aspiraciones altruistas para dirigir esta guaca que es Bogotá. Cavilando, pues, estaba don Lucho, cuando el mesero le pasó la factura y le dijo:

-“Doctor Lucho, usted está muy borracho… ¿me hace el favor y me paga la cuenta antes de irse…? No sea que me haga conejo como la última vez.. Y disculpe que sea sincero..”

El alcalde tomó la factura y se dio cuenta de que estaba sobrefacturada; en una hábil maniobra, el mesero le había cargado las cuentas pasadas no pagadas a esta factura con la ilusión de que en medio de la borrachera Lucho no se diera cuenta y, de paso, poder reponer así la plata que el dueño de la taberna le estaba descontando como si él se la hubiera robado.

¿Será el ex alcalde..?
¿Será el ex alcalde..?

A pesar de que al principio Lucho no podía fijar sus ojos en la factura, cuando lo consiguió se levantó furioso y le hizo un gesto a un guardaespaldas para que le diera en la jeta al pobre mesero:

-“Denle su merecido a este hijuep…, para que se dé cuenta con quién se metió… Es que ud no sabe quién soy, gran hp?”

Cuando el guardaespaldas le iba a dar su cachazo en la cabeza, Lucho, en un momento de lucidez, vio la solución.

-“Espere…!” le grito al guardaespaldas, pero éste ya le había propinado cuatro cachazos cerca al ojo al pobre infeliz que yacía ahora en el piso sangrante, humillado y debiendo otra cuenta más. Lucho se reclinó sobre él y lo tomó de la cabeza con cuidado de no manchar su sweater importado de Inglaterra. “!usted es un berraco, pichurria…! debería dejar este trabajo y venirse a mi equipo de colaboradores.. Si sigue así, hasta secretario de Hacienda lo nombro para que ayude a Pedrito que anda encartado con las cuentas que no le salen por culpa de Abelito…” (‘Pedrito’ era Pedro Rodríguez Tobo)

El mesero alcanzó a abrir los ojos y le ofreció una leve sonrisa a su alcalde mayor y luego se desmayó. Mientras el alcalde salía jubiloso de la taberna, el dueño del negocio quedó preocupado porque no tenía afiliado al mesero a ningún sistema de salud. No se sabe qué pasó con él. Su cadáver jamás fue encontrado. Pero eso no es lo importante.

Lo que realmente importa, es que Lucho llegó al lunes siguiente y convocó a su despacho a todo el gabinete. Destapó una de güisqui y después del primer sorbo les dijo: “Ustedes son unos pelotudos…! Estuve echándole cabeza al asunto del detrimento patrimonial de los bogotanos, y recibí una luz clarificadora, igualita a la que ya recibieron nuestros comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro…”  Los miembros del gabinete escuchaban expectantes mientras Lucho se gozaba con el misterio.

Finalmente les dijo: “Saben cómo voy a hacer para incrementar el patrimonio de los bogotanos….?” Pedro Rodríguez, que es el más abeja aunque tenga cara de paramuno, fue el primero que le respondió: “Yo lo sé, camarada Lucho…! Vamos a hacer lo mismo que hicimos con los concejales en diciembre pasado: Sacamos dos mil millones de pesos pero esta vez no los repartimos con los concejales sino que les damos vivienda a los más necesitados…” Lucho le lanzó una mirada fulminante: “Siga así, gran pendejo; siga así que ya le tengo reemplazo… Usted se me está desviando del espíritu socialista…” Pedrito Rodríguez bajó la mirada apenado ante la sonrisa socarrona del resto del Kremlin bogotano. Borda, que es muy desinhibido y echao pa’lante le dijo: “Hermano, camarada Lucho, no me parece prudente adoptar la propuesta del Doctor Carlos Gaviria en estos momentos…”

Lucho le contestó: “De qué habla…? Se la fumó verde o qué…?

– No, camarada Lucho- siguió Borda- pero legalizar la mariguana en estos momentos no es apropiado ni es sabio. Podríamos hacer harta plata vendiéndola en las entradas de los colegios o añadiéndola a los almuerzos de los comedores comunitarios. Pero se nos vienen encima los ultraderechistas…”

-Yo no sé por qué lo tengo en mi gabinete –le dijo Lucho-. Lo de la mariguana hay que dejárselo a Carlitos para que consiga votos en las presidenciales.. No nos podemos meter con eso. Eso va unido con lo de la legalización del aborto. Pilas, mucho cuidado, Borda, con robarle las ideas a Carlosgaviria. Lo mío es diferente.

Y lo soltó:

– Vamos a subir el avalúo catastral a todo el mundo.. Lo subimos el 200 ó el 300 por ciento.! Hasta el 500 por ciento, carajo…! Así, si una persona es dueña de una casucha de 20 millones de pesos, con el nuevo avalúo ya le queda valiendo sesenta u ochenta millones de pesos…! Ah..? Los miserables de Ciudad Bolívar entrarán a formar parte de la clase media…! ¿Qué les parece mi cabezazo…?!!!

Rodríguez Tobo inmediatamente se lanzó a los pies de Lucho y besándoselos le dijo: “usted es mi maestro…!” Juan Manuel Ospina sirvió otro trago mientras el resto del gabinete rodeaba al alcalde y lo palmeaba felicitándolo.

-¡Viva el socialismo…!- gritó desencajado Borda mientras Abelito Rodríguez se limpiaba el sudor de su carita regordeta que estaba empapada de gloria y de felicidad, una felicidad que sería mayor cuando se concretara el robo a los niños mediante el sobrecosto de terrenos y construcción de colegios.

-¡Nos vamos a celebrar con la Filarmónica al Sumapaz…! Gritó Abelito mientras se tomaba un largo trago a pico de botella. -Y nos llevamos al Petro para que salude a sus amigos.

Hasta el secretario de salud, que es antropólogo y que sabe que el trago hace daño, se mandó sus copitas para darle la bienvenida al nuevo genio de las finanzas, al nuevo pupilo del Banco Mundial: Lucho Garzón.

Ese día tampoco trabajaron porque la celebración siguió hasta el amanecer.

Y no era para menos. La gran epopeya del socialismo bolivariano-cubano, que beneficiaría a las familias y amigos de los camaradas, siguió adelante aumentando el patrimonio de los pobres, volviendo socios de transmilenio a los insignes socialistas y repartiendo contratos entre los discípulos de Chávez.

En nuestra ciudad, como dijo el entonces alcalde, la pobreza se acabó, la inseguridad pasó a la historia y el analfabetismo llegó a ceros.

Lástima que nadie se lo haya dicho a los miles de suicidas bogotanos que, obligados por su situación de miseria, el hambre de sus hijos y la desidia del gobierno socialista, han terminado con sus vidas.

En su momento lo dije: “Un borrachín megalómano está gobernando la ciudad”, pero los polistas salieron a decir que Lucho jamás había probado licor.

Y no estoy diciendo que tomarse unos tragos sea algo reprochable. Pero cuando los tragos hacen que las personas saquen su “yo íntimo” sicarial, es muy complicado.

Ese “yo íntimo” sicarial se le salió a Lucho en Bucaramanga, en los dominios de sus amigotes socialistas, los Moreno Rojas. Allí Lucho, “toitico gomitao”, y tirado en un andén, fue pillado por las cámaras de Caracol. Un compañero de farra, al ver que Lucho estaba siendo dejado en cinta, lo levantó y lo llevó hasta un auto. Y desde allí Lucho, quien aspira a ser presidente, dijo que le iba a meter por la cámara por el culo a Darcy Queen –la periodista- y que iba a mandar matar al camarógrafo.

"Te voy a matar, hp," le dice al camarógrafo el fundador del Polo democrático
“Te voy a matar, hp,” le dice al camarógrafo el fundador del Polo democrático

A los amigos juerguistas de Lucho les parece muy normal que un candidato a la presidencia esté vomitado en un andén, jincho de la perra, y que amenace de muerte a quien lo mire mal. Pero a quienes conocen las andadas de este sindicalista con cara de bonachón, no les parece gracioso. Saben de lo que es capaz.

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