“ANDRÉS VILLAMIZAR FUE QUIEN FIRMÓ LOS CONTRATOS”: J. MARULANDA
Julián Marulanda Calero hace unos serios señalamientos contra Andrés Villamizar Pachón a quien acusa de ser el responsable directo de los cuestionados contratos que evidenciaron un multimillonario desfalco a esa entidad
“Andrés Villamizar fue quien firmó los contratos”: Julián Marulanda
Aparece Julián Marulanda Calero, Secretario General de la Unidad Nacional de Protección, y hace unos serios señalamientos contra Andrés Villamizar Pachón a quien acusa de ser el responsable directo de los cuestionados contratos que evidenciaron un multimillonario desfalco a esa entidad. Villamizar sigue sin ser investigado.
Esta es la carta que nos hizo llegar el Señor Julián Marulanda C.:
Apreciados señores,
He leído con atención el informe de anual 2014 del Sistema de Información sobre Agresiones contra Defensores y Defensoras de Derechos Humanos en Colombia, preparado por los investigadores Lorena Restrepo, Carlos Guevara, Gustavo Ulcué y Leonardo Díaz. Centré mi atención especialmente en lo que tiene que ver con las menciones a mi nombre y a la supuesta participación que el señor Andrés Villamizar quiso endilgarme como supuesto cabecilla de una red de corrupción, en una denuncia en la que fue acompañado el señor Merchán, quien para la fecha era Secretario de Transparencia.
Me sorprende que el informe se haya quedado en los lugares comunes de las noticias que aparecieron en esos días, sin ir un poquito más allá y dando por sentado que hubo una red de corrupción, que dicha red de corrupción defraudo al Estado y que Julián Marulanda era el líder de la misma. Es decir, la investigación fue muy pobre, y lo digo con todo respeto, pues si hubiera sido un poco más concienzuda habría visto lo que pasó después del show mediático al que fui sometido por Villamizar y se habría percatado de sus mentiras, de sus contradicciones y de pronto podrían haber mostrado lo que sí puede ser el verdadero escándalo de corrupción en la UNP y quiénes son sus verdaderos protagonistas. Es decir, a pesar de que en el informe se nota una cierta mirada crítica a Villamizar y su gestión, le da plena credibilidad a sus infundadas denuncias, sin que cuestionen sus posteriores declaraciones a los medios e inclusive ante el Congreso de la República.
En ese sentido, me parece que puede ser interesante que vieran otras visiones del tema, como las publicadas en
“periodismo sin fronteras” o en “las dos orillas”, pero mejor aún, y creo que puede ser valiosa en su investigación, con todo gusto les puedo dar mi versión de los hechos y lo que pasó.
Pero les hago caer en cuenta lo siguiente. Después de que con toda la carga mediática que desplegaron desde la Fiscalía y que de manera brillante Villamizar supo aprovechar para precisamente crear esa aura de mesianismo a la que ustedes se refieren, y de que aseguraban tener documentos, videos, grabaciones y en fín, un sinnúmero de pruebas que demostraban mi autoría en los hechos de los que se me acusó, habiendo pasado más de 180 días desde entonces, no me ha sido formulada la imputación de cargos, la cual puede hacerse sin que yo me encuentre presente, ante mi abogado. ¿Por qué?
Villamizar salía en su afán de lucirse a costa de mi imagen y de mi nombre a decir que había encontrado nuevos y graves hechos. En la Fiscalía reposan sus declaraciones, las cuales no pasan de hablar de los lugares comunes a los que se refirió en sus incontables ruedas de prensa y no aportó ninguna prueba. Es curioso que haya mentido al decir que el CTI haya encontrado pruebas en mi oficina, lo cual no es cierto, de hecho a los funcionarios que se hallaban presentes los funcionarios del CTI afirmaron que no habían encontrado nada. Villamizar en su afán de tener pantalla afirmó en las primeras declaraciones que la defraudación de mi supuesta banda había llegado a más de 20 mil millones de pesos, pero en su afán mediático no cayó en cuenta que todas sus declaraciones se le podían volver como un boomerang contra él, y estalló la crisis presupuestal en la UNP, la cual no era nueva como lo quiso hacer aparecer, sino que yo la había advertido en muchos documentos e inclusive en una carta que envié al doctor Fernando Jiménez del Ministerio de Hacienda. Y digo que no era nueva, pues era una situación recurrente a la que la UNP siempre se veía abocada y cuya única responsabilidad se puede deducir que está en cabeza de la planeación de la entidad, que no recaía en el Secretario General sino en la Oficina de Planeación, la cual era manejada a su antojo por el personaje más siniestro que pudo pasar por esa malograda entidad, el señor Alonso Miranda Montenegro.
Pero sigo, en la crisis presupuestal, como era lógico, lo primero que le dijeron tanto en Hacienda como en el Congreso es que cómo le iban a dar más dinero si se lo habían robado. En ese momento como lo señala el señor Ricardo Puentes Melo en su artículo de periodismo sin fronteras, Villamizar cambio inexplicablemente su versión y dijo que el desfalco había sido mínimo, nuevamente con la maestría de un malabarista y con la complicidad de unos medios de comunicación arrodillados y complacientes, enamorados de su protector, cambió el tema y de 20 mil millones pasó a 2 mil millones, para terminar en 600 millones, y me dicen que en el debate que citó el senador Manuel Enriquez Rosero llegó inclusive a afirmar que no hubo tal desfalco. Es decir, se retractó del delito pero no indultó a los delincuentes, nuevamente aprovechó para presentarse como un mesías y decir que lo que había dicho de dos años de corrupción no había pasado de 15 días y que gracias a su providencial intervención todo lo que Marulanda había fraguado había terminado a tiempo. Es decir, de un momento a otro lo que era una red de corrupción de sofisticado operar quedó reducida a una banda de zarrapastrosos que no habían pasado de la intentona. Y como lo señala también Puentes, la banda tan sofisticada tenía como propósito ganarse un millon mensual para ser repartido entre 11 personas. Raya en lo ridiculo. Pero eso ni ustedes ni la prensa nacional de los grandes medios fue capaz de verlo.
Ahora bien, Villamizar o es un personaje demasiado tonto que raya en la más increíble estulticia o de una mala fe
temible por su perversidad. Cuando dice que soy el jefe de la banda criminal que manipulaba los contratos para que se los ganara una sola firma, se olvida de varios detalles que ni la Fiscalía, ni la prensa nacional ni al parecer ustedes tuvieron en cuenta, lo primero es que el Secretario General tenía una capacidad de contratación derivada, y en mi caso inicialmente no pasaba de los 1000 millones de pesos, después fue aumentada un poco hasta llegar a los 3000 y termino siendo de cerca de 5000 millones. Los contratos a los que se refiere la investigación fueron suscritos por Villamizar como Director de la Entidad y cabeza de la contratación de la misma. Es decir, o era parte de la banda o era un tonto que se dejó meter los dedos en la boca, y eso en la administración pública también es un delito y no solamente eso, tiene consecuencias disciplinarias y fiscales. Pero es más increíble aún, pues se le olvido al apresurado Villamizar en su acelerada precipitud, o tal vez porque en su poca capacidad de gestión nunca ni lo entendió, que la contratación no estaba en cabeza exclusivamente del Secretario General. Los pliegos de condiciones de la contratación relativa a esquemas de protección tenían unas partes técnicas que no eran responsabilidad de la Secretaría General, sino que los apartes técnicos eran elaborados por la Subdirección de Protección y los apartes financieros por la Oficina de Planeación, y para hacer un recuento de lo que fue el proceso de selección de Protección 33, Siglo XXI y Sevicol, quiero manifestar que tuvo el acompañamiento de la Procuraduría General de la Nación, que los pliegos de condiciones fueron elaborados por la Asesora del Director Villamizar, la doctora Margareth Sofía Silva Montaña, que además se tuvo la revisión minuciosa por parte de la oficina de abogados de Gonzalo Suárez Beltrán, pero al propio Villamizar se le olvida las largas jornadas de revisión de los pliegos por parte de su equipo de asesores.
Y en la ejecución de los contratos, se le olvidó a Villamizar mencionar que esta era ejercidda por la subdirección de protección con el acompañamiento de una firma de auditoria llamada Net Logistik, la cual era supervisada por el señor Miranda.
O todos eran demasiado tontos, lo cual es grave, o estaban metidos en la banda. O no había banda y todo fue un producto de la delirante necesidad de Villamizar por hacerse protagonista para quedarse atornillado al puesto, como parecía que iba a suceder, sino es porque el Presidente le pide la renuncia. Creo que Villamizar finalmente no se graduará jamás como estratega.
Decir que la crisis presupuestal era un invento y que yo lo manejaba a mi antojo, es tanto como decir que el Ministerio de Hacienda y el Congreso de República era parte de la banda. Y constan las actas y demás documentos en los que se demuestra que la crisis presupuestal es real.
La única prueba que realmente existe es la manipulada grabación que sucede en mi apartamento, pero el origen de esa reunión, que la periodista Camila Zuluaga de la W, de manera bastante irresponsable y como si tuviera en sus manos la clave suficiente para explicar todo lo que pasó, tergiversó completamente, tuvo origen por el mismo Villamizar y su finalidad no era otra que precisamente solucionar un entuerto entre dos privados, lo cual fue puesto en conocimiento de nosotros por un periodista de apellido Chica y fue el propio Villamizar quien me pidió que me reuniera con Cuchimaque para que lograra que Protección 33 le pagara a un subcontratista de ellos de Cartagena. Pero la señorita Zuluaga, tal vez por su afán sanguinario de generar noticia a costa de lo que sea, mostró de una manera diferente.
En días pasados ofrecí una entrevista al periódico El Tiempo, concretamente a la periodista Sally Palomino, el cual se suponía aparecería en la edición dominical del 18 de enero. No apareció. Lacónicamente la periodista Palomino me dijo que de pronto aparecería después, pero eso nunca sucedió, lo cual me confirma la complacencia de los grandes medios con Villamizar.
Hay mucha tela que cortar y muchas preguntas que se pueden hacer y pueden tener una respuesta oportuna. Ojalá ustedes no se queden conformes con la verdad que registraron los medios de comunicación, sino que en un verdadero interés de mejorar los derechos humanos en Colombia ayuden a develar lo que puede quedar en uno de los episodios oscuros de falsos positivos en la total impunidad.
Cordialmente,
Julián Marulanda Calero
Comentarios