BRICS: ALIANZA DE DEMAGOGOS Y CORRUPTOS

The Wall Street Journal ha publicado artículos acerca de la caída del 20% de los suministros de petróleo a Europa y del aumento récord en las ventas de “oro negro” a China. Mientras tanto, la producción de petróleo en Rusia está creciendo muy lentamente. Esto sugiere que Rusia está tratando en silencio de “chantajear” a Europa

BRICS: alianza de demagogos y corruptos

The Wall Street Journal ha publicado artículos acerca de la caída del 20% de los suministros de petróleo a Europa y del aumento récord en las ventas de “oro negro” a China. Mientras tanto, la producción de petróleo en Rusia está creciendo muy lentamente. Esto sugiere que Rusia está tratando en silencio de “chantajear” a Europa

Kitty Sanders
Kitty Sanders

Por Kitty Sanders

Octubre 28 de 2016

Con respecto a las perspectivas del bloque BRICS, debemos tener en cuenta algunos puntos clave que caracterizan a esta singular formación:

Entre los países miembros del BRICS no hay casi nada en común excepto el hecho de que son países en desarrollo que muestran un crecimiento económico bastante rápido, mientras que sus características culturales, históricas, geográficas y raciales son totalmente diversas.

Las causas políticas de la aparición del bloque BRICS son el resentimiento contra Occidente y el deseo de dominación irrestricta. Dominación ésta, que es querida tanto por Rusia (superpotencia del pasado) como por China que está creciendo rápidamente. En ambos casos se puede ver claramente un propósito revanchista: Rusia quiere “vengarse” de la derrota del Proyecto “Unión Soviética”, China no quiere seguir sosteniendo su papel de “taller mundial”. Los otros tres participantes del BRICS (Brasil, India y Sudáfrica) no se proponen ser una superpotencia imperial, pero sí buscan la dominación en sus regiones, y el reconocimiento internacional.

Actualmente en el BRICS no hay un poder máximo, y se pueden observar las fuertes contradicciones internas asociadas con la jerarquía del poder y la completa falta de un marco adecuado para la unión. Inicialmente Rusia quiso dominar el bloque. La dirigencia rusa ve a su país únicamente como “un polo absoluto contra la influencia occidental”, como lo fue en la época soviética. Cualquiera de las dictaduras corruptas, cleptocráticas y “antioccidentales” (como los seguidores de la ideología de “Juche”, los regímenes de Idi Amin, Mengistu Haile Mariam, Castro, los sandinistas, etc.) todos ellos fueron parte del arco del “Gran Hermano” rojo, que les suministraba armas, dinero y todo tipo de apoyo. En términos generales se puede decir que la URSS era temida. Era un centro de atracción para todas las fuerzas anti-estadounidenses, su influencia se extendió a Asia, África y América Latina. A la dirigencia rusa le gustaría volver a los viejos tiempos, y eso es demostrado claramente en sus ambiciones imperiales como la anexión de Crimea.

China y Rusia, potencias emergentes
China y Rusia, potencias emergentes

Sin embargo hoy en día China está a la cabeza de bloque. Y Putin está tratando de aliarse con ella para presionar a los Estados Unidos y Europa. China trata de desplazar a Rusia de las regiones tradicionales de influencia soviética en África y América Latina. Rusia no puede enfrentarse a China ni por el lado de la población, ni por el económico. La población de Rusia es de 146 millones de personas. La población de China es de mil cuatrocientos millones de personas, es decir diez veces mayor. Económicamente, Rusia produce menos del 8% del PBI total del BRICS. En este indicador China e India han aventajado a Rusia y, en vista de la caída de la economía rusa, Brasil también va a aventajar a Rusia (sin embargo, Rusia, durante mucho tiempo seguramente, va a mantenerse delante de Brasil en el campo de la alta tecnología, especialmente la militar y la espacial). En una posición similar a la de Rusia están los otros miembros del BRICS: su papel en la economía del bloque es considerablemente inferior al de China. En lo que tiene que ver con la profundización de la cooperación y de los beneficios económicos en el BRICS, China, por sí sola, simplemente va a oprimir a las economías más débiles, “inundar” sus mercados con productos baratos, destruir su industria y convertir a los miembros del BRICS en vasallos económicamente dependientes de ella.

Por supuesto, esto sólo es cierto si los miembros del BRICS hacen efectiva una integración real en lugar de sólo declamar “enfáticamente” consignas que simulan impulsar a los participantes de este bloque a integrarse. Las cifras aún muestran que los miembros del BRICS realizan muchas más ventas a otros países que a los socios del bloque. Por ejemplo, sólo el comercio entre China y Corea del Sur en el año fue de 300.000 millones de dólares, igual cifra que la de todos los países del BRICS entre ellos mismos. Durante 2014 el volumen del comercio entre Rusia, la UE y los Estados Unidos fue de US$ 430.000 millones, y entre Rusia y el BRICS solamente de US$ $ 111.000 millones. (Nota: el volumen del comercio del BRICS sólo con China fue de alrededor de US$ 90.000 millones.) China constituye el 11% del comercio exterior de Rusia, y Rusia significa sólo el 2% de la facturación por comercio exterior de China.

Protestas en Seul por los TLC
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Además está la cuestión de la cooperación económica. ¿Qué pueden ofrecerse mutuamente Brasil, India, Sudáfrica y sobre todo China y Rusia? Sus economías son poco diversificadas, viven principalmente de la exportación de materias primas, energía, alimentos, ropa y venta al por menor. Las ciencias y la tecnología militar están más o menos desarrolladas sólo en China y Rusia, los otros miembros de los BRICS se sitúan completamente por detrás de los países desarrollados en este sentido. La mayoría de los productos que podrían ofrecer Sudáfrica o Brasil a Rusia y China, son productos con un bajo grado de procesamiento: carne, maíz, soja y café. Sólo China y Rusia pueden proporcionar productos de alta tecnología en mercado del BRICS (con China a la cabeza). Desde ya, los productos brasileños pueden ser demandados, pero son fundamentalmente sustituibles. Si Rusia decide alcanzar la autosuficiencia en carne o granos lo puede hacer, aunque con gran dificultad. Pero es imposible para Brasil llegar al nivel tecnológico de Rusia (por lo menos en los próximos 50 años).

Muchas de las consignas de cooperación han sido sólo eso, consignas. Por ejemplo, desde 1997, Rusia y Brasil iban a establecer “una asociación estratégica completa” en los ámbitos militares e industriales. En la década de 2000, los gobiernos de Lula y Putin llevaron esta retórica a un nuevo nivel. La prensa constantemente hacía referencia al tema de la “hermandad y cooperación entre Rusia y Brasil”. En la práctica, el resultado fue completamente diferente. En el ámbito militar Francia “interceptó” a Brasil. Y Francia, que no tiene ninguna relación con el BRICS, tuvo una espectacular expansión en el mercado brasileño durante el período 2005-2008. En el ámbito de los productos básicos y la facturación industrial India y China superaron a Rusia. Rusia ignoró a Brasil en la cooperación militar, sin embargo, trabajó estrechamente en la relación militar con la India.

Quizás una de las razones de este comportamiento radica en el hecho de que Rusia y Brasil son serios contendientes en el sector energético. Las relaciones ruso-brasileñas son una enorme “bomba de tiempo”. Esta bomba de tiempo está dada por el enfoque diferente de los dos países en lo que hace al sector de la energía. La dirigencia rusa es muy vengativa y muy proclive a reprimir agresivamente a los que la contradicen. Rusia es un país dominante en recursos de petróleo y gas (la proporción de los ingresos directos de los recursos minerales en el presupuesto federal es de más del 50%). Para Rusia es de vital importancia el mantenimiento y el aumento del consumo de petróleo y gas. Brasil es también uno de los más grandes “cabilderos” (grupos de presión) en el mundo de los biocombustibles y la energía solar. Brasil se ha convertido en uno de los primeros países que tratan de acabar con “el mundo petróleo”. Desde los años 70 ha incrementado constantemente la producción de combustible de etanol, se ha convertido en su mayor productor, consumidor y exportador.

Los biocombustibles brasileños son de alta calidad, son comprados en los EE.UU., la Unión Europea y América Latina. La estrategia de la política de combustibles de Brasil consiste en el progresivo aumento de la producción de etanol y la práctica del cabildeo (lobby) en lo que tiene que ver con las energías alternativas en el mercado mundial. Este es un desafío directo contra Rusia, que, por supuesto, no pierde oportunidad en “acallar” a Brasil toda vez que le sea posible. Sin embargo, Rusia se ha ocupado recientemente de imponer activamente la venta de su petróleo y gas a China. The Wall Street Journal ha publicado artículos acerca de la caída del 20% de los suministros de petróleo a Europa y del aumento récord en las ventas de “oro negro” a China. Mientras tanto, la producción de petróleo en Rusia está creciendo muy lentamente. Esto sugiere que Rusia está tratando en silencio de “chantajear” a Europa con la amenaza de una reducción mayor en los suministros de petróleo. Los analistas predicen que dentro de cinco años, Arabia Saudita -que es el principal proveedor de petróleo de China- va a perder este mercado, porque Rusia, resentida con los países occidentales, está virando cada vez más hacia el este. En última instancia, la economía Rusa basada en los recursos va a conectarse estrechamente con China, y la propia Rusia tratará de “ahogar” Brasil y sus seductores programas de biocombustibles e intimidar a la Unión Europea con la amenaza de una fatal escasez de petróleo.

Dilma Rouseff y Fidel Castro, el padrino del terrorismo en América Latina
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Evidentemente Brasil está tratando de poner en práctica su tradicional estrategia geopolítica de dominación total del espacio latinoamericano, y para ello planea usar el poder del BRICS en su beneficio. En pocas palabras, Brasil quiere convertirse en el líder de la región, apoyándose en los hombros de sus gigantes socios. Sin embargo, tengo que admitir una cosa simple: ni China ni Rusia van a ayudar a Brasil; el único objetivo de Rusia y China es el control del mercado latinoamericano, y van a hacer lo que sea necesario con el fin de conseguir ese objetivo. Por otra parte, históricamente, estos países ya han hecho su expansión económica y política en América Latina. Este final no aparenta ser para nada bueno. En primer lugar, debilitaron las economías de América Latina haciéndolas dependientes de ellas (Rusia y China), y privándolas de su soberanía. Una expansión seria de China simplemente destruiría la economía de Brasil.

En segundo lugar no debemos olvidar que estos dos estados siempre están creando, en los territorios de sus distantes y poco confiables aliados, zonas de inestabilidad, toda clase de movimientos “revolucionarios” populistas y radicalizados, y centros separatistas a través de los cuales chantajean y controlan a sus socios. No es necesario recordar los sandinistas y Sendero Luminoso, así como otras estructuras financiadas y provistas de armamento por China y Rusia. Hoy en día la estrategia no ha cambiado, Georgia y Ucrania hicieron cosas en contra de Rusia, y Rusia inmediatamente separó parte de los territorios de ambos países, lo que se convirtieron así en estados títere o en enclaves terroristas. Me refiero a Abjasia, Osetia del Sur, al igual que la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk en el este de Ucrania.

Otros problemas globales son la falta de libertad económica en el BRICS, la falta de mecanismos transparentes del mercado y la corrupción total. La clasificación del Índice Mundial de Libertad Económica pone a Sudáfrica en el 72° lugar (un país con una economía bajo libertad condicional), Brasil en el 118° lugar, la India en el 128° lugar, China en el 139° lugar y finalmente Rusia – en el 143º lugar. De estos países, sólo Sudáfrica ofrece al menos algunas oportunidades de negocio adecuadas. Lo mismo se aplica a la corrupción. De todos los países del BRICS únicamente Brasil y Sudáfrica son considerados “muy corruptos”, los otros tres son aún peores. ¿Podría haber una sociedad entre estos países bajo tales condiciones? Claro que no. El comercio internacional requiere un sistema desarrollado y un sistema bancario integrado, operaciones transparentes y el cumplimiento de las reglas del mercado. Las economías cerradas y corruptas no pueden funcionar plenamente, carecen de las instituciones necesarias para funcionar, tienen una mala reputación y no son confiables.

Hoy en día se habla mucho sobre Banco de Desarrollo del BRICS, que supuestamente será el “colchón de seguridad” para los países miembros del bloque y se centrará en proyectos de infraestructura. El Banco de Desarrollo es incluso llamado “competidor del Banco Mundial”. Pero el capital del Banco es sólo de 100.000 millones de dólares, de los cuales 41.000 millones son de China. Sólo tiene cinco fundadores. Es un banco mal integrado, cuyos miembros participan con porcentajes radicalmente diferentes. Para China, esto es sólo otra manera de “plantar” su gancho en las economías más débiles (cuatro países en desarrollo en diferentes continentes que le ofrecen “salidas” a China en dichas regiones). El Banco de Desarrollo de China jugará precisamente un papel decisivo.

Con el tiempo, si el proyecto no se murió, Rusia competirá con el Banco de Desarrollo del BRICS. Pero en vista de las sanciones impuestas contra Rusia, es probable que Rusia pierda, dejándolo en manos de los chinos. Igualmente, el Banco de Desarrollo del BRICS sigue siendo un proyecto de menor importancia, sólo diseñado para “atar” a China a sus socios del BRICS, y nada más. Refirma esta opinión el hecho de que China participa más activamente en la creación del Banco Asiático de inversiones en infraestructura, cuyo capital registrado es también de US$ 100.000 millones, de los cuales US$ 26.000 millones pertenecen a China. El Banco Asiático tiene 57 países fundadores, es mucho más independiente e integrado y se ve como una herramienta sólida con la que China tratará de llevar a cabo negocios con sus verdaderos socios. El Banco de Desarrollo del BRICS aparece como un proyecto menor a través del cual China se propone ponerle una correa a sus colonias personales.

El gobierno chino se doblega cada día más a las protestas de los ciudadanos
El gobierno chino se doblega cada día más a las protestas de los ciudadanos

Uno puede ver la división del bloque BRICS en dos: el primer bloque está compuesto por “Rusia y China” y el segundo por “India, Brasil y Sudáfrica”. Rusia y China pelean por el dominio del primer bloque, ya que son países mucho más desarrollados que los del segundo. Al final, el “primer bloque” dominará al “segundo”, y dentro de la unidad comenzarán las disputas por el liderazgo del mercado. Es decir que no puede haber relaciones de igualdad, por lo que es imposible que existan relaciones económicas equitativas de cualquier tipo dentro del BRICS. Una guerra de corrupción llevará eventualmente a la destrucción de las economías de Brasil y Sudáfrica, y a la dominación de China.

También existen grandes diferencias culturales. Los países del BRICS son muy diferentes desde el punto de vista de sus estructuras sociales. La tolerancia a las opiniones de otras personas es una característica única de Brasil. En Rusia se practica la destrucción física de la oposición (por ejemplo, Boris Nemtsov, un prominente líder de la oposición, fue asesinado hace poco), la comunidad LGBT es sometida a una persecución masiva, y la gente es constantemente golpeada por la policía y encarcelada por hablar en contra del gobierno. En China Facebook está prohibido, Wikipedia está medio bloqueado, está prohibido salir libremente del país, como también está prohibida la libre circulación de capitales. La India aún conserva la influencia del sistema de castas, el país está de hecho dividido en muchos distritos con vínculos débiles, que ruedan sobre el crimen.

Los problemas de criminalidad son comunes en Sudáfrica, y especialmente en Brasil, donde recientemente el crimen ha conseguido finalmente salirse de control a pesar de los esfuerzos de los gobiernos de izquierda de Lula da Silva y Dilma Rousseff. En la India, China y Rusia, el racismo y el nacionalismo extremo son la norma. Las personas de piel oscura en Rusia son de “segunda clase”. China definitivamente también sostiene una sociedad mono-racial e incluso en el extranjero los chinos no tienen prisa para asimilarse, creando barrios chinos. En Rusia, China y la India se ríen abiertamente de las ideas de igualdad y tolerancia. No existe el intercambio cultural, que debe existir entre verdaderos socios. En los Estados Unidos, por ejemplo, a pesar de las quejas por su política exterior, la comunidad latina es tomada en cuenta como socia. En los Estados Unidos la diáspora crece constantemente, los latinos están representados en el gobierno, en los medios y en los negocios.

A muchos norteamericanos se les enseña español. ¿Hay algo en común entre Rusia y China? No. ¿Y qué podemos decir sobre China, Sudáfrica, Rusia y Brasil? En los dos países del “primer bloque” generalmente ni siquiera saben qué idiomas se hablan en los estados que desempeñan el papel de “socios menores en el BRICS”. No habrá ningún intercambio cultural real. Olvídese del internacionalismo y la multipolaridad que tanto pregonan. La idea del BRICS es una reacción agresiva del mundo más arcaico y tradicionalista, ofendido por occidente, y de sentimientos completamente revanchistas.

Esto quiere decir que no existen perspectivas para el bloque como una unión política y económica. Esta es la estructura neo-colonial en la que gobierna los dos países (Rusia y China) con una pretensión de liderazgo mundial. Ambos países tienen el modelo de control autoritario, corrupto y muy represivo. Con el BRICS quieren aumentar su influencia y necesariamente entrarán en conflicto entre sí, como ya sucedió entre la Unión Soviética y China. Los otros países son considerados “masa adicional”, con la que Rusia y China fortalecerán su influencia en las “zonas remotas”, y los mercados para los productos rusos y chinos. Si esta unidad llegara a hacerse más fuerte, el mundo estaría a la espera de la segunda parte de la Guerra Fría. Aunque no creo que consigan una unidad porque son países demasiado diferentes, al igual que los intereses que los mueven a subyugar a las “nuevas colonias”.

Las autoridades argentinas, que han llevado la economía de su país a un estado totalmente desquiciado, recientemente han estado hablando de la posibilidad de unirse al BRICS. Este tema ha sido difundido en los medios de comunicación rusos. Los argentinos deben entender que su economía ya es muy débil, y que si Rusia enfrenta una crisis, la crisis económica rusa se chupará a la economía argentina. Las industrias del país se derrumbarán bajo la presión de los productos chinos, y los argentinos tendrán que olvidarse de las libertades civiles porque Rusia y China son regímenes autoritarios en los que es imposible criticar al gobierno, en los que por protestar la gente es masivamente encarcelada, y en los que los LGBT y las minorías raciales son considerados ciudadanos de segunda clase.

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