LAS MUJERES COLOMBIANAS: VÍCTIMAS DE UNA “PAZ” COERCITIVA

Una comunicación interceptada del 2008 entre el terrorista de las FARC ‘Gentil Duarte’ y el líder de las FARC en ese entonces “Mono Jojoy” demuestra la brutalidad que respalda el Secretariado: “a cambio de no ser castigadas, cuatro niñas fueron obligadas a tener relaciones sexuales con ‘Canaguaro’, que tiene sífilis,” relató. “Las contagió.”

Niñas reclutadas por las FARC

Las mujeres colombianas: víctimas de una “paz” coercitiva

Una comunicación interceptada del 2008 entre el terrorista de las FARC ‘Gentil Duarte’ y el líder de las FARC en ese entonces “Mono Jojoy” demuestra la brutalidad que respalda el Secretariado: “a cambio de no ser castigadas, cuatro niñas fueron obligadas a tener relaciones sexuales con ‘Canaguaro’, que tiene sífilis,” relató. “Las contagió.”

Lía Fowler
Lía Fowler

Por Lia Fowler*

Diciembre 2 de 2015

En el 2009, los narcoterroristas de las FARC masacraron a 11 personas de la comunidad indígena Awa en el suroccidente de Colombia. Les cortaron los dedos y los degollaron por rehusarse a llevarles comida al campamento. Pero para dos de las víctimas ese no fue castigo suficiente: Omaira Arias, de 20 años, y Blanca Patricia Guango, de 19, estaban embarazadas. Los terroristas les abrieron los vientres, les sacaron sus bebés y los arrojaron vivos a los perros antes de matar a las mujeres.

En el historial de terror de las FARC, la violencia sistemática contra las mujeres y sus hijos es a la vez la más atroz y la menos reconocida por la comunidad internacional. Por eso no sorprende que este mes, mientras que las Naciones Unidas lanzaba una campaña contra la violencia de género, el Consejo de Seguridad de la ONU respaldó un proceso de paz entre las FARC y el gobierno colombiano que resultará en impunidad total y poder político para las FARC.

El abuso físico, sexual y psicológico ha sido la norma para este grupo terrorista, que empezando con el Secretariado, y de ahí hacia abajo, trata a las mujeres y los niños como objetos.

La violación de mujeres civiles a manos de las FARC, por ejemplo, ha sido un delito común durante décadas. Como muchas de las víctimas viven en pueblos apartados, la mayoría de los casos no son denunciados. Las pocas estadísticas, que la Fiscalía comenzó a colectar apenas este año, incluyen  los casos de 428 mujeres civiles y 118 niñas entre los 4 y los 17 años que han sido violadas por terroristas de las FARC.

Una mujer que dio testimonio, según la revista Semana, tenía seis meses de embarazo cuando cuatro guerrilleros de las FARC entraron a su hogar, golpearon a su esposo con fusiles, y la violaron – obligando a su esposo y a su hijo de 10 años a presenciar el abuso. Después mataron a su esposo con tiros a la cara. Ella tuvo una hemorragia y perdió a su bebé.

428 mujeres civiles y 118 niñas entre los 4 y los 17 años han sido violadas por terroristas de las FARC, según datos parciales
428 mujeres civiles y 118 niñas entre los 4 y los 17 años han sido violadas por terroristas de las FARC, según datos parciales

Luego están las madres de los aproximadamente 20,000 menores, según fuentes del gobierno, que han sido reclutados a la fuerza por las FARC. Una sobreviviente relató que terroristas de las FARC mataron a su papá y luego violaron y mataron a su mamá, todo porque se resistieron a que las FARC se llevaran a una de sus hijas a los campamentos.

Las niñas reclutadas – que según UNICEF son menores de los 13 años en promedio – son sometidas a atrocidades diarias. Las niñas rescatadas describen una vida de esclavitud sexual, abortos forzados, y el robo de sus hijos – cuando se les permite dar a luz.  Muchas son contagiadas con enfermedades venéreas.

Una comunicación interceptada del 2008 entre el terrorista de las FARC ‘Gentil Duarte’ y el líder de las FARC en ese entonces,  “Mono Jojoy” demuestra la brutalidad que respalda el Secretariado: “a cambio de no ser castigadas cuatro niñas fueron obligadas a tener relaciones sexuales con ‘Canaguaro’, que tiene sífilis,” relató. “Las contagió.”

El destino de esas niñas no se conocerá jamás; pero se sabe que desde mediados de este año, ‘Gentil Duarte’ ha estado gozando del lujoso alojamiento del equipo negociador de las FARC en la Habana. Si el proceso de paz se aprueba, él y sus camaradas no pagaran un solo día de cárcel. Y aunque el acuerdo exige que se les pida perdón a las víctimas, las FARC claramente no se arrepienten. En entrevistas televisadas, el líder de las FARC, Timochenko, dijo: “Cuando uno pide perdón es porque se arrepiente de haber hecho algo, y yo no me arrepiento de haber hecho lo que haya hecho.” Aún más cruelmente preguntó, “Cuales víctimas? Díganme por favor.”

Para evadir las rejas, las FARC deberán confesar sus delitos. Pero confesar sin arrepentimiento no es más que jactarse – y será una agresión más que tendrán que soportar las víctimas.

“El peligro de las amnistías es la impunidad y la burla a las víctimas,” dijo Mark Drumbl, Director del Instituto de

En el 2009, los narcoterroristas de las FARC masacraron a 11 indígenas Awa. Les cortaron los dedos y los degollaron
En el 2009, los narcoterroristas de las FARC masacraron a 11 indígenas Awa. Les cortaron los dedos y los degollaron

Justicia Transnacional de la Universidad Washington and Lee y autor de “Atrocidad, Castigo, y Justicia Internacional.” Agregó que la ausencia de una verdadera justicia transicional – una que incluiría cárcel, disculpas verdaderas y reparaciones – “define el delito por el estatus del victimario, y no por el daño causado a la víctima.”

Este es el caso en Colombia. El gobierno Santos se preocupa por la “dignidad” de los terroristas, haciendo maromas para legitimarlos jurídica y políticamente. Por otro lado, desde el alto pedestal del “perdón” desata una retórica de “no-venganza” que es coercitiva hacia todas las víctimas – especialmente las víctimas de violencia sexual.  Santos personalmente ha denigrado de todos quienes se oponen a la impunidad – que es el 81 por ciento de la población, según la última encuesta Gallup – tildándolos de “enemigos de la paz” y comparándolos con “perros.”

Pero los Estados Unidos y el mundo ciegamente avalan con ahínco esta “paz” coercitiva que empodera a los victimarios y oprime a las víctimas. Al enviado especial de Estados Unidos Bernard Aronson hasta le pareció chistoso bromear con estos notorios abusadores de mujeres sobre reinas de belleza, diciendo en su primera reunión con las FARC, “Sé que tenían esperanzas de ver a Miss Universo, pero se tendrán que contentar conmigo.” Orgulloso de su armoniosa relación con los terroristas, le dijo al Wall Street Journal que se atacaron de la risa.

Las mujeres de Colombia no se están riendo, Bernie.

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Lia Fowler es una periodista Americana y ex-Agente del FBI

 

@lia_fowler

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