¿CUÁL ES LA LÍNEA FRENTE AL PLEBISCITO?
Los enemigos de la paz en Colombia, los que creen que las Farc no deben pagar por sus crímenes, son lo que están tratando de impulsar el “si”, que no sería un “sí” a la paz sino un “sí” a la pérdida de nuestras libertades y de nuestras instituciones
¿Cuál es la línea frente al plebiscito?
Los enemigos de la paz en Colombia, los que creen que las Farc no deben pagar por sus crímenes, son lo que están tratando de impulsar el “si”, que no sería un “sí” a la paz sino un “sí” a la pérdida de nuestras libertades y de nuestras instituciones
Por Eduardo Mackenzie
2 de diciembre de 2015
Las consignas de “no al plebiscito” y “yo no voto plebiscito” son erradas. Pues son equívocas. La consigna debe ser “yo voto NO en el plebiscito”.
Las primeras consignas citadas inducen, favorecen y preconizan la abstención, lo que ayudaría a Juan Manuel Santos. Por el contrario, la segunda –la de votar NO en el plebiscito— busca cerrarle el paso a los planes Farc-Santos, planes que ellos presentan como un “proceso de paz”.
Decir “no al plebiscito” permite pensar que si el plebiscito es aprobado, como parece que ocurrirá, deberíamos declarar la abstención ante el mismo. La idea (errada) sería que no hay una forma más radical de rechazo a los planes de Santos que dejarlo actuar a sus anchas en el plebiscito que está preparando. Tal actitud sería un enorme error. Sería un acto de colaboración con el poder que está negociando la entrega del país a las Farc y a sus patronos, la dictadura castrista.
No podemos dejar a Santos tranquilo con su iniciativa y contentarnos con darle la espalda al plebiscito absteniéndonos de votar el día del mismo. Si nos abstenemos de responder NO a la pregunta que pretende resumir el engendro antipatriótico veremos pasar ante nuestras ventanas el cadáver de nuestras libertades y no podremos decir después que, al menos, hicimos el esfuerzo más mínimo para oponernos a eso.
La consigna de “yo no voto plebiscito” aporta una confusión idéntica. Induce a pensar que, como no estamos de acuerdo con ese plebiscito al 13%, debemos marginarnos, abstenernos de expresar una posición, favorable o de rechazo a la pregunta que presentará el gobierno. La abstención le abrirá avenidas, pues, a los planes de Santos.
El partido Centro Democrático hasta ayer 30 de noviembre de 2015 no había tomado una posición clara y definitiva sobre este punto del plebiscito. El CD está en mora de hacerlo. El CD está perdiendo tiempo útil para organizar la riposta masiva en las urnas y en las calles contra los planes de Santos y de las Farc.
Votar NO en el eventual plebiscito es la posición de quienes quieren realmente la paz en Colombia, pero una paz dentro del sistema democrático. Los enemigos de la paz en Colombia, los que creen que las Farc no deben pagar por sus crímenes, son lo que están tratando de impulsar el “si”, que no sería un “sí” a la paz sino un “sí” a la pérdida de nuestras libertades y de nuestras instituciones. El “sí”, en las actuales condiciones, será un “sí” a una paz dentro de los referentes totalitarios de las Farc.
Ante esa indefinición, que el CD debería eliminar lo más rápidamente posible, para comenzar una intensa campaña contra los planes de Santos, el principal partido de oposición en Colombia debería decir claramente: si el plebiscito es aprobado definitivamente por el Congreso de Colombia nuestra posición es acudir a la ciudadanía y pedirle que vote NO. Hay que comenzar una campaña para evitar que la errada línea de la abstención confunda a los electores, quienes podrían ver en la abstención una salida, una actitud de fuerte rechazo contra los planes de Santos.
Pero la abstención será, en realidad, un apoyo tácito al “sí” que pretende obtener Santos en su plebiscito. En realidad, hacer que los que no aceptan los planes secretos de Farc-Santos se abstengan de decir NO a eso en el plebiscito es lo que Santos y su clique buscan en estos momentos. A lo mejor son ellos los que han echado a rodar en las redes sociales las consignas imprecisas de “no al plebiscito” y “yo no voto plebiscito”.
¿Eso explica por qué proliferan comentarios, artículos y twitters en las redes sociales, incluso en las redes sociales de personas de la oposición al farc-santismo, con tales formulaciones confusas y ambiguas?
La abstención siempre le ha hecho gran daño a la democracia colombiana. La abstención minaría de nuevo la democracia si dejamos que se infiltre en nuestras filas y ante este nuevo desafío estratégico que le plantean a Colombia: aprobar o rechazar los pactos secretos Farc-Santos de La Habana.
Esos pactos secretos de entrega del país a las Farc y al imperialismo cubano deben ser rechazados masivamente por Colombia en el plebiscito, mediante un voto negativo franco y rotundo.
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