CON LIBRETO DE LAS FARC
Parecía que las Farc enviaban el guión y los ‘colombianos por la paz’ lo repetían como actores juiciosos
IMPRESIONES DE UN TURISTA DESPREVENIDO
Por José Obdulio Gaviria
Pongámonos en la ropa de uno de los millares de turistas extranjeros que vinieron a Bogotá (Festival Iberoamericano de Teatro), o a Medellín (Juegos Suramericanos), o a Cartagena (Foro Económico Mundial). Pensemos que uno de esos visitantes es curioso, que ojea la prensa local y ve noticieros de televisión.
Es seguro que tal observador desprevenido se llevó la impresión de que en Semana Santa un grupo de ciudadanos independientes y de buena voluntad, movidos por el solo interés humanitario, logró que un ejército irregular alzado en armas contra el Estado colombiano, y que controla buena parte de nuestro territorio, liberara de la prisión a dos soldados gubernamentales y entregara los restos mortales de un oficial, ‘prisionero de guerra’ también, quien falleció en una clínica en el territorio controlado por la administración ‘insurrecta’.
El curioso turista debió pensar -la organización humanitaria rescatista lo consideró un hecho probado y no hizo cuestionamientos- que el oficial fue tratado como prisionero de guerra; que recibió la asistencia médica deseable y posible; que se le autorizaron visitas, en el lecho de muerte, a su madre, esposa, hija y hermanos. Por lo demás, nuestro turista debió quedar encantado con la nobleza del ‘ejército rebelde’, porque, lo informó una senadora, y el turista no tenía motivos para dudarlo, los guerrilleros rindieron honores militares al cadáver del oficial ‘enemigo’ (asunto que, más bien, Eduardo Escobar llamó un ‘macabro ritual’). El turista debe estar pensando hoy que lo que sigue en Colombia -lo supo por la senadora ‘rescatataria’- será convencer a la impopular e indolente administración tiránica colombiana para que deje de ser altanera, indolente e insensible, y se disponga a negociar un acuerdo humanitario o de ‘intercambio de prisioneros’ con las Farc. El turista, seguro, hasta piensa escribir carta a su gobierno para que presione al presidente Uribe.
Si el turista de marras, además de curioso simple, fue curioso inquisitivo, habrá buscado información en Internet sobre los hechos y sus protagonistas. Si llamó en YouTube a Piedad Córdoba, encontró videos, entre ellos uno grabado en México, en los que ella se despacha, en medio de aplausos del mamertismo internacional, contra el régimen ‘fascista y asesino’ de Uribe; llama a su derrocamiento y proclama la justicia y el altruismo que mueve la lucha de los ‘compañeros y compañeras insurgentes’. Si después el turista revisó otros nombres de la comitiva de la senadora, encontró a un señor Cepeda, cuya familia es la epónima de una banda terrorista del suroccidente que hace explotar niños bomba; a Gloria Cuartas, una especie de ‘Pasionaria’ del Partido Comunista criollo, organización política fundadora de las Farc y que ha sido la fuente perenne de reclutamiento de cuadros guerrilleros, y encontró otros nombres diversos de opositores rabiosos al régimen y de apologistas entusiastas de la combinación de la lucha política con las acciones armadas.
Pero lo que más debió sorprender al turista investigador, si por casualidad este llegó hasta las páginas de los periódicos electrónicos de las Farc (Anncol y abpnoticias) fue la coincidencia evidente entre el discurso público de la senadora y sus compañeros, con las consignas de las Farc, expresadas en los titulares de esos dos medios de comunicación. Parecía que las Farc enviaban el guión y los ‘colombianos por la paz’ lo repetían como actores juiciosos. Para muestra, varios botones o titulares ‘anncolianos’: ‘Los prisioneros de guerra no son secuestrados’; ‘El intercambio humanitario sí es posible’, ‘Acoso a Telesur’; ‘Moncayo afirma que no se puede negar existencia de las Farc’; ‘Organizaciones extranjeras saludan liberaciones unilaterales’; ‘El Gobierno vuelve a jugar sucio’ (“La senadora Piedad Córdoba acaba de denunciarle al mundo que el ejército oficial del régimen colombiano violó los protocolos, sobrevolando antes, durante y después la zona de la liberación, sobrevuelos totalmente prohibidos en el protocolo aceptado por las partes”).
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