Continúa Granados: Le fascina la audacia y la habilidad para mimetizarse bajo la diversidad de caretas o máscaras, aunque poco mira a los ojos, creería que nunca, y poco sonríe.
Su expresión es adusta.
Su mirada esquiva y huidiza y como culto a su personalidad le encantan las tarimas y la adulación.
Petro no es eso. Petro no utiliza ninguna máscara. No las necesita. Porque Petro es lo que es.
Va de frente, siempre mirando en lontananza, a lo lejos, con una gran capacidad de una convincente y conveniente elocuencia propia de todo dictador, con gestos de histrionismo, sentado, arrogante, displicente, con el brazo en alto al estilo Gaitán o Mussolini o Hitler.
Siempre víctima, nunca victimario.
JMS, nos “traicionó” desde el primer momento. Lo que llaman en la grupería: Traidor de clase. De esos, conozco varios.
Por eso, se mereció el título de JUDAS.
Puntilla: Hablando de la hipocresía artística que apoya a Petro, me podrían explicar: ¿por qué a los artistas les gusta vivir sabroso, parodiando a Francia, pero no les gusta el capitalismo, pero viven con sus bolsillos llenos y con apartamentos en Miami? Como algunos periodistas o medios de comunicación.
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