DIÁLOGOS CON FARC; DANZA CON LOBOS

La danza con lobos

Por Ignacio Rengifo. Analista militar y político

Luego de escuchar el destemplado acento de Iván Márquez en Oslo, en un mensaje cargado de absurdos, resentimientos y odios, queda claro que a más de pretender lavar sus manos ante la opinión internacional, las FARC pretendían avivar la llama de los guerrilleros en Colombia, en un vehemente intento por cautivar lealtades y evitar disidencias.

Debe resultar a más de incomodo, inquietante, preocupante y atemorizante para los cabecillas del secretariado de las FARC, enfrentar sus grietas internas, más aun cuando desde las comodidades que ostentan en Venezuela, se ausentan de las complejidades de la guerra misma. Es un liderazgo terrorista tras bambalinas, detrás del burladero. No resulta más complejo para ellos, enfrentar los discernimientos, controversias y demás intríngulis que matizarán las conversaciones para buscar una salida negociada al conflicto, que de hecho, obran dentro de las consideraciones y sus nuevos lineamientos esbozados en vida por su terrorista mayor, Alfonso Cano en el plan subsidiario al plan estratégico de las FARC, denominado Plan de trabajo, hacia la independencia definitiva 2010 2014.

Eso está planificado, calculado, medido y en su cinismo las FARC son diestros en manejar toda suerte de estratagemas políticas, diplomáticas y también jurídicas.

Sus temores nacen del interior de la misma organización terrorista. Es evidente la puja de protagonismos, de liderazgos y el pugilato sostenido por repartir los dividendos de la economía criminal que las FARC han amasado tras 40 años de secuestrar, narcotraficar, extorsionar, despojar a millares de compatriotas, empresas nacionales e internacionales de sus bienes. Bien es sabido y con cifras reales se fundamenta la teoría de que las FARC son una gran multinacional del narcotráfico, quienes blanquean sus activos, untados de sangre, en actividades licitas en Colombia y en el exterior.

La voracidad, codicia y ambición marcan la pugnacidad del momento al interior de las FARC, fugas, traiciones, delaciones, robos entre si,  ajusticiamientos, están a la orden del día. A diario llegan noticias que dan cuenta de la implosión al interior de las FARC, empezando por las comisiones, cuadrillas y frentes. Que nos faltará por conocer en los más altos niveles de la dirigencia terrorista?

Muchos de sus familiares, los de los cabecillas, se amparan refugiados en el norte de Europa disfrutando las mieles de los activos internacionales de las finanzas criminales de las FARC. Esto no pasa desapercibido en la “guerrillerada de base”, que advierte injusticias en los repartos, a más de tener que librar las tensiones diarias de la guerra contra las Fuerzas del Estado y las batallas silenciosas contra las enfermedades tropicales, contra el olvido y la desesperanza, siendo dirigida por perfumados cabecillas que lucrados con las desgracias nacionales, se cobijan en el exterior.

Gran controversia dentro de la organización terrorista y grave dilema para el Gobierno Nacional. Las FARC, han sido reconocidas por el Ministerio de Agricultura a través del Incoder, como el más grande terrateniente ilegal del país, realizaron su propia reforma agraria y colonizaron vastas zonas en donde pastan miles de millares de reses robadas que datan desde los años de excesos en la zona de despeje en el Caguán.

No bastará la reparación a las víctimas, de llegar a ser justa y proporcional. Media centuria de fortalecimiento financiero criminal, difícilmente serán cuantificados y reincorporados a la sociedad. Pero si, duro tema por definir entre sus avezados líderes. Las  disidencias, venganzas y traiciones serán el dolor de cabeza, el gran enigma por resolver, por encima de los intereses nacionales. En su ceguera y testarudez nada más los inquieta, de hecho y así lo declararon cínicamente, las víctimas son intrascendentes.

¿Valdrá la pena seguirles el juego? ¿Caducó la inteligencia de los Colombianos? La metástasis interna les va a resultar peor que enfrentar política, jurídica y militarmente a los colombianos. Las dentelladas que se tributan unos y otros, como una jauría de hienas, les resultará definitivamente más nociva y letal.

La danza con lobos de las FARC se acerca a sus episodios menos rítmicos y armónicos. Se van a quedar sin pareja, bailando con la escoba.