¿DIOS ABANDONÓ A COLOMBIA?
Colombia está en grave riesgo de caer totalmente en las manos de malvados ateos que fingen ser cristianos. Todos se están entregando en sus manos por cobardía o por amor al dinero
¿Dios abandonó a Colombia?
Colombia está en grave riesgo de caer totalmente en las manos de malvados ateos que fingen ser cristianos. Todos se están entregando en sus manos por cobardía o por amor al dinero
Por Reflexiones espirituales
Febrero 21 de 2016
Agradezco la invitación de Periodismo Sin Fronteras para reflexionar semanalmente sobre la espiritualidad de los colombianos en estos momentos tan críticos que atravesamos, y espero que no se molesten si opto por mantener oculta mi identidad. Conviene en estos tiempos.
Me sorprendo a diario cuando veo que todos acuden al Dios de los cristianos para ponerlo de su lado, en cualquier asunto, por más trivial que sea, para ponerlo a actuar en contra de un adversario o para defender una causa con la convicción de que el Creador está más de nuestro lado que del otro.
Sorprende ver que aliados del terrorismo van a misas católicas o cultos evangélicos, y se persignan, se confiesan y colocan cara de piedad mientras los fotografían, para salir de los templos a seguir apoyando el asesinato, las violaciones, los secuestros y el envenenamiento que causa el narcotráfico entre niños y jóvenes de todo el mundo.
Todos, por igual, reclaman y proclaman que Dios está de su lado. La pregunta es ¿Cómo saberlo? ¿Cómo saber si Dios está de mi lado o del lado contrario? La respuesta tal vez no les guste a muchos, pero para los cristianos no hay otra manera diferente de conocer la voluntad de Dios, que la Biblia.
Por lo menos mil quinientos millones de personas en el mundo dicen ser cristianos. Y acá se incluyen católicos, luteranos, pentecostales, calvinistas, reformados, etc., una gama amplía de variaciones en la forma de adoración. Todos gritan al mundo su fe, pero evidentemente muy pocos de ellos practican esa fe que confiesan.
Es triste ver existe una actitud generalizada de desconocimiento hacia las Escrituras entre esa gama de cristianos. Mientras los católicos defienden la “tradición” (las historias y dogmas que se transmiten de generación en generación), los pentecostales creen ciegamente en las revelaciones personales que supuestamente Dios hace a sus líderes y pastores. Unos y otros dejan la Biblia en segundo plano, usando textos sin contexto para defender tal o cual posición.
Colombia se enfrenta hoy a una de sus crisis espirituales más oscuras de toda su historia. Buscamos consuelo y nos esforzamos por creer que Dios está con nosotros y no con quienes nos atacan. Y lo mismo piensan los atacantes, que Dios les da licencia para implantarnos su tiranía para librarnos de la ignorancia social.
Cualquier creyente con cinco dedos de frente sabe que Dios no puede estar con buenos y malos. O está con uno, o está con otro. O Dios apoya el homosexualismo, o lo rechaza. O aprueba el secuestro, o lo rechaza; o aprueba la perversión, o la combate.
Es muy sencillo saber qué aprueba o qué desaprueba Dios. Sólo hay que escudriñar las Escrituras (tranquilos, no se volverán locos) para descubrir el misterio. Dios nos dejó, precisamente, las Escrituras para evitar los equívocos y los engaños. Ahí está todo lo que necesita el hombre para conocerlo a Él.
Si a lo largo de la historia muchos hombres han estado dispuestos a dar su vida para que este libro, la Biblia, se conserve sin virus y llegue a todas las personas; si millares murieron decapitados, quemados en la hoguera, crucificados, y torturados, solo para que la Biblia llegara a nuestras manos, vale la pena averiguar, por nosotros mismos, qué es lo que contiene, qué es tan importante como para que los tiranos alrededor del mundo y a lo largo de la historia de la humanidad, la hayan querido destruir.
¿Si la Biblia contiene todo lo necesario para nosotros, por qué la mayoría de cristianos están desesperanzados, confundidos, derrotados, sin saber qué camino tomar…?
La respuesta no puede ser otra que ésta: “Porque la mayoría de líderes religiosos desvían la atención debida a las Escrituras hacia sí mismos; desvían la fe de los hombres hacia sistemas humanos, hacia personas que se apropian de la autoridad bíblica y se autoproclaman como canales de Dios para los hombres y viceversa”.
Por esto, a muchos que se acercan a las iglesias de cualquier denominación, les parecen vacías y sin sentido las palabras de consuelo de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar..” (Mateo 11:28)
La mayoría de creyentes no encuentran que estas palabras sean verdad, y se desaniman mucho más. Y la razón es que no acuden a ese llamado de manera personal, sino a través de líderes espirituales que los engañan y confunden únicamente para acrecentar su poder y sus ganancias.
Los invito, en este primer escrito que este portal tiene la bondad de publicarme, para que desempolven sus Biblias y empiecen a leerlas como si fuera cualquier otro libro, pero empezando por el Nuevo Testamento. Hagan un alto en cada capítulo leído y piensen en lo que están leyendo. Cuando lleguen a Apocalipsis, empiecen con el Génesis. Ahí verán que la Biblia es una sola y que las cosas extrañas y hasta “malvadas” que les dicen que Dios hizo en la antigüedad, no eran tales sino que tienen un sentido que se irá revelando ante sus ojos, sin necesidad de más guía que la del Espíritu Santo.
Colombia está en grave riesgo de caer totalmente en las manos de malvados ateos que fingen ser cristianos. Todos se están entregando en sus manos por cobardía o por amor al dinero. La única manera de frenar su avance es alimentando nuestra fortaleza espiritual sin permitirnos caer en la desesperanza. Porque Dios no abandona a Colombia. Los colombianos abandonan a Dios.
Dios los bendiga
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