EL COMUNISMO NO QUIERE MORIR
Desde Alemania, uno de nuestros lectores nos hace llegar una interesante reflexión sobre diversos aspectos que permiten, según su opinión, que el comunismo no se haya extinguido
El comunismo no quiere morir
Desde Alemania, uno de nuestros lectores nos hace llegar una interesante reflexión sobre diversos aspectos que permiten, según su opinión, que el comunismo no se haya extinguido.
Señor Director: El comunismo actualmente se ha disfrazado ocultando sus tentáculos mortales de hambre pobreza y ruina para así lograr su deseo final: Exterminar la base de nuestra sociedad “La familia, los niños, la mujer” que son el núcleo del capitalismo su mayor enemigo el cual le brinda a la sociedad la seguridad y la dignidad que tiene como derecho todo ser humano.
La caída del muro de Berlín fue el símbolo de la derrota del comunismo contra nuestra sociedad occidental. Sin embargo como una bestia maligna que no quiere morir el comunismo se revuelca y lucha por seguir destruyendo.
Su agonía simbolizada en la caída del muro de Berlín, durante décadas como resultado de las concesiones de las potencias aliadas al régimen estalinista en la mitad de Europa fue sojuzgadas por una ideología criminal que aplicó a machetazos aquella estremecedora consigna atribuida a Lenin: Contra los cuerpos la violencia, contra las almas la mentira.
Como todas las tiranías clásicas el comunismo aspiro a completar un proceso de ingeniería social ejerciendo un control absoluto sobre las conciencias mediante un poderoso aparato policial y propagandístico, que no logro a las malas, pero la caída del muro de Berlín no significo en lo absoluto el fin de la tiranía comunista sobre las conciencias en Occidente, esa tiranía ya nos domina por supuesto sigilosamente acompañada de violencia sobre los cuerpos sin embargo el peligro radica en su control sobre las almas que sigue siendo implacable y desgraciadamente mucho más eficaz.
Donde el comunismo se servía de métodos represivos, las nuevas formas de tiranía ideológica izquierdista mucho más oscuras, exaltan los deseos más bajos y apetencias degeneradas de sus sometidos encumbrándolos a la categoría de libertades y derechos a un nuevo estilo a la vez que moldean y reformatean sus conciencias.
Las tiranías ni se crean ni se destruyen solo se transforman y la tiranía que bajo el disfraz democrático se está infiltrando con un éxito inusitado en las sociedades occidentales impone una serie de paradigmas culturales inatacables pues las han vuelto herméticas a base de leyes inviolables envolviéndolas en una falsa antropología que lo único que desea es la destrucción del ser humano.
El nuevo comunismo ha establecido una nueva antropología destructiva llamada “la ideología de género”
¿Y cómo se ha logrado esta transformación? Mediante lo que graciosamente podríamos llamar un intercambio de células vitales entre la izquierda astuta y la derecha prostituta, la izquierda hábilmente engaño a la derecha reconociendo que su modelo económico era un fracaso abrazándose con aire de derrota al modelo capitalista buscando la piedad en una derecha débil y estúpidamente codiciosa con deseos de poder y a modo de nueva oportunidad como el criminal descarado ante el juez blandengue la izquierda exigió a la derecha que aceptase definitivamente su modelo social.
La derecha en su egocentrismo interpretó esta trampa de Caifás* como una victoria sin percatarse de que la izquierda había hallado en el tesoro económico acaparado por la derecha el campo de cultivo perfecto para desarrollar su proyecto pues al fin y al cabo el capitalismo con sus promesas de bienestar y consumismo satisface al pueblo mucho mejor que el comunismo obsoleto y sin fundamentos valederos.
Completado este proceso de intercambio de células la izquierda ha tenido todo el tiempo y el dinero a través del contribuyente en forma de impuestos (el regalo de la derecha a su buen comportamiento) para dedicarse desde entonces a diseñar una sociedad a su medida donde los paradigmas culturales son de inconfundible sello izquierdista y donde todo intento de propuesta de otros paradigmas adversos es inmediatamente tachado de reaccionario represor nazi, ultra derecha homofóbico violento, oscurantistas, hasta el extremo de que la derecha ha renunciado a tal propuesta por evitar la excomulgación de la sociedad “moderna“ de la izquierda.
Sin apenas darse cuenta la derecha se ha convertido en guardián protector de las reglas que la izquierda ha dictado y toda su capacidad de maniobra se ha visto reducida a un patético intento de ofrecer una versión discreta de los paradigmas culturales impuestos por la izquierda con la peculiaridad de qué tal versión discreta es la izquierda quien califica, aprueba o no según su conveniencia.
Cabe reconocer que la izquierda ha ido manipulando implacablemente hacia dónde ellos deseaban esa versión discreta y a la derecha no le queda otro remedio que correr detrás de esa versión (que la izquierda sitúa dónde le da la gana) como un pececito hambriento que nada desesperadamente detrás que su sádico amo que tiene atada una carnada con un hilo del que tironea para divertirse con los intentos infructuosos del pececito por atraparla.
Estamos de acuerdo en que el comunismo fue una tiranía feroz una burocracia al servicio de la represión y miseria cuyas consecuencias probablemente hoy todavía estamos padeciendo.
¿Pero, y nosotros en las democracias actuales hemos dejado atrás las tiranías?
La derrota del comunismo supuso para muchos el fin de la esclavitud y la apertura hacia nuevas libertades que caminaban al ritmo engañoso del flautista de Hamelin con una melodía embrujadora que lleva a la plena realización del individuo pero que muy pronto hemos descubierto que en los actuales regímenes democráticos ha empezado a funcionar como un perfecto lavado de cerebro llamado ingeniería social.
La manipulación impuesta por el comunismo al pueblo se convierte de la noche a la mañana en adoctrinamiento, desde la escuela se impone una interpretación oficial de nuestro pasado (memoria histórica) más reciente y a las mujeres se nos da nuevos derechos como el de abortar a la vez que se encumbra puestos directivos y de gobierno que distan de ser por mérito propio sino porque simplemente resulta más acordé con esa ocurrencia estúpidamente genial de la igualdad de géneros sin embargo contradictoriamente nos castigan a la vez con cárcel si reprendemos con un golpe a nuestros hijos.
En algunos países europeos por ejemplo ya ni siquiera podemos elegir como educar a nuestros hijos sexualmente mientras que los crucifijos son apartados de las paredes de las aulas escolares para no ofender a los ateos o a los que crean en otras religiones aunque si están viviendo en nuestro país de raíces cristianas.
A los niños desde una edad temprana les enseñan el uso de condones para que disfruten de una infinita gama de opciones sexuales
En un sistema democrático como el actual se niega la diferencia sexual y se impone la ideología de género con la cuartada de la igualdad de trato que pretende castigar a quienes osen discutir su hegemonía.
Se limita la velocidad a 120 kilómetros por hora en autopista, se reduce nuestra libertad de expresión en Internet, se prohíbe fumar por en lugares públicos, se rebajan los sueldos, se facilita el despido, se dilatan las jubilaciones y se incrementan los impuestos para salvar las cuentas de un Estado confiscador para así rescatar a los bancos quebrados por sus directores.
Se proponen las capillas universitarias pero se destruyen basílicas y se prohíbe o dificulta el culto.
La izquierda a su antojo mortifica, embrutece, extingue, debilita y reduce al final a cada nación a un rebaño de animales tímidos cuyo pastor es el estado y esto que es a lo que se le llama democracia no es más que una tiranía, un régimen político que se caracteriza por todas estas cosas.
Llamémoslo como queramos podemos calificarlo de democracia, de tiranía, ¿pero en realidad qué es esto? No es más que totalitarismo, el totalitarismo dónde quería llegar el comunismo ya lo está logrando y nuestros gobernantes para no declarar directamente que nos traicionaron por seguir conservando su estatus de “No me toques“ prefieren inventarse un nuevo termino “CENTRO“ y así seguir acumulando cada vez más borregos, los que cada vez se hundirán aún más en el comunismo del siglo XXI sin darse cuenta.
Esta ingeniería social invento del comunismo fue un producto de la Revolución Francesa en definitiva es un productor de la ilustración de „LA FE EN EL PROGRESO“.
La ingeniería social, no existía en el orden cristiano evidentemente; es un producto propio del Estado contemporáneo, se ha presentado históricamente de forma dictatorial de tal modo que hoy día el común de los ciudadanos inevitablemente cae en la trampa del totalitarismo y dictadura porque es parte de ese plan de modificarnos, han logrado que perdamos la noción de lo que realmente es el totalitarismo al punto que no sabemos más que el totalitarismo en modo alguno tiene que ser dictatorial y se ha convertido en el más perfecto de los totalitarismos: El totalitarismo democrático, el totalitarismo con apariencia democrática que es el totalitarismo del futuro que es el que estamos incubando en estos mismos días y será un totalitarismo de apariencia democrática, una dictadura sin lágrimas.
George Orwell decía que el totalitarismo del futuro será una esclavitud amada por los esclavos también decía que serán los directores de periódicos, los publicistas y los maestros de escuela, los encargados de hacer que esos esclavos interioricen el bienestar de la esclavitud.
Por lo tanto el totalitarismo que se avecina ya no será el que nos obliga a ir a la cárcel si hacemos algo prohibido como en la Rusia de Lenin o la Bulgaria de Zhivkov, no, el lechero seguirá vendiendo leche y el carnicero carne.
El totalitarismo moderno será un totalitarismo que no nos permitirá pensar por nosotros mismos y que nos impondrá las coordenadas ideológicas en las que movernos y pensar, moldearán nuestra conciencia es decir no la pisaran sino que la moldearan amablemente de tal manera que al final nos convertimos en esclavos que aman a su verdugo.
Atentamente, Soraida Jaramillo
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