EL LIBERALISMO CLÁSICO ES LA SOLUCIÓN
El liberalismo clásico es la solución
El Liberalismo Clásico promueve el “capitalismo liberal”, opuesto al mercantilismo (la derecha mala), al socialismo, comunismo e izquierda en general, y a cualquiera otra forma de estatismo, o sea la invasión del Estado en esferas que son privadas por derecho natural, y la esclavización de sus instituciones por medio de la usurpación de funciones, poderes y recursos privados. En esto se incluye el socialismo global: “Nuevo Orden Mundial”
Por Alberto Mansueti
Julio 5 de 2015
Aquí vamos a contar a los principantes lo que es el liberalismo clásico; y a los que no lo son, es un repaso a su conocimiento.
Los tres pilares. Son estos tres: (1) Gobiernos limitados, en lo político; (2) Mercados libres, en lo económico; y (3) Propiedad privada, en lo social. En inglés, este liberalismo “clásico” se llama “Conservatism”, porque el vocablo “liberalism” significa socialismo o progresismo.
Siete fundamentos o principios básicos. Son los siguientes:
1)Derechos humanos verdaderos: a la vida, libertad y propiedad, nada más.
2) Separación de la esfera pública, que pertenece al campo de los Gobiernos, municipales, regionales y nacionales por una parte, de las esferas privadas por otra parte, que pertenecen a los dominios de la sociedad civil y sus instituciones, naturales o voluntarias: familias, empresas, escuelas y centros médicos, medios de prensa y comunicación, iglesias, partidos políticos, etc.
3) En la esfera pública existe el Estado sólo para la protección de los derechos humanos verdaderos, a través y mediante sus tres funciones: en defensa y seguridad; juzgados y cortes de justicia; y obras públicas de infraestructura en carácter subsidiario.
4) Gobiernos limitados en sus actividades, en sus facultades y poderes, y en sus gastos y recursos: los necesarios para cumplir sus fines y funciones.
5) Mercados libres de violencia y fraude, y plenamente abiertos a la competencia.
6) Irrestricto respeto a la propiedad privada: de la propia persona, de sus bienes, y de sus contratos y derechos. Hoy en día tenemos un Estado obeso, porque ha usurpado funciones en economía y finanzas, educación, salud, arte y cultura, ciencia, deporte, jubilaciones, etc. etc., que son privadas por derecho Natural. Y con el pretexto de cumplirlas, nos ha usurpado potestades y recursos que son también de naturaleza privada, que no le corresponden. En consecuencia, es justo y debido proceder de urgencia a..
7) Una gran “Devolución” a las instituciones privadas de la sociedad civil: familias, iglesias, escuelas, empresas, partidos y demás asociaciones voluntarias, de todas las funciones y actividades, poderes, libertades y recursos actualmente usurpados por el Estado.
Una misión o proyecto: Cambiar el sistema, mediante La Gran “Devolución” de funciones, poderes y recursos a la sociedad civil. Esto en aplicación de la justicia “restitutoria” a todos los agraviados por La Gran “Usurpación” histórica de funciones, poderes y recursos por parte del estatismo.
Dos políticas:
(1) Derogar las Leyes Malas, que son los instrumentos de La Gran Usurpación, incluso las cláusulas constitucionales que se haga necesario derogar. Y para sustituir las leyes malas, rehabilitar los antiguos Códigos Civil, Comercial, Penal, y de Procedimientos, dictados hace muchas décadas, y en su mayor parte conforme a principios, fundamentos y valores del Liberalismo Clásico.
(2) Impulsar las Cinco Reformas, derivadas de los tres pilares, las cuales son también cinco “políticas públicas”, y cinco ofertas electorales, una para cada una de estas esferas: Primera, la Política (Estado, Gobiernos y Partidos); Segunda, la Economía (incluso dinero, banca y finanzas); y tres reformas sociales: la Cuarta, para la Educación en todos sus niveles; la Cuarta, para la Atención Médica en todas sus ramas, y especialidades; y la Quinta, en la Previsión (Jubilaciones y Pensiones).
Una de las razones para derogar las Leyes Malas es que impiden estas Cinco Reformas, las cuales deben hacerse en forma simultánea, porque son complementarias. Desde los años ’90, muchas reformas liberales se han intentado en varios países del mundo, pero aisladamente, y por eso han fracasado, y los socialistas han retornado al poder con renovados bríos.
Tres estrategias: (1) Partidos liberales completos y sólidos, de carácter privado, desde cero o desde agrupaciones ya existentes, que nos representen a “la mayoría silenciosa”: la gente productiva de paz, de familia, de trabajo. Una cosa es el desempeño de cargos públicos, en el ámbito del Estado, que es actividad pública, y otra es la actividad política, en los partidos, grupos cívicos o fuera de ellos, que por naturaleza es privada.
Hoy sin embargo las leyes de partidos les imponen exigencias de tipo ideológico, como la adhesión a los tópicos de “política correcta”, y de régimen interno, como los métodos y plazos para la elección de sus autoridades y candidatos. Así la facultad de premiar o castigar a los partidos se le confiere al burócrata, y se nos niega a la gente la posibilidad de hacerlo, dando o negando el voto, la participación en sus filas, o el donativo. En otras palabras, los partidos políticos han sido secuestrados por los órganos del Estado que organizan las elecciones, los cuales dictan órdenes y condiciones a los partidos, a cambio de subsidios. Hay que reprivatizar los partidos, y separarles por completo del Estado, como a las empresas, centros docentes, clínicas, iglesias e instituciones privadas que pertenecen a la sociedad civil, y no al Estado.
(2) Ingresar congresistas liberales clásicos al Parlamento, que vayan haciendo ambiente de opinión para derogar las Leyes Malas e impulsar las Cinco Reformas. Los liberales clásicos reivindicamos la actividad política decente y veraz, en contra de la politiquería corrupta y mentirosa; y reivindicamos los partidos políticos principistas, en contra de la demagogia electorera; y asimismo la Democracia Representativa, en contra de las pretensiones de “democracia directa” y otras utopías semejantes.
(3) Promovemos el “Voto Libre”, que es voluntario, sin multas o penalidades por no votar; con voto en blanco, sin tener que marcar una opción a la fuerza, si ninguna te gusta; que no se compre con subsidios del Estado a los partidos, candidatos o campañas; sin leyes de partidos para lo ideológico ni lo interno, así de esta forma los ciudadanos somos quienes podemos premiar o castigar a los partidos, dando o negando nuestro voto, participación, apoyo o sostén económico; sin exigencias caprichosas en número de firmas u otros obstáculos para partidos nuevos.
Y mientras tanto, practicamos el “voto antisistema”, sea en blanco, nulo/viciado, o la abstención electoral, para no seguir legitimando al sistema con el cuento del “mal menor”.
Un origen histórico: La política cristiana clásica de Europa occidental, la de la “Carta Magna” (1215) y las Provisiones de Oxford (1258) entre los pueblos anglosajones. Y sus equivalentes en nuestra Hispanosfera: los “Fueros” y “Cartas Pueblas” de los reinos medievales, las “Siete Partidas” (1265), y leyes “indianas” posteriores, inspiradas en los principios generales de justicia tomados del Antiguo Testamento, marcando a los Gobiernos limitadas funciones, limitados poderes, y limitados recursos.
El Gobierno Limitado es la política de la Biblia, y así se ha reconocido por siglos. Sin embargo hoy en día, la mayor parte del voto de izquierdas procede de las filas cristianas, católicas o no católicas; y esto es más que nada por ignorancia.
¿Cómo vamos a salir de la hegemonía socialista en el pensamiento y la práctica de nuestros países, sin difundir esta enseñanza entre los cristianos, superando malentendidos y confusiones, y recuperando los “eslabones perdidos” entre liberalismo clásico y herencia cristiana? Hay una sola forma de arrancar a los cristianos confundidos de las filas socialistas y estatistas: explicarles la Biblia, y contarles la historia verdadera de la Cultura cristiana en Occidente, y su influencia en todo el mundo.
Esto cual no implica una política confesional, ni excluyente de personas y sectores no cristianos, o de ninguna religión; en absoluto. Pero si hablar en público de la Biblia les “ofende”, molesta o disgusta a los anti-teístas (ateos beligerantes) y pretenden por ello prohibirlo, no por ello dejaremos de hacerlo.
Varios éxitos comprobados: El Liberalismo Clásico se origina en la cosmovisión cristiana clásica, pero se ha enriquecido con muy valiosos aportes procedentes de otras canteras de pensamiento, en especial en Filosofía y Ciencias Económicas y Políticas, los cuales han sido de enorme ayuda para entender mejor los textos bíblicos referidos a Gobierno y política, como la realidad que nos circunda en estas materias.
Y el capitalismo liberal no tiene una específica religión, época de la historia o área del mundo: ciudades católicas de Italia, y naciones europeas parcial o mayormente protestantes como Suiza, Holanda, Escocia, Inglaterra, y después EE.UU., adoptaron ese sistema hace unos cientos de años, y son los países más ricos del mundo, hasta hoy en día. Tras la II Guerra Mundial, los países vencidos, disímiles en religión, historia y cultura como Alemania, Italia y Japón, resurgieron como por “milagro” de sus cenizas, con ese mismo sistema. Y los “cuatro tigres” de Asia, Hong-Kong, Taiwan, SurCorea y Singapur, países no cristianos, con el mismo sistema pasaron de la pobreza a la riqueza en muy pocos años. Y así también es ahora en las ciudades y regiones capitalistas de China continental.
En nuestra América latina no hemos conocido el capitalismo liberal. Hemos vivido siempre bajo sistemas estatistas: mercantilismo hasta el siglo XX, y luego socialismo. ¡Hay que cambiar de sistema! Pero no vale confundir lo genuino y original con las imitaciones y burdas falsificaciones.
Cuatro imitaciones o falsificaciones:
(1) “Neo” liberalismo: devotos del Consenso de Washington. Mercantilistas que se disfrazan de liberales.
(2) Liberalismo “social” o de izquierda: mencheviques (socialdemócratas) que se disfrazan de liberales.
(3) Anarco-“libertarismo”: anarquistas que se disfrazan de liberales. A los liberales clásicos nos acusan de “socialistas” porque no aceptamos su idea de “suprimir el Estado”, que es una vieja tesis marxista.
(4) Anti-teísmo: ateos agresivos disfrazados de liberales, más enemigos de Dios y el cristianismo que del estatismo. Son “Libertarios” que nos acusan de “irracionales” a los cristianos, y de querer “imponer la religión”, queriendo ellos imponer su ateísmo, en línea con otra vieja tesis marxista: “suprimir la religión”.
No creas en falsificaciones del Liberalismo Clásico. Ni te fíes de lo que dicen sus enemigos, que son muchos, que atacan desde variados frentes al capitalismo liberal; ni te guíes por lo que repite gente desinformada, confundida, desorientada y despistada, que no le conoce.
Comentarios