ESTADOS UNIDOS: ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO
Los demócratas deberán poner en cintura a sus organizaciones “independientes” pro-inmigrantes en sus actos de confrontación
Estados Unidos: Entre el cielo y el infierno
Los demócratas deberán poner en cintura a sus organizaciones “independientes” pro-inmigrantes en sus actos de confrontación
Por Gerardo Cue
Noviembre 8 de 2014
Ante los resultados de las pasadas elecciones medias del 4 de noviembre 2014, los ciudadanos norteamericanos determinan qué es lo que esperan de su gobierno actual y del que vendrá después de las elecciones presidenciales del 2016.
El triunfo republicano, que a partir de enero 2015 controlará la mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes, no fue una sorpresa para los más enterados. Las tendencias se inclinaban así.
Desde los ataques terroristas de septiembre 11 de 2001, el pueblo norteamericano definió su postura ante la seguridad nacional y política exterior. Ese día amaneció con una monstruosa y dolorosa realidad: ¡somos vulnerables!
Si a esto le sumamos las masacres en las escuelas perpetradas por estudiantes anglosajones, el cierre del gobierno poniendo en peligro los programas sociales para los más necesitados y miles de empleos en las diferentes agencias del gobierno federal, la inmigración inesperada -para algunos- de miles de niños centroamericanos fomentada, de alguna manera, por el crimen organizado, la narcopolítica y el caos social en el vecino país, México, la amenaza del estado islámico y por último, el ébola, todo esto hizo que los votantes se preguntaran dónde estamos y hacia dónde vamos.
La respuesta fue el conservadurismo, donde el nacionalismo y los valores familiares juegan su mejor papel, lo cual representa que primero hay que ver hacia dentro, cuidar lo que se tiene y vivir en paz.
¿Cómo afecta esta posición en la comunidad inmigrante? La respuesta depende de a quién se le pregunte. Políticamente hablando, los republicanos estudiaron bien el panorama y entendieron que para la mayoría de los norteamericanos y sobre todo los que votan, los millones de indocumentados no es un tema prioritario. Han vivido por años con ellos y mientras sigan siendo su fuerza laboral, lo aceptan. Otros menos ingenuos saben que el partido demócrata los usa políticamente para mantener la mayoría del voto hispano -aunque cada día es menos. Ya estancaron un posible acuerdo condicionando la ciudadanía mientras que los verdaderos afectados -los indocumentados-, sólo quieren salir del limbo, con un permiso de trabajo para empezar.
Pero el panorama, ahora que los republicanos conservadores dominan el Congreso, podría cambiar siempre y cuando se despolitice el tema. Al final, son ellos quienes en sus empresas tienen a trabajando y consumiendo a esos indocumentados. Los demócratas empujan una Reforma Migratoria con ciudadanía inmediata, por supuesto, votos para ellos. Los republicanos, sin duda alguna se oponen, pero aun no proponen.
Y mientras estos dos partidos usan sus estrategias políticas, miles de familias son separadas a través de la deportación. Aparte del sufrimiento humano que esto causa, esta situación afecta la economía del país, algo que ninguno de los dos partidos políticos va a señalar, enfrascados en su lucha por el poder, ya que eso sería reconocer la codependencia laboral y económica de una comunidad indocumentada.
¿La solución? Primero, difícilmente habrá una deportación masiva, aunque algunos republicanos radicales la propongan -una retórica común
para ganar votos de otros radicales, ésta pondría en peligro la economía y la fuerza laboral y daría una imagen de un país deshumanizado. Muchos esperan del presidente Obama el uso de su derecho sobre órdenes ejecutivas. Ya los líderes republicanos advirtieron que “si el presidente decide hacer muchas cosas de forma unilateral sería un grave error”; lo compararon a un torero que agita una bandera roja en frente del toro y decir ‘si ustedes no hacen lo que yo quiero que hagan, yo lo voy hacer por mi cuenta’.
Ya los asesores del presidente estarán preocupados que esa política de inmigración con órdenes ejecutivas podría ser un cuchillo de doble filo. Los votantes hispanos ya no son tan ingenuos, entenderán que esto sería una manera de sacarse el problema y culpar a los republicanos al rechazarlas. Muchos piensan que los demócratas han cambiado la democracia por demagogia. Mientras que los anglosajones, entre otros votantes, verán esto como una provocación y/o desinterés por otros temas prioritarios, por lo cual, esta postura, podría costarles a los demócratas la presidencia en el 2016.
¿Qué queda por hacer? Ambos partidos en la parte hispana tienen sus preocupaciones, los republicanos deberán cambiar el tono de sus declaraciones y alejarse un poco del radicalismo, cuando menos de aquí al 2016, todo voto cuenta. Los demócratas deberán poner en cintura a sus organizaciones “independientes” pro-inmigrantes en sus actos de confrontación, las verdaderas deberán tener cuidado para no caer en la manipulación partidista.
Los hispanos organizados tendrán que cambiar la dirección de obtener resultados, primero votar y con un voto reflexivo y después proponer cambios administrativos tanto en leyes como trámites migratorios. Simplificación y agilidad de aplicaciones y/o ajustes de status, extensión a familiares cercanos de los estudiantes llamados Dreamers. Permisos de trabajo y/o ajuste de documentos de trabajadores de 5 años o más, sin record criminal y que hayan pagado impuestos, sobre todo en compañías transnacionales como Walmart (Walmart con 1.4 millones de empleados en Estados Unidos y 2.1 millones a nivel mundial) y McDonald’s (con restaurantes en 118 países sirviendo a un promedio de 68 millones de clientes) entre otras. Involucrar a sus países de origen para presionar a estas compañías a poner a sus lobistas a trabajar para documentar y lograr ajustes migratorios.
¿Quienes financian las campañas políticas de ambos partidos? Las grandes compañías y sus dueños -incluyendo los sindicatos. Entonces, ya que a los republicanos les dio por términos taurinos, habrá que agarrar el toro por los cuernos, donde el dinero está.
Y para eso habrá que estar “Entre el Cielo y el Infierno”.
Comentarios