FARC, PREMIO NACIONAL DE PAZ
Es inaceptable que la sociedad civil haga ese homenaje a camaradas, ‘parceros’, de ‘Pastor Alape’, miembro del secretariado de las Farc
¿PREMIO DE PAZ?
Por José Obdulio Gaviria
Invité a mi programa de TV (CableNoticias, domingos 8 p.m.) a Jaime Restrepo, líder de la Asociación de Víctimas de la Guerrilla. Casi me da un patatús con su primera afirmación: “El Premio Nacional de Paz (2010) fue otorgado a las Farc”. No moché de tajo la grabación porque Jaime es persona documentada; a cualquiera otro, seguro, lo habría mandado a freír espárragos.
-La ACVC, dijo, Premio Nacional de Paz 2010, es de las Farc.
-No te creo, Jaime. Se te está yendo la mano en suspicacia, o, peor, en macartismo.
-Hablo con pruebas, ripostó Jaime. Y, efectivamente, presentó tal cúmulo, que me dejó frío: piezas judiciales, entrevistas de guerrilleros desmovilizados, fotografías de locales de la asociación con carteleras informativas de las Farc… un testimonio impresionante es el de Hernando Naranjo, campesino anciano, quien hace esta acusación sin atenuantes: “A mí me desplazó la ACVC, que es de la misma guerrilla de las Farc” (ver http://bit.ly/g4lvAP y http://bit.ly/hmi9be).
La reacción ante este tipo de acusaciones es variopinta. Usted mismo, lector, compruébelo: 1) Puede que lo embargue el escepticismo y piense que se trata de exageraciones. 2) Puede que se indigne: a) porque crea que el informe es un montaje de la extrema derecha; b) porque crea que la información recaudada es cierta y es inaceptable que la sociedad civil haga ese homenaje a camaradas, ‘parceros’, de ‘Pastor Alape’, miembro del secretariado de las Farc. 3) Puede que no sopese la información, sino que la rechace instintivamente, simple y llanamente porque la comunico yo. 5) Puede que esté automáticamente asombrado e indignado, porque, simple y llanamente siempre está de acuerdo conmigo. 6) Puede que esté feliz porque piense: ¡muy bueno que la ‘insurgencia’ les gane una a esos ‘malandros’ del establecimiento capitalista! 7) Puede que -si es un soldado o policía- piense que es mejor ir pensando en cambiar de profesión. 8 ) Puede que… digamos, mejor, etcétera…
Hasta mayo del 2002 -cuando triunfó en las urnas la política de seguridad democrática- era muy bien visto tener
condescendencia verbal y trato social con el terrorismo. De hecho, ‘terrorista’ era palabra en desuso; lo in era decir ‘insurgente’, ‘actor’, guerrillero, paramilitar.
A pesar de que hubo ocho años de discurso directo, de expresiones rudas y descalificadoras de las organizaciones terroristas, como que no fueron suficientes. Al contrario, muchos publicistas están de plácemes dizque porque ya no se ‘insulta’ a los ‘actores armados’, con lo que, piensan, se dará ‘una nueva oportunidad a la paz’.
¿Sería ese el criterio de quienes decidieron galardonar a la ACVC? ¿Se trató, acaso, de un guiño a las Farc? Grave si eso ocurrió. Cualquier fuerza militar necesita mantener el espíritu de lucha. La prédica de la seguridad democrática horadó la moral de los guerrilleros y generó su desmovilización masiva. Ahora, en cambio, parecería que lo que se quiere es la desmovilización de la fuerza pública; es decir, el regreso al infierno caguanero: carreteras sin tráfico, comunas ciudadanas perdidas, cascos urbanos abandonados, sillas universitarias vacías, huida de la inversión, del turismo…
Creo que un jurado tan calificado como el que otorga el premio, bien podría enmendar el error y castigar el engaño, anulando el galardón de la ACVC. Es que es su propio ex presidente, Álvaro Manzano, quien en el acta de su desmovilización de las Farc, dijo: “Mi misión era respaldar las decisiones y proyectos de la ACVC. Para comunicar y coordinar las actividades (a) realizar, lo hacían (las Farc) a través de GILBERTO GUERRA HERNÁNDEZ (…) vocero del Bloque Magdalena Medio de las Farc y quien dirige la Asociación por orden de alias ‘Pastor Alape’…
Febrero 01 de 2011
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