“HACKER” SEPÚLVEDA: NO OFREZCO DISCULPAS AL GRUPO TERRORISTA DE LAS FARC
A Andrés Sepúlveda, conocido popularmente como el “Hacker”, acusado por la Fiscalía General de la Nación de interceptación ilegal de comunicaciones de los terroristas de las FARC que negocian en La Habana, se le ratificó de su condena a diez años de cárcel
“Hacker” Sepúlveda: No ofrezco disculpas al grupo terrorista de las FARC
A Andrés Sepúlveda, conocido popularmente como el “Hacker”, acusado por la Fiscalía General de la Nación de interceptación ilegal de comunicaciones de los terroristas de las FARC que negocian en La Habana, se le ratificó de su condena a diez años de cárcel.
Ante las instancias judiciales leyó el siguiente comunicado que transcribimos en su totalidad.
Su señoría, me dirijo respetuosamente a usted para hacerle dos solicitudes, primero, deseo ofrecer disculpas públicas, he preparado un documento el cual he escrito a mano y mi familia me ha ayudado a transcribirlo, el cual, una vez lea, deseo entregarlo a los medios de comunicación.
Segundo, a título personal, sin ningún tipo de presión y bajo mi total voluntad, deseo decirle y solicitarle de la manera más respetuosa, que mi custodia sea asumida en su totalidad por la Fiscalía General de la Nación y el CTI.
Teniendo en cuenta los 4 atentados que sufrí en la picota bajo la custodia del INPEC, las múltiples amenazas que recibo casi a diario y todos mis riesgos de seguridad, deseo estar bajo la protección y custodia dl CTI.
No tengo nada personal contra el INPEC, pero teniendo en cuenta el curso de la investigación de mi caso y a mi colaboración eficaz, la cual, la Fiscalía General de la Nación puede dar fe, no me siento seguro seguir colaborando con la justicia si mi seguridad no es garantizada, ya que basado en mis declaraciones y evidencias, hay personal del Ejército, Policía, DNI, entre otros, que se encuentran privados de la libertad y vinculados a mi proceso y para serle sincero, si a mis diligencias deben asistir grupos especializados como antiexplosivos, tácticos, de operaciones especiales y un grupo de seguridad de más de 40 personas, sólo el CTI de la Fiscalía me puede brindar esas medidas de seguridad.
Espero sea atendida y tenida en cuenta mi solicitud, a usted, gracias.
Buenas tardes, su señoría, señores fiscalía, señores ministerio de defensa, señores ministerio público y asistentes a esta audiencia, se dirige a ustedes Andrés Fernando Sepúlveda Ardila.
Hace 11 meses y 5 días fui capturado por la Fiscalía General de la Nación en mi oficina, desde donde funcionaba el mayor centro de espionaje contra el proceso de paz y la central de propaganda negra de la campaña presidencial del candidato opositor.
Muchos han hablado de mi historia, he realizado tres entrevistas en total, pero esta es la primera vez que hablo en una audiencia y deseo contarles lo que aún nadie me ha preguntado.
En la actualidad cuento con 30 años de edad, de los cuales, más de 15 he dedicado en su totalidad a la tecnología, he sido un emprendedor empedernido, he contado con buenos maestros y a pesar de las dificultades económicas que he afrontado, he tenido la suerte de salir siempre adelante.
A mis 18 años conocí por primera vez la política, recuerdo que pocos meses antes se había acabado la zona de distensión con el grupo terrorista de las FARC, mi familia había recibido varias amenazas de muerte por parte de ellos y se veía un nuevo camino, pensé que todo era mejor.
A los 21 años tuve la oportunidad de trabajar por primera vez en política, lo mejor, para la persona que tanto admiraba y respetaba, se creó un nuevo partido político con el cual me sentía plenamente identificado.
Con el paso del tiempo, mi carrera profesional fue dando grandes pasos, pero mi afinidad por la política se afianzaba, con tan mala suerte que me radicalicé, me convertí en lo que tanto odié, en un radical empedernido que no estaba dispuesto a discutir con absolutamente nadie mi ideología, porque simplemente, si no la compartía, yo lo consideraba un traidor.
Pasaron los años y mi experiencia profesional aumentaba, con tan buena suerte que mi afinidad política hacía parte de mi trabajo, fui asesor en temas de seguridad informática y estrategia política en medios digitales en las campañas presidenciales y regionales más importantes de américa central y sur américa, además, por cosas del destino, terminé haciendo una de las cosas más importantes de mi carrera profesional, ayudar a ubicar y capturar delincuentes, terroristas, etc.
Mi trabajo con la fuerza pública fue muy corto, informal y muy productivo, ayudé en varios casos importantes, lo hice con la mejor intención y el mayor amor a mi patria, lastimosamente cometí el peor error de mi vida, uní mi trabajo y mi afinidad política.
Debo decir tristemente que tuve mis argumentos para hacer lo que hice, fueron exactamente iguales a los que usan quienes han cometido crímenes atroces, “el fin justifica los medios” y “por amor a la patria”.
Al unir mi trabajo y mi afinidad política, me convertí en un paria de la patria, afecté el honor y la lealtad de los miembros de nuestro glorioso ejército y policía nacional, todas las acciones en las que participé para luchar contra el terrorismo, fueron heridas de muerte cuando me involucré en la campaña presidencial del año 2014.
Debido a las acciones que estaba realizando y las que faltaron por realizar contra el proceso de paz, pude desencadenar una guerra más fuerte y atroz que la que está viviendo actualmente nuestro país, aunque me abstengo de dar los detalles, la fiscalía ya los conoce, pero sé que todo aquel que fuera afectado por lo que iba a hacer, sería mi total responsabilidad, realmente pudo ser algo nefasto para muchas personas.
En estos 11 meses y 5 días que llevo privado de la libertad, he tenido las 24 horas para pensar en absolutamente todas
mis acciones y no me queda más sino decir lo siguiente:
Primero, quiero dejar claro que NO ofrezco disculpas al grupo terrorista de las FARC y mientras esté vivo, nunca haré un buen comentario sobre ellos.
Ofrezco disculpas a nuestras gloriosas fuerzas militares y de policía, lamento profundamente el daño que les causé, lamento cada día haber afectado el buen nombre y el honor de quienes realmente dan la vida por nosotros, merecen todo mi aprecio y todo mi respeto, desde el fondo de mi corazón, mil disculpas.
Ofrezco disculpas a la Fiscalía General de la Nación, quienes en su momento fueron “mis mayores enemigos”, ahora son quienes día a día velan por la seguridad de mi familia y por la mía, lamento profundamente el daño que causé por varias acciones que hice, las cuales no voy a mencionar.
Ofrezco disculpas a todas las personas que han participado en el proceso investigativo de mi caso, a los fiscales, policía judicial, abogados y jueces, tristemente, todo aquel que se involucra en mi caso, recibe amenazas de muerte e intimidaciones, a ellos, mil disculpas.
Ofrezco disculpas a todo aquel que se haya visto afectado por mis acciones.
Ofrezco disculpas a mis padres, mis hermanos y mis hijos, lamento todos los días que esto haya pasado, pero sobre todo, lamento cada lágrima derramada por mi culpa, no las merezco, pero quiero que sepan que siempre me sentiré orgulloso de mis apellidos y haré lo que esté en mis manos para que esta experiencia terrorífica que hemos vivido, sea convertida en algo bueno.
Antes de terminar, quiero decir algo muy importante, específicamente a mis padres, mis hermanos, a mis dos hijos y a quienes se vieron involucrados en mi caso.
En estos momentos estoy afrontado una pena privativa de la libertad, probablemente pasará un buen tiempo antes de ver a mis hijos y reencontrarme con ellos, abrazarlos y decirles cuánto los amo, me separé, afecté a mi familia y los lastimé en lo personal y laboral.
Aquí estoy, con la frente en alto, poniendo la cara a todo este asunto, a este gran problema, luego de vivir rodeado de tecnología, ahora sólo cuento con un radio y un teléfono público, no me importa, aquí sigo firme, sigo adelante, aunque me tilden de loco, mentiroso, megalómano y toda clase de improperios, yo sé quién soy y qué quiero.
A las personas que en grandes declaraciones de prensa dicen que estoy loco, que tengo problemas mentales y otras cosas más, no me resta sino decirles que asuman las consecuencias de sus actos, eso estoy haciendo yo, aquí estoy, aceptando mis errores y pagando por ellos.
Cuando tuve una noche de libertad al mes y medio de ser capturado, lo primero que me dijeron fue que saliera del país, yo les dije que no, que afrontaría esto, misteriosamente, luego de mi recaptura y mi traslado a la picota, las amenazas en mi contra crecieron exponencialmente, tuve 4 atentados en mi contra, una lista de amenazas reales que no para de crecer, me movilizo con un grupo de entre 40 y 50 personas, grupos tácticos, antiexplosivos y de operaciones especiales, con alimentación restringida por alto riesgo de envenenamiento y con medidas extremas de seguridad, pero ahora me dicen loco, tan loco y enfermo mental que están haciendo lo posible por callarme y asesinarme, pero ¿saben algo?, ya es demasiado tarde, afortunadamente para mí y desafortunadamente para ustedes, he contado muchísimas cosas y seguiré haciéndolo, yo soy un hombre, yo no tengo necesidad de “declararme inocente” y luego huir del país, así como lo están haciendo algunos de los que antes yo “admiraba” y con la misma afinidad política que tenía, los mismos que me dijeron que no habría lugar en el mundo donde me pueda esconder porque me encontrarán y acabarán con mi vida.
Ahora este “enfermo mental” les dice que sean hombres y afronten todo, la verdad es una sola y yo la estoy contando.
Para terminar, no me resta más que seguir adelante, quiero terminar con esta frase del Conde de Montecristo: “Solo el que ha conocido el extremo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es necesario haber querido morir, para saber cuan dulce es la vida”.
A todos, gracias.
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