HELENA BARAYA DE OSPINA

Con Helena muere una generación de mujeres patriotas, esposas esforzadas y comprometidas con el país; una clase de mujeres que ya no existen

Helena Baraya de Ospina

Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com
Mayo 14 de 2022

La conocí en la fundación que dirigía Mariano Ospina, luego nos encontramos en un par de tertulias en casa de una de sus parientes. De inmediato conectamos hablando de nuestros antepasados que se conocieron en las luchas de Independencia y luego emparentaron en algún momento de la posguerra.

Me pareció una mujer valiente, educada, discreta y profundamente patriota. Me dio algunas lecciones pequeñas sobre cultivo de orquídeas y me nombró algunas especies que yo en la vida había escuchado nombrar.

Posteriormente, publicaba mis escritos en la “Linterna azul”, en contra de los consejos de numerosos amigos suyos pertenecientes a la crema y nata del conservatismo, lagartos que reptaban -y aún lo hacen- ante los gobiernos de turno esperando las migajas que caen de la mesa del gobierno.

Helena siempre me llamaba y me contaba sobre esos pequeños desencuentros. Y me decía: “No niego que a veces eres muy duro, pero eso no es impedimento para publicar las cosas valiosas que haces”.

Cuando estábamos apoyando la precandidatura de Alejandro Ordóñez, sabíamos qué clase de hiena era Iván Duque. Quien me dio la noticia de la muerte de su esposo amado, Mariano Ospina, fue ella. Sin ninguna duda, compartió mis temores: A Mariano lo mató la profunda depresión que le dejó el fraude en el uribismo para favorecer la candidatura de Iván Duque. Es más, ella le tomó una foto de Mariano, en la convención donde se publicó la decisión. Él estaba con lágrimas en los ojos y absolutamente decepcionado. Perdí la foto, y Helena jamás me la volvió a enviar.

Mariano Ospina Hernpandez

No hablábamos mucho, pero cuando ella me llamaba para preguntar mi opinión sobre algo o para comentarme de las presiones de sus amigos (entre los cuales varios me sonríen en la cara) que le decían que no publicara nada mío porque yo era un “fundamentalista”, charlábamos durante 10 ó 15 minutos sobre la situación del país.

Con Helena muere una generación de mujeres patriotas, esposas esforzadas y comprometidas con el país; una clase de mujeres que ya no existen.

Estaba aterrada por la perspectiva que se planteaba al país: O Petro o Fico.

El país perdió a una gran ciudadana, pero ni se enteró. Hoy les interesa más el resultado del fútbol o el concierto de Maluma, que dedicar unos días al luto por la pérdida de personas como Helena.

Esa linterna ya se apagó

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