LA VOCACIÓN MILITAR
La forma fue lo más deplorable y desagradecido que ha sucedido en todo el cuatrienio de jms. En vez de ser agradecido con sus hombres, como el general Zuluaga; así le paga el diablo a quien le sirve
Integrante del curso 1984 de la ESMIC
“El militar, no es cualquier persona”, dijo Monseñor. “Es una persona con una vocación de servicio superior. Porque es quien se encarga de defender la vida, honra y bienes de los individuos en un país”
Por Rafael Gómez Martínez
Marzo 6 de 2014
El 25 de enero se realizó en las instalaciones de la Escuela Militar de Cadetes, una reunión de integración de los últimos ovejos de la Esmic – 1984. De 200 alumnos que ingresamos en 1984, 12 oficiales continúan la carrera militar.
En la vida existen cinco profesiones las cuales requieren de la vocación íntegra e incondicional del ser humano. Además, deben contar con el respectivo agradecimiento y profundo respeto de la sociedad: la de educador, la de médico, la de cura, la de juez y la de militar. Porque en estas cinco vocaciones, se encuentran los valores morales esenciales por los cuales se rige cualquier sociedad.
Durante la misa en nuestro honor, monseñor Suescún, obispo castrense, hizo especial referencia a la vocación que se requiere para ser militar. “El militar, no es cualquier persona”, dijo Monseñor. “Es una persona con una vocación de servicio superior. Porque es quien se encarga de defender la vida, honra y bienes de los individuos en un país”.
Mientras monseñor Suescún hablaba en la homilía, yo miraba a los nuevos cadetes y a las cadetes. Cómo cambian los tiempos, reflexionaba. ¿Quién iba a pensar que en pleno siglo XXI, hay mujeres en la Esmic?
Es, además, en la Esmic, donde se imprimen los valores esenciales del quehacer militar. De la vida militar. Patria, honor y lealtad, son sus pilares. Claro, que Hugo Chávez decía: Patria, socialismo o muerte, y así quedó, y así está Venezuela.
Por lo anterior, sorprende lo que sucede en el interior de nuestras FF.MM. con los últimos casos de corrupción. Durante las semanas del 10 al 24 de febrero la revista, en minúscula, Semana, tuvo a bien presentar dos informes: uno con respecto a las posibles “chuzadas”, que resultó un fiasco. Como tocaba enmendar el error, el segundo fue los negocios en el Ejército.
El resultado: salieron varios generales, entre ellos el general Zuluaga, un oficial con una brillante carrera en nivel de inteligencia militar. El malestar en las FF.MM. no se hizo esperar. Porque en estas desafortunadas situaciones importa tanto el fondo, como la forma.
El fondo es que tanto los oficiales que salieron de los falsos positivos, como los que salieron por cuenta de la revista Semana, fueron los hombres que tuvieron a su cargo las operaciones de inteligencia más exitosas en los últimos tiempos, incluyendo la Operación Jaque y las que siguieron.
¿No será que desde La Habana dieron la orden para que salieran y la revista Semana se prestó para ello?
La forma fue lo más deplorable y desagradecido que ha sucedido en todo el cuatrienio de jms. En vez de ser agradecido con sus hombres, como el general Zuluaga; así le paga el diablo a quien le sirve.
Puntilla. Y llegó el Impuesto Predial. Otro regalo de la Bogotá Humana. ¿A qué juega Germán Vargas? Averígüelo, Vargas
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