LA IDEOLOGÍA DE LA PAZ

Aún hay incautos que creen que quienes han extorsionado, secuestrado, asesinado, masacrado, se van a convertir mágicamente por cuenta de un acuerdo, en agentes del humanismo, de la justicia y el amor

La ideología de la paz

Aún hay incautos que creen que quienes han extorsionado, secuestrado, asesinado, masacrado, se van a convertir mágicamente por cuenta de un acuerdo, en agentes del humanismo, de la justicia y el amor

María Fernanda Cabal
María Fernanda Cabal

Por María Fernanda Cabal*
Noviembre 7 de 2016
@MariaFdaCabal

El movimiento revolucionario colombiano como parte del movimiento revolucionario mundial, está acelerando la etapa final para el logro de sus objetivos: La captura y concentración del poder político, para imponerle a la sociedad colombiana su ideario comunista.

Esta etapa final no hubiera sido posible sin el respaldo de un sector de la élite política colombiana, que engañó y traicionó a sus electores en 2010 y en 2014 organizó una amplia operación propagandística y fraudulenta, para imponer unos acuerdos con las FARC, dividiendo el país.

Este ‘pacto de poder’ pretende tener efectos legales para garantizar el Poder totalitario ilimitado, ejercido por los mismos que han utilizado los medios más sanguinarios, criminales y asesinos.

Lo curioso es que aún hay incautos que creen que quienes han extorsionado, secuestrado, asesinado, masacrado, se van a convertir mágicamente por cuenta de un acuerdo, en agentes del humanismo, de la justicia y el amor.

¿Acaso es tan difícil entender que esos mismos agentes del mal, ahora con el Estado en sus manos, mantendrán con más firmeza su propósito de destruir las instituciones democráticas para imponer su ideario revolucionario?

Masacre Puerto San Salvador2
La “Paz, palabra que invocan sin exhibir ningún arrepentimiento por todo el daño hasta ahora realizado

Sorprende ver a quienes realmente creen que apoyando ese pacto están haciendo un acto de justicia y de solidaridad por Colombia, que son protagonistas y están aportando a la indeterminada y gaseosa “paz” y no se detienen a pensar que están sirviendo de manera ingenua al más horrendo crimen contra esta patria en toda su historia.

Esta situación surreal sólo ha llegado a ser posible por el uso del arma más eficaz que tienen los políticos revolucionarios para el logro de sus fines: la ideología.

Los cabecillas revolucionarios, en realidad, no creen en ninguna ideología; sólo creen en el poder sin límites del que pretenden disfrutar y que ejercen de manera criminal cuando logran sus objetivos.

Pero necesitan la ideología, para a través de la propaganda nublar el entendimiento, manipular las emociones y poner de cabeza el juicio moral.

Una vez agotada la cartilla marxista clásica, al menos en su verborrea panfletaria -no en el manual de tácticas y estrategias, que continúa vigente- y muerta la máscara del socialismo del siglo XXI, era necesario crear un nuevo Frankenstein ideológico para lograr en Colombia los mismos objetivos, en beneficio de la misma élite minoritaria maquiavélica y narcisista de enfermos sin cura, que quieren dominar al resto de los colombianos: la ideología de La Paz, palabra que invocan sin exhibir ningún arrepentimiento por todo el daño hasta ahora realizado.

*Representante a la Cámara

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