LA REVOCATORIA A PEÑALOSA

La revocatoria a Peñalosa

La misma izquierda, revocando a su izquierda light. Vaya coherencia la de Petro Gustavo y su banda de revocatorios

Por Rafael Gómez Martínez
Enero 16 de 2017

No alcanzó comenzar el 2017 cuando en la primera semana de enero se presentaron varias iniciativas ciudadanas con el fin de revocar a los alcaldes recién posesionados. Apenas con el año recién cumplido se comentaría en primera instancia que es prematuro emitir un juicio de valor con respecto a la gestión de los alcaldes elegidos popularmente.

Al menos que sea un completo desastre para que la insatisfacción a nivel general sea tan fuerte como para pensar en revocar a un alcalde o que hubiera cometido una tontería, como dicen en España, de esas imperdonables.

Si bien en el caso de Enrique Peñalosa es curioso ver cómo le va de mal en las encuestas pero se le ve gobernando, a su estilo de izquierda light, pero gobernando.

No sucedió lo mismo con el señor Petro Gustavo quien desde el primer día cometió una serie de chambonadas que ¡ay Dios mío! Es que uno de los engaños en que hemos caído consiste en creer que la izquierda gobierna bien y resulta que no. Los resultados los tenemos a la vista en Venezuela, en Brasil, en Argentina, ahora en Chile que iba tan bien, en Nicaragua, en el Salvador de Zelaya con su sombrero tipo Sadam Hussein.

Es que el comunismo acaba con todo y en Bogotá no fue la excepción. El comunismo, el socialismo, el progresismo de izquierda, es un engaño. Recientemente, salió al mercado un libro de Kaiser y Álvarez, El engaño populista, sobre el porqué se arruinan nuestros países y cómo rescatarlos. Sobre el por qué se arruinan me quedó claro con la maravillosa gestión del Ministro de Hacienda quien con la anuencia del Partido Conservador, a quien no le fue muy bien que digamos en la última encuesta de Gallup, está dejando en ruinas a los colombianos.

Sobre el cómo rescatarlos del Socialismo del Siglo XXI no me queda tan claro. Dentro de ese panorama desolador de gobernanza ingresa el inefable Petro Gustavo. Es que la izquierda o el comunismo o el socialismo cuando no está en el poder, no deja gobernar. Como es el caso de la revocatoria a Peñalosa.

Tal vez, los bogotanos tan dados a tener una memoria selectiva que apremia ya no recuerdan que veníamos de la maravillosa elección de Samuel Moreno a quien desde esta columna de opinión se le solicitó en varias ocasiones la renuncia.

Pero, no contentos con el chirriado del Samuel, como le decían las señoras de la rancia sociedad Bogotá, tuvimos al inefable Lucho Garzón quien en medio del caos pudo ser peor. Digamos que fue el menos malo de los tres porque vivió de los ahorros de las anteriores administraciones de Antanas Mockus y Enrique Peñalosa.

Es que otro engaño consiste en creer que Bogotá solamente llevamos doce años de izquierda. No, pero que engañados estáis como diría Salud Hernández. Vamos para 20 años de la izquierda y la ciudad va y nada de nada.

Y, vienen estos señores de la revocatoria a Peñalosa con qué rostro, como dirían en España, a solicitar su destitución a través de un movimiento ciudadano de quien sabe cuáles serán sus orígenes y sus verdaderas intenciones.

Puntilla: La misma izquierda, revocando a su izquierda light. Vaya coherencia la de Petro Gustavo y su banda de revocatorios.