“LOS DOS PAPAS”: LA NARRATIVA DE LA IZQUIERDA

La verdad es que, efectivamente, la izquierda difundió ese cuento de un Bergoglio de derecha; farsa que fue utilizada sagazmente por la izquierda para que el hoy Papa se acercara a los militares que gobernaban y pudiera interceder por sus amigos curas y civiles conspiradores marxistas, militantes de Montoneros y otras organizaciones peronistas y marxistas.

Los dos papas

Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo
Diciembre 20 de 2019
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com

Sin duda, un film bien logrado, dramáticamente efectivista. Las magistrales interpretaciones de Anthony Hopkins y Jonathan Pryce, ambos británicos, de Gales, son para disfrutarlas de principio a fin en sus creíbles roles de Ratzinger y Bergoglio, respectivamente.

Nuevamente queda demostrado que el cine es una poderosa arma para adoctrinar, para engañar mientras entretiene; una de las preferidas por la izquierda para sus causas.

El film plantea de entrada el hilo dramático. La lucha entre el bien (Bergoglio y su deseo de una reforma ‘saludable’ y necesaria de la Iglesia Católica), y el mal (Ratzinger, un arcaico cardenal que conspira para ser elegido Papa para poder perpetuar la doctrina ‘infame’ contra el homosexualismo).

Se hacen muchas maromas para mostrar durante la película a un Bergoglio cercano a la gente, compasivo, “del pueblo”, rodeado siembre de vecino, niños, gente del barrio que lo llama confianzudamente “Francisco”, “Pacho” y que le demuestra su cariño en la tienda de la esquina, en el comedor comunitario; en tanto que a Ratzinger lo hacen ver como un vejete demoniaco y adusto, rodeado de una mafia de ancianos cardenales que sugieren la cofradía de los Borgia. Un Ratzinger encubridor de curas pedófilos versus un Bergoglio que se horroriza de eso.

Sin defender a Ratzinger por este tema, es de público conocimiento que Bergoglio encargó los libros en defensa del cura pedófilo Julio César Grassi, amigo suyo, condenado a 15 años de prisión por ese crimen, pero protegido por el entonces Cardenal Bergoglio.

Julio César Grassi, sacerdote pedófilo protegido por Bergoglio

La película “Los dos Papas” hace un esfuerzo tremendo para mostrar que el único pecadillo de Bergoglio, la única mancha de su vida de santo, fue no haber sido más duro con la dictadura argentina. Insinúa el film, incluso, que muchos lo acusan falsamente de derechista solo porque él tenía acceso a altos oficiales de la época militar, en tanto que muestra a un Bergoglio que autorreconoce que su pecado fue haber sido duro con algunos sacerdotes socialistas que preferían estar con los necesitados a acompañar a los poderosos.

“Los dos Papas” hace eco de la narrativa izquierdosa de esos años que difundió convenientemente el rumor de que Bergoglio era de derechas y colaborador de la dictadura. La misma narrativa que divulga que luego el jesuita se arrepintió y se acercó más al obrero, a la ama de casa, al pueblo.

La verdad es que, efectivamente, la izquierda difundió ese cuento de un Bergoglio de derecha; farsa que fue utilizada sagazmente por la izquierda para que el hoy Papa se acercara a los militares que gobernaban y pudiera interceder por sus amigos curas y civiles conspiradores marxistas, militantes de Montoneros y otras organizaciones peronistas y marxistas.

Julio Cortázar y Carlos Mugica

Jorge Mario Bergoglio jamás fue de derecha. Como jesuita seguidor de la Teología de la Liberación, él fue siempre marxista, incluso durante su paso por el seminario es recordado por algunos de sus compañeros como “un hombre de pensamiento muy izquierdista, de toda la vida”. Cierto es que no militó, no se matriculó oficialmente en ninguna organización guerrillera ni en otras con apariencia de legalidad, afines al terrorismo marxista, tal y como lo hizo Carlos Mugica en Argentina, con ‘Guardia de Hierro’, o Camilo Torres en Colombia, con el ELN.

Respecto a Mugica y otros curas bandidos (como Rodolfo Ricciardelli, Jorge Vernazza y otros), el actual Papa Francisco asegura “Algunos dicen que son curas comunistas. No. Éstos eran grandes sacerdotes que luchaban por la justicia”, dice. Y afirma que esos sacerdotes, algunos de los cuales integraban el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y fueron muy cuestionados por sectores conservadores o tradicionalistas de la Iglesia de Argentina, pero “eran sacerdotes, hombres que rezaban, hombres que escuchaban al pueblo de Dios, hombres que enseñaban el catecismo y que luchaban por la justicia” (La Nación de Buenos Aires, marzo 14, 2014).

Los sacerdotes comunistas también saben eso de la “combinación de todas las formas de lucha”, así que Bergoglio prefirió no tomar las armas sino continuar su carrera eclesiástica que lo llevó a ser Papa.

Fidel Castro y el Papa Bergoglio

Con el rumor de que Bergoglio era de derechas, él pudo mantenerse libre de sospechas y su acceso a la cúpula militar del gobierno jamás fue restringido, por lo que pudo tomar información privilegiada y, como ya se dijo, influenciar con los poderosos para salvar a varios de sus amigos terroristas.

La película no menciona, por supuesto, que el cardenal Bergoglio fue fundamental en la redacción del Documento Final de Aparecida, en la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en 2007, en Brasil. Aparecida es un documento que, en resumidas cuentas,  propone lo mismo que la Teología de la Liberación, pero en términos más atractivos.

Gracias a Aparecida, que hoy Bergoglio regala a todos los jefes de Estado con los que se reúne, es que él se hizo famoso y adquirió la notoriedad que lo colocó de segundo puesto en la elección papal donde ganó Ratzinger. Al salir segundo, quedó como un “subpapa”, y arrancó en firme la idea de la conspiración contra Benedicto XVI que lo llevó a renunciar luego de los escándalos en el banco del Vaticano que, precisamente, es controlado por los Jesuitas, orden a la que pertenece Bergoglio.

“Los dos Papas” son ambientados musicalmente por ‘Bella Ciao’ la canción insignia de los comunistas italianos y de otras partes de Europa; y por la música de Mercedes Sosa, conocidísima cantante de izquierda. Al ritmo de esas canciones, y con numerosas referencias al futbol, el tango, la pizza y la cerveza que debería a un “verdadero sacerdocio cristiano” con el pueblo de Cristo (como si Cristo de verdad quisiera el tipo de sacerdocio de Bergoglio y los curas marxistas), también se muestra a un antipático Ratzinger, defensor de una doctrina caduca que no acepta homosexuales en la iglesia, desconocedor del tango y la música de Los Beatles (cosas para realmente disfrutar cristianamente la vida, según Bergoglio), y más cercano a la música clásica (de las élites perversas), a la comida sofisticada y al lujo grosero del Vaticano

Una escena de la película donde los "dos Papas" ven fútbol, toman cerveza y comen pizza

En la película, es Bergoglio quien le enseña realmente a Ratzinger a conocer a Dios (Benedicto XVI le dice que a él Dios ya no le habla y que lo último que le dijo era que se fuera para dejarle el puesto a Bergoglio); le enseña a disfrutar una pizza con soda en la trastienda de la Sixtina, a bailar tango, a escuchar a Los Beatles, y a amar a la humanidad. Lo convierte, según el film, y sin ser explícito, en un creyente de la Teología de la Liberación, el sacerdocio -según Bergoglio, que es el que aprueba Cristo. Finalmente, según el film, Ratzinger dimite por “inspiración divina”, y no por un complot de Bergoglio y sus allegados, como afirman muchos estudiosos.

Es curioso. Netflix, que no tiene empacho en promocionar y patrocinar películas como “La Primera Tentación de Cristo”, donde muestran a Jesús como un maricón y a las mujeres que lo rodean como una manada de putas, hace este trabajo multimillonario para mostrar que el marxista Francisco no es tal sino un verdadero santo a quien Dios aprueba, bendice y obedece.

Y no faltarán los fieles católicos que recen bendiciendo a Netflix, para que sigan patrocinando la pedofilia, el aborto, el homosexualismo y el anticristianismo.

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