LOS NUEVOS MEJORES AMIGOS

LOS “NUEVOS MEJORES AMIGOS”

Por Rafael Gómez Martínez

Me da mucha pena con el señor Ex Presidente Andrés Pastrana, cuando hace una dura crítica al valiente Senador José Darío Salazar, Director del Partido Conservador Colombiano, por su posición con respecto al tema de Seguridad durante la nueva era de Santos.

Varios columnistas de opinión le sugieren a Santos que por ahí no es. La ley de víctimas. Chávez. Piedad. La emisora de las Farc en el Ecuador. Que le están haciendo conejo. Pero como el capitán no quiere escuchar a los marineros, el barco de la Unidad Nacional comienza a tener fisuras.

Al rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, le sucedió algo similar. Desde los tendidos azules, en la sombra, algunos aficionados alcanzamos a decirle que por ahí no era y casi termina en una tragedia.

Lo que no podemos permitir es que el país repita su historia. Los errores del pasado nos costaron mucho. La abrumadora elección de Uribe fue el resultado del deplorable proceso de paz del Caguán. Eso, es una verdad.

Dice Pastrana que “poner en duda su compromiso con la seguridad resulta, además de necio, carente de sustento”. Sostiene que el problema de ahora no viene de ahora, sino de Uribe, del cual Santos era su principal ficha. Entonces, en qué quedamos.

Los resultados están a la vista. El martes 9 de febrero, mientras Pastrana escribía su misiva desde Madrid, asesinaron a un teniente y a dos soldados en el César. Antes, a un Teniente Coronel en el Putumayo y a la hija del alcalde en Puerto Asís. Pero a nadie le importó. Porque estábamos en fiestas.

Ya llegaron los reactores nucleares rusos a Maracaibo, pero me da la impresión que ni Santos, ni Holguín, ni Rivera se han enterado o que a nadie le importa el hecho que “nuestro nuevo mejor amigo” tenga un juguete nuclear.

Extraña de sobremanera el giro tan abrupto tomado por Santos, precisamente, cuando Pastrana recuerda que fue su Ministro de Hacienda y de Defensa de Uribe, con gran éxito.

Y quienes votamos por Santos, tenemos todo el derecho de discernir sobre el fondo y la forma como Santos Chamberlain está gobernando.

Asesinaron a dos alumnos más en Córdoba. Pero como no pertenecían a “la rancia oligarquía bogotana”, el valor de la recompensa fue menor.

Cuando el capitán del Titanic dio el giro, el barco se estrelló. A Samuel, también se le sugirió que por ahí no era. Y qué estrellada la que se pegó. Bogotá, está como está. Con un hueco enorme que ni el próximo alcalde, por bueno que sea, no alcanzará a cubrir.

Lo más extraño de la Unidad Nacional es que ahora Samper y Pastrana están bajo un mismo techo. De “nuevos mejores amigos”  

Puntilla: diría Don Juan Vásquez de Mella y Falcún: “¡qué incoherencia, qué incoherencia! tribuno de sus principios y cadalso de sus consecuencias”.

Febrero 18 de 2011