MANO NEGRA O NEGRAS INTENCIONES

¿QUÉ LE PASÓ A SANTOS?

Por Rafael Gómez Martínez

Yo no sé qué fue peor durante el fin de semana que acaba de pasar. Si el ataque a los seis pueblos del Cauca; si el caballo bomba en Caquetá; si el asesinato de un concejal en Caldas, Antioquia, o de un diputado, también en Antioquia; o el vil asesinato, de nuevo, de un líder comunal el lunes por la mañana en Medellín. Dos policías más en Antioquia y un candidato a la alcaldía de Yumbo por Cambio Radical en el Valle.

O la foto que me llega vía Internet, donde aparece el señor Santos, junto con el ministro Rivera, quien sigue haciendo las de Kerensky, el Gobernador del Cauca y otros, celebrando uno de los goles de Falcao García frente a Bolivia.

Santos, en vez de recorrer la zona afectada por los ataques de las Farc en el Cauca, ser solidario con las víctimas y enviar un mensaje de firmeza, se puso a ver el partido de fútbol entre Colombia y Bolivia en medio de la destrucción del pueblo. Macabro escenario ¿Qué sentirían los habitantes de Corinto en ese momento?

Curiosa coincidencia: los sucesos acontecidos durante el pasado fin de semana pasado en Cauca, son exactamente los mismos que ocurrían hace quince años, días antes de que fueran secuestrados unos policías a quienes el estado, con minúscula, los abandonó a su suerte. ¿Será que se prepara un ataque de mayor envergadura?

El estado, también con minúscula, abandonó a su suerte a los habitantes damnificados por el invierno en Simijaca, donde hay una valla que dice lo siguiente: la CAR nos inundó y el Estado nos abandonó. De paso: ¿cómo puede ser posible un crecimiento tan abultado en el sector agrícola con semejante invierno que todavía persiste en las zonas afectadas?

No se sabe nada del secuestro de un alto jefe de seguridad de una compañía petrolera en Arauca. Los ingenieros chinos se perdieron en el Caguán.

En Montería hay más de 10 muertos diarios. Tan es así, que la Gobernadora de Córdoba no aguantó más y le cantó la tabla a Santos.

Van más de 15 tractomulas quemadas. Más de 150 incursiones. Se han duplicado los secuestros. Dos altos oficiales dados de baja, a cuyos sepelios nadie fue.

Durante el fin de semana del 1 de julio, volvieron las pescas milagrosas en Arbeláez, en Cundinamarca: se llevaron a un finquero de la zona. Y Cano, nada que aparece. ¡Ay! los helicópteros brasileros. Que favorcito nos hicieron.

¿No debería ser relevante, ni prender las alarmas, ni hacer algún comentario sobre estos ataques, como tampoco debería serlo la aparición del Eln en Bogotá con banderas por la carrera 30?

Presidente Santos: ¿qué le pasa? O más bien: ¿Qué le pasó?

Puntilla. Como diría Aleida: ¿Qué es peor? ¿Una mano negra o unas negras intenciones?

Julio 17 de 2011